Cincuenta y uno

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Lauren's POV

En una de nuestras citas, Camila estaba sentada a mi lado. Estábamos teniendo un agradable picnic en el parque. Era como ver la más perfecta escena romántica de la mejor película, y la mejor parte era que yo hacía parte de ella. Había niños corriendo y jugando felices. El sol brillaba y una agradable brisa movía mi cabello. Los pájaros cantaban. Camila usaba un hermoso vestido amarillo; de esos que se ponen de moda entre las chicas en verano, pero con la única diferencia de que a Camila le quedaba mejor que a ninguna otra. Su sonrisa era tan enorme y perfecta. Sus ojos tenían ese brillo que la felicidad solamente podía causar.

Camila tomó mi mano y me sonrió tan dulcemente que cortó mi aliento. Se acercó despacio hasta casi rosar mis labios con los suyos. "Te amo" Susurró contra mi boca. Me dejó sin aliento. "También te amo" contesté. Era el momento más perfecto. Hubiera enmarcado y atesorado esa imagen para siempre. Ella y yo. Justas y felices. Unidas por un magnífico beso.

Sin embargo, era vagamente consciente de que eso no estaba pasando en realidad.

Traté de reaccionar, pero enseguida me di cuenta que solo había una pesada oscuridad a mi alrededor, y mi cuerpo era incapaz de moverse. Mi alrededor se movía ¿Estaría en la parte trasera de un camión? ¿Tal vez estaría en la zona de carga de un avión? ¿Por qué estaba tan oscuro? ¿Estaba viva? ¿Estaba en el infierno? ¿Estaba soñando? ¿O quizás estaba en un profundo coma? Si el limbo existía, ¿Yo estaba ahí? ¿Por qué era incapaz de recordar cómo llegué hasta ahí?

No tenía un sentido del tiempo. No sabía cuándo era de noche o de día. Solo veía oscuridad. Mis sueños se resumían a una persona: Camila. Ella era la única persona que me hacía sentir viva. Camila. Camila. Camila. Mi mente repetía como un mantra. "Camila, amor, ¿dónde estás? Camila por favor dime ¿Dónde estoy?" Me decía una y otra vez como si aquello me fuera a ayudar a localizarme.

Y entonces vi algo más: Mis padres. Recuerdo que mi madre me abrazaba. Recuerdo reír hasta llorar con Taylor y con mi padre. Recuerdo que les presente a Camila. Recuerdo que la amaron tanto como yo. Éramos tan felices. Tan perfecto, pero después la oscuridad me invadió de nuevo. Entonces, me sentí tan frustrada porque todo lo que había acabado de ver, era solo un sueño.

"Alucinaciones... Eso es. Estoy alucinando." Me dije a mi misma. "Estoy alucinando." Estaba alucinando. Finalmente, lo había descubierto, pero ¿por qué? Y de nuevo mi cansado pensamiento empezó a formular esas preguntas que no podía descifrar: ¿Estoy en coma? ¿Estoy en un hospital? ¿Por qué no me puedo levantar? ¿Por qué no me muevo? ¿Tengo frío o calor? No Paraba de cuestionarme. Mi mente no descansaba. No sé cuánto tiempo transcurría entre los sueños y las preguntas. Estaba tan confundida. Silencio. Eso era todo lo que podía escuchar. Solo veía oscuridad. Me sentía en un limbo. Un limbo en donde únicamente era acompañada por mi incertidumbre.

"Perdóname mamá. Te amo papá." "Camz, te amo." Susurraba con la esperanza que ellos me pudieran escuchar, pero en el fondo, sabía que era inútil.

Tiempo después, no sé cuánto, volví a sentir. Pero debo admitir que hubiera preferido continuar siendo insensible. Mi abdomen dolía como un demonio, mis piernas estaban entumidas pero al mismo tiempo hormigueaban, mi cabeza martillaba y sentía como si me apuñalearan cada que respiraba.

— Jack, mira quien despertó.

¿Kass? Era ella quien hablaba. — Me preguntaba a mi misma.

— ¿Kass? — Pregunté en voz alta. Lo cual sonó más como un susurro. — ¿Eres tú?

Fugitiva | CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora