Un grupo de amigos son reclutados por los dioses para hacer frente a un mal ancestral que recientemente escapo de su encierro, una historia fantástica con suspenso, amor, acción y un toque cómico.
A la mañana siguiente el joven emperador se levantó temprano y se cambio en silencio. Katrina seguía durmiendo tranquilamente.
Gas se acercó a ella lentamente y con una mano le acarició el rostro y luego le corrio el cabello de su bello rostro.
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__Te amo hermosa__ le susurró, después tomó una sabana y la cubrió con ella hasta un poco más arriba de sus pechos, se despidió dandole un beso en la frente y luego salió rumbo a su despacho en las Tullerias.
_Bueno Gastón, después de una gran noche te espera un gran día, espero__ pensó Gas.
Al llegar a Paris una multitud saludo al emperador al verlo pasar con su carruaje. Cuando llegó a las Tullerias noto rapidamente que el lugar estaba lleno de personas.
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En lugar de descender en la entrada el joven ordenó que lo dejarán en el jardín.
Al descender muchos de los ciudadanos se acercaron haciendo reverencia y saludando. Gas saludó uno a uno a todos los que pudo. Otros solo saludaban a lo lejos. _Majestad__ decían inclinando la cabeza.
_¿Por que hay tanta gente en el jardín? __ preguntó Gas a Talleyrand.
_Por que el palacio está abierto al publico en general sire__ respondió Charles Maurice.
_De acuerdo, hoy es mi primer día de trabajo en este lugar, no quiero imprevistos y que sea un día tranquilo__ ordenó el joven.
_Desde luego sire__ respondió el ministro.
Gas siguió caminando rumbo a su despacho en el primer piso. Al llegar a las escaleras se quedo mirando el lugar, ente él se encontraban dos mástiles con las banderas imperiales.
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