CAPÍTULO 31 FUEGO CONTRA FUEGO

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Luego de la cena Lord Uxbridge y Caulaincourt se retiraron, rumbo a sus campamentos.
Berni fue a su habitación y durmió enseguida, mientras que Gustavo y Fiama fueron a su respectiva habitación a leer un poco y luego descansar.
Chloë hizo lo mismo, fue a leer. Lord Gastón en cambio se paseó por el lugar un buen rato, admirando la vegetación, el lago cercano y luego se preparó un buen te de hiervas. Finalmente se dirigió a su habitación, al entrar encontró a su esposa aún despierta, nuevamente rubia y en una posición que encendía la chispa.

 Finalmente se dirigió a su habitación, al entrar encontró a su esposa aún despierta, nuevamente rubia y en una posición que encendía la chispa

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_Te esperaba mi amor dijo ella con una sonrisa pícara.
_¿Ha si?, creí que ya dormías contestó él.
_No te hagas el superado cielo, nadie te ve ahora.
Gastón miró su bella sonrisa y pensó que por fin ella volvía a ser la Chloë de siempre.
_Me puse rubia, se que te encanta dijo ella.
_Ajam. Si me gusta contentos Gastón haciendo fuerzas para no saltar sobre su mujer.
_¿No venís a la cama? Preguntó ella con un dedo en la boca.
Hasta acá aguante dijo él y se recostó junto a Chloë.
Ella se dio vuelta y se subió sobre el joven.
_¿Esto extrañabas amor? Preguntó ella moviéndose..
Gastón solo alcanzó a decir.
_Ajam... porque la joven no dio tiempo para responder.
Las horas pasaron y pasaron hasta que amaneció.
Todos despertaron temprano menos los dueños de casa, ya que estuvieron "ocupados" hasta tarde.
A eso de las 11:15 de la mañana despertó él, se vistió y salio al patio a tomar un poco de aire.
Busco a sus amigos pero al parecer ninguno estaba. Volvió a la habitación pero Chloë seguía dormida.
_Cielo, ya son casi las 12:00 Levántate y vayamos a almorzar.
Ella lentamente abrió los ojos y miro a su esposo tiernamente y sonriendo.
_Buen Día mi vida saludó ella.
Él se acerco y la beso.
_¿Que vamos a comer?
_No se Chloë, veremos que cocinaron.
_Mmm, bueno. Ella se desperezo y luego se puso de pie. Aún solo vestía con ropa interior.
Gastón la miro detenidamente.
_¿Que pasa, te gusto? Preguntó ella bromeando.
_Me encantas contestó él y rió junto su esposa.
_Amor voy a bañarme, ¿venís conmigo?
Gastón no lo pensó dos veces.
_Para el baño se ha dicho.
Cuando llegaron al comedor sus amigos ya estaban ahí almorzando.
_Buenos días saludó Gustavo.
_Se los ve felices y radiantes comentó Fiama. ¿porque sera?
Todos rieron.
Berni no alcanzó a decir nada porque estaba con mucha hambre.

El día pasó normalmente hasta que cayó la tarde.
Todos salieron al jardín a tomar cafe, te o alguna otra infusión.
_Amor, ¿como sabian Uxbridge y Caulaincourt donde estábamos?
_Ellos tienen espías en todos lados, seguro uno de ellos les dijo. Respondió Gastón
_Haaa...

El día termino y de nuevo fueron a acostarse una vez más los jóvenes esposos se sacaron las ganas.
Tres días más pasaron, sin cambios, solo tranquilidad.
Hasta que una tarde una voz que provenía de la entrada se escuchó fuerte.
_Lord Gastón... Lady Chloë, en nombre del emperador Mario estoy aquí con la orden de llevarlos de nuevo a Grecia para recibir el debido juicio.
Era Guido con un ejercito de poco más de mil hombres.
_Hasta acá llego nuestra tranquilidad dijo Gastón frustrado.
Gastón y los demás salieron hacia el frente.
_Guido. Dijo el mariscal viendo a su amigo a los ojos.
En medio de ellos solo había unos quince metros, a lo sumo veinte.
_Mi Lord, mi Lady deben venir conmigo de inmediato ordenó Guido muy serio.
_No me digas contestó él, ¿Y si me rehuso?
_No tendré más opción que llevarlos por la fuerza contestó Guido gritando. Por favor, no hagas esto.
_¡No! Vos no lo hagas gritó Fiama. ¿tanto te cuesta creer en ellos?
Guido no respondió.
_¡Batallón! ¡Alto! Se escuchó por el flanco izquierdo.
Todos giraron a ver. Era Lord Uxbridge con cinco mil escoseses listos para enfrentar a Guido y sus tropas, del lado derecho también se escuchó como tropas paraban. Era Caulaincourt con otros cinco mil franceses y finalmente tras Guido otros cinco mil soldados alemanes al mando del nuevo Mariscal de campo Von Blucher.

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