Treinta

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Lauren's POV

Sin piedad, halé del gatillo. Un fuerte sonido retumbo en todo el descuidado vecindario. Por la cercanía, sentí como su tibia sangre llegaba a mi cara como si se tratara de un spray de limpieza. No había alguna posibilidad de que el joven de la ropa desgastada hubiera salido con vida de eso. Ni siquiera un milagro podría devolverle la vida al inerte cuerpo que yacía como gelatina sobre la acera. El tipo, ahora con un enorme cráter en su cabeza, cometió el terrible error de pedirle dinero prestado a Leekie y no pagarlo a tiempo.

Mi pobre excusa: Normani había empeorado. Su familia necesitaba más dinero para cubrir todos sus gastos. Esa era mi justificación para mi crimen. Tomas una vida para salvar otra.

ꟷ ¡CORRE! ꟷ Gritaba el hombre de sudadera negra el cual era mi compañero. ꟷ ¡NO TE QUEDES AHÍ!

Lo mire confundida. En mi mente, las luces de la calle parecían volverse borrosas y posteriormente apagarse. El estrepitoso sonido de todo mí alrededor entonces parecía estar en completo silencio. Ante mis ojos, todo estaba pasando en cámara lenta. Mi visión estaba siendo cegada por lo que parecía ser mis propias lágrimas. Me sentía como si estuviera bajo el agua. No podía respirar. Solo quería tirarme al piso en posición fetal a llorar hasta deshidratarme.

Sostenía una semiautomática en mi mano derecha mientras que mi otra mano solamente estaba temblando sin control. Mis pies parecían hechos de concreto y estar clavados a la acera. Mi garganta ardía por la sequedad. Juro que mi corazón había dejado de latir en cuando halé del gatillo en aquel inseguro vecindario. Había algo alarmante, y era que mi cuerpo no respondía a los mandatos de mi mente. Parecía una estatua aterrada en medio de esa violenta calle.

El tipo de la sudadera negra corrió hacia mí, tomó mi mano libre y tiró de ella. Aunque era una noche despejada y las lámparas de la calle iluminaban, todo estaba negro para mí. No podía ver. El miedo me tenía cegada.

Sudor frió cubría gran parte de mi cuerpo y mis piernas se movían por inercia. Estaba corriendo y no sabía cómo lo hacía y hacia dónde iríamos. El hombre de la sudadera negra tiraba de mi mano.

ꟷ ¡Viene la policía! ꟷ Dijo el hombre de la sudadera negra. ꟷ Te lo advierto, es mejor que no hagas ninguna estupidez si no quieres ser la siguiente en tener una bala en el cráneo. ꟷ Susurró eso último.

Me tomó de mi brazo de una forma para nada delicada; lo que en otra situación me hubiera dolido como el diablo, en ese momento no dolía ni un poco porque estaba dopada por el terror. Podría haber caminado sin zapatos por cristales rotos, y yo no hubiera sentido el más mínimo pinchazo.

El hombre de la sudadera negra mascullaba algo mientras tiraba de mí hacia uno callejones de un barrio vecino. No había ninguna persona en aquel sitio. Solo mi compañero y yo. El callejón era estrecho y húmedo. De no ser por los nervios que sentía, hubiera vomitado por el olor a mortecina que emanaba de ahí. Había dos enormes contenedores oxidados de basura.

ꟷ ¡Rápido sube! ꟷ Señalaba el tipo para que entrara a uno de los contenedores.

Sin renegar y en completo silencio, salte hasta entrar ahí. Bolsas repletas de basura amortiguaron mi caída. Si el callejón ya olía mal, el contenedor olía diez veces peor. Mis ojos lloraban por el hedor. Era como si cada vez que inhalara, gas toxico llenara mis pulmones, desgarrando mi esófago, quemando mi tráquea y derritiendo mis cuerdas vocales.

Segundos después de que yo entrara, el hombre entró y se sentó a mi lado sin hacer ruido. Puso su dedo índice en sus labios indicando que guardara silencio. Las sirenas de la policía sonaban cada vez más y más cerca de nosotros.

En cuclillas en aquel putrefacto contenedor de basura, mi subconsciente era el único eco que escuchaba. Me asustaba que las más crueles acusaciones vinieran por parte de mía.

