Un grupo de amigos son reclutados por los dioses para hacer frente a un mal ancestral que recientemente escapo de su encierro, una historia fantástica con suspenso, amor, acción y un toque cómico.
El día empezó muy alocado, Chloë iba de un lado a otro afinando los detalles. Gastón se las paso acostado toda la mañana leyendo una novela. Por la tarde, a eso de las 16:00 horas la joven fue al estilista para ponerse bella. Debía estar a las 21:00 en la catedral.
Los demás jóvenes hicieron su día un tanto normal, hasta las 18:00 horas que empezaron a vestirse.
Mientras que el novio dormía. Recién a las 19:30 se levantó, ducho y vistió como él quería. Llevaría pantalón gris, saco gris, camisa blanca, una corbata oscura y zapatos negros.
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Lentamente fue yendo hacia la catedral, que ya estaba toda adornada y lista para la ocasión.
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Antes de entrar se encontró con sus queridos amigos y ahora padrinos de boda. _PIBEEEEE ¿y tu uniforme? _ PIBEEES. quería variar un poco hoy jaja _ Me parece perfecto, ¡hombre! _¿Entramos? _Dale. _Espero no arrepentirme de esto comentó Gastón Los otros dos rieron.
Dentro del santuario ya se encontraban varios invitados entre miembros de la realeza, amigos y parientes de ambos. Entre ellos estaban los padres de Guido. Susana y Argentino. _ ¡MAMÁ, PAPÁ! vinieron. _ Y como no vamos a venir hijo si se casa tu amigo de la infancia, de los cinco años lo conocemos. _ Si, estamos viejos che. _No veo la hora de conocer a la novia expresó Susana. _ Y vos, como vas a venir así de despeinado hijo pareces un roñoso así, pero che. Comento Argentino. _ Así esta bien Señor, defendió Gastón a Guido. _Pero que va a estar bien, si parece un impresentable, mira ni los botones se predio bien y hasta se le ve el calzón. Anda a arreglarte al baño. Ordenó Susana. _ ¡Pero la pucha che que no me dejan tranquilo ustedes! _ ¡NO LE HABLES ASÍ A TU MADRE CARAJO! gruñó el papá. _ Perdón jaja. Gustavo solo observaba y se mataba de risa. Guido fue a arreglarse.
Se iba haciendo la hora de que todo empiece, la catedral ya estaba casi llena. Gastón se acerco a saludar a la mamá de Fiama: Nidia. _ ¡Tía! Que bueno que pudieran venir. ¿Y Fati, Franco y Ezequiel?. _ Hola papi, saludó Nidia. Como no vamos a venir. Ellos están afuera, los chicos con el telefono y Fati entreteniendo a sus hijos. _ Haaa bueno, me alegro que estén todos. ¿Viste a Fiama? _ No, no, desde que llegamos esta tarde no la vimos. _ Pero esta Fia, seguro se estaba arreglando de temprano. _ Si seguro. Decile a mi yerno que venga a saludarme. Gastón hizo una seña a Gustavo, él se acerco a ellos. _ Suegrita querida ¿como está? _ Muy querida que no venís a saludar eh. _ Es que no la reconocí desde lejos. _ Ha bueno. Te la dejo pasar jaja.
