Un grupo de amigos son reclutados por los dioses para hacer frente a un mal ancestral que recientemente escapo de su encierro, una historia fantástica con suspenso, amor, acción y un toque cómico.
A unos 17,1 kilómetros al oeste del centro de París los jóvenes llegaban a su nuevo hogar abordo de tres diferentes carruajes.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Una brisa muy fresca y agradable ingresaba por las ventanas de los transportes... Una brisa con aires de cambio pensaba Gas. En el primer carruaje se encontraban Chloë, Gastón, Ivana y Katie. En el segundo Gustavo, Fiama y Caulaincourt y Wellington finalmente en el ultimo Berni y Jack
_Que increíble dijo Gustavo mirando hacia donde se alzaba el majestuoso palacio de Versalles. _Es hermoso ¿No? Dijo Wellington. _Sipi contestó Fiama... ¿Y viviremos aquí? Preguntó. _Nosotros no se contestó Gus, en este sera el hogar de Gas y Chloë y si ellos quieren que nos quedemos con ellos lo haremos, sino buscaremos otro lugar. _Pero yo quiero quedarmeee dijo Fia. _Amooor, no abuses, que ellos decidan eso. _Uffa... bueno está bien contestó Fiama.
Los carruajes se siguieron aproximando lentamente al monumental palacio. Luego de unos treinta minutos llegaron a la gran entrada.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Los cocheros ingresaron por la enorme reja y luego ordenaron a sus caballos detenerse. Un grupo de hombres vestidos de uniforme de servicio se aproximaron a ellos y abrieron las puertas de los transportes. Inmediatamente todos inclinaron sus cabezas frente a los jovenes. _Bienvenidos al Château de Versailles mis señores dijo uno parado frente al primer carruaje.
_Es hora pensó Gas cerrando sus ojos y empezando a descender.
_Gracias.... dijo mirando al sujeto fijo sin saber quien era. _Ho, Oswald, mi Lord, soy el jefe de personal y su humilde sirviente. _Gracias Oswald, pero ya deja de inclinarte pidió Gas. Luego ayudo a su esposa a bajar, en un momento todos los jóvenes se juntaron y admiraron el lugar.
_Por aquí, si gustan seguirme dijo Oswald indicando un camino hacia dentro.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