Eres un monstruo ¿Lauren en qué bestia te has convertido? Nunca volverás a ser la misma. NUNCA. Por ti, ahora ellos están jodidamente muertos ¿Qué has hecho?

Y mi mente me repetía una y otra vez como un mantra; ꟷNo puedo escapar de este infierno. Ojala haya alguien que pueda sacarme de esta maldita pesadilla. Espero que exista quien me ayude a dominar al animal en que me he convertido. Esta no soy la verdadera yo. ꟷ Me trataba de convencer. ꟷ No soy este animal. No soy un monstruo.

No sé durante cuánto tiempo estuvimos ahí escondidos. Había perdido el sentido del tiempo.

ꟷ Creo que podemos salir. ꟷ Susurró mi compañero.

Era una maldición. La cara del joven al que le había disparado llenaba mi mente cada que cerraba mis ojos en las noches. La imagen de su cuerpo cayendo en cámara lenta e impactando con el pavimento, parecía ocupar todos mis sueños. Es irónico que nosotros mismos nos encarguemos de recordar lo que queremos olvidar, y de olvidar lo que queremos recordar.

Sentí como unos suaves brazos me rodeaban con delicadeza y calidez, y me mecían de una manera que me hacía tranquilizar. Volvía a respirar.

Abrí mis ojos. Había sido una pesadilla. Un mal sueños cargado de mis peores recuerdos; de esos que no puedes reconocer si es la realidad o no. Mi mente siempre me sorprendía porque era tan gráfica a la hora de mostrarme mis fechorías.

ꟷ Lauren, respira. ꟷ Decía Camila. Era Camila la que me estaba abrazando. Entonces, fue cuando recordé que ella había decidido pasar la noche en mi habitación. ꟷ Tranquila. Ahora estas despierta. Solo fue un sueño y no es real.

"Solo fue un sueño y no es real." Si tan solo supiera.

ꟷ ¿Me dirás con que soñabas? ꟷ Al cabo de unos minutos, preguntó la morena mientras me mecía despacio y con su mano libre secaba mis mejillas.

ꟷ Arañas y payasos. ꟷ Mentí.

ꟷ ¿Ambos al mismo tiempo?

ꟷ Por eso era tan aterrador. ꟷ Escondí mi cara en el hueco de su cuello como si fuera una niñita asustada.

Amaba ese lugar. Lo sabía. Aquel era mi lugar seguro; sus brazos rodeándome. Mi cara escondida en su cuello. Su dulce olor penetrando por mis fosas nasales. Son voz ronca y suave al mismo tiempo. Era ella. Ella era mi lugar feliz.

ꟷ ¿Te pasa muy seguido? ꟷ Preguntó Camila.

ꟷ No tanto. ꟷ Mentí. Lo cierto era que todas las noches me sentía atormentada por mis sueños. Para ser honesta, cada noche, dormía solo un par de horas y lloraba la mayoría del tiempo.

ꟷ Cuando tengas miedo, eres bienvenida en mi habitación. ꟷ Sonreí en la oscuridad. ꟷ Es mejor dormir conmigo. No querrás soportar las patadas de Dinah.

ꟷ ¿Tan mal duerme?

ꟷ Una vez dormí con ella y amanecí con un ojo morado. ꟷ Dijo Camila mientras estiraba su mano para tomar su teléfono para ver la hora. 2:53 AM.

No pude evitar reír por el comentario. Sin darme cuenta, pase de estar llorando como una niña asustada, a reír gracias a Camila. Entonces, me aferré más a ella.

ꟷ Trata de dormir. ꟷ Dijo la morena dejando un suave beso en mi frente. ꟷ Yo estaré despierta para ahuyentar a todos los fantasmas.

ꟷ Mejor ahuyenta las arañas y los payasos. ꟷ Sugerí. ꟷ Después de todo, los fantasmas son inofensivos.

Y así concluimos la madrugada. A pesar de las pesadillas, fue una gran noche. Amanecer en los brazos de Camila sin duda era uno de los mejores placeres que había experimentado en toda mi vida.

***
¡¡ NUEVO FANFIC !!
Chicos les quiero recomendar mi nuevo fanfic Te Has Ido.
Les prometo que les va a escantar. Pueden pasar por mi perfil y agregarla a sus listas de lectura.
Los quiero,
Ghost.

Fugitiva | CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora