Un grupo de amigos son reclutados por los dioses para hacer frente a un mal ancestral que recientemente escapo de su encierro, una historia fantástica con suspenso, amor, acción y un toque cómico.
El emperador contemplaba desde un pequeño balcón del palacio como su ciudad ardía. _Esto no puede ser pensaba mirando de un lado a otro muy conmocionado. "PLAAAAAA" se escuchó un fuerte golpe, luego como las puertas se resquebrajaban. _Han entrado al palacio. Mario corrió hacia Mirta pero ella ya había sido capturada. Corrió hacia el salón del trono, busco su mazo y lo tomo con mucha fuerza. _Antes muerto luchando que capturado dijo fuerte...
"PLAAAAAA" Se escucho de nuevo pero ahora eran las grandes puertas de salón del trono las que cedían. Al lugar entraron corriendo mas de cien soldados y se formaron rápidamente frente a Mario, apuntandolo.
_Malditos japoneses grito Mario.
Luego algunos soldados se movieron formando una especie de pasillo para que su líder entrara.
_Admiren al gran emperador Mario dijo este mientras entraba. Mario se encontraba solo, todas sus defensas habian sido derrotadas incluso las defensas puestas por los dioses. -"Haaaaaa" gritó Mario corriendo con su arma en mano hacia él enemigo.
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_Suelta eso, vas a lastimar a alguien dijo el quinto jinete tomándolo del brazo y apretando hasta que se lo rompió. Mario tiro su arma del dolor.
_Tu gran capital ha caído y ahora tu eres el siguiente dijo el jinete. _¿Como atravesaron el escudo de Zeus y sus defensas? Preguntó Mario. _¡Ja! Eso no es de tu incumbencia contestó el ser. Dejaste tu ciudad desprotegida para ayudar a ese estúpido país, que error... los chinos solo eran una distracción ahora tus hijos y los demás sabrán cual era el verdadero objetivo... _No... era todo una trampa dijo Mario. _No, solo una distracción y funcionó perfecto... ahora, llevenselo ordenó el quinto a los Japoneses pero antes el jinete le dio un golpe en el rostro con el puño cerrado que causo que Mario caiga noqueado.
_Si mi señor contestaron los soldados. _Luego quemen este palacio y lo que resta de la ciudad y no quiero sobrevivientes ordenó. Los japoneses obedecieron de inmediato.
Unas horas más tarde... Sofia, Bulgaria.
Gas desmontó y tomó la carta temiendo por su esposa, la abrió y empezó a leer.
Mi señor, tengo el pesar de informarle que la capital ha caído, su padre y su madre han caído con ella o han desaparecido, nadie lo sabe. Fuimos sorprendidos por una gran flota japonesa al mando del quinto jinete, con ellos venía un ejercito... lo destruyeron todo, la ciudad esta en ruinas y todos muertos, mujeres, niños, ancianos, todos... solo unos pocos hemos conseguido escapar, lamento su pérdida. Mariscal Davout.
Gas soltó la carta y cayo de rodillas al suelo. _No... no .... no... decía una y otra vez llorando y mirando alrededor y a los que estaban allí con él tratando de entender lo que había ocurrido. Katie se arrodilló junto a él, lo abrazó muy fuerte y acarició su cabeza. _Lo siento tanto dijo llorando, no aguantaba ver a Gas así. Él la abrazo muy fuerte y pego un grito de dolor tan fuerte que se abra escuchado a cientos de metros.
