El insolvente fantasma de su pasado.

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Salí del recinto. Debía tomar aire por eso caminé hasta el aparcamiento. Pensé que estaba sola, pero me equivoque. Lauren me había seguido.

Me gustas... Me gustaste desde el primer momento en que te vi. — Dijo Lauren sacándome de mis pensamientos. — Lamento haber saltado a conclusiones, no debí besarte, pero lo hice... y aunque me diste una cachetada no me arrepiento.

Me mantuve en silencio de pie en aquel aparcamiento. Una leve brisa empezó a empapar mi cabello.

— Camila debes saber que me gustas mucho. — Dijo Lauren. — Por favor, di algo.

— No debiste hacerlo Lauren. — La miré.

— ¿Por qué no? ¿Tienes novio? ¿Novia? ¿No quieres una relación ahora? ¿Voy muy rápido? — Preguntó desconcertada. — Dinah me dijo que estabas soltera.

Me pareció muy tierno el hecho de que Lauren le había preguntado a Dinah si tenía pareja, pero eso no me hacía olvidar el hecho de que Lauren estuviera tratando de engañar a su novio conmigo.

— No se dímelo tú. — Dije tratando de ser lo más cortante posible.

— No te entiendo. — Frunció el ceño mientras me daba una mirada confusa. ¿Lauren no entendía o trataba de engañarme? Me quedé con la segunda opción.

—¿Sabes qué? Mejor olvídalo. — Dije con un tono molesto. —¿Podemos solo irnos a casa?

— Pero Camila... ¿Podrías decirme que está mal? O por lo menos...

— ¡Te dije que quiero ir a casa! — Levante mi voz lo cual hizo que Lauren diera un pequeño salto asustada.

— Esta bien. — Bajo su mirada. — Si eso es lo que quieres. — Musitó .

Entramos al auto y Lauren no aparto su vista del camino. Tampoco encendió la radio, ni hablo. Llevábamos treinta minutos de camino, en silencio. Silencio incomodo, podías palpar la tensión que había en el auto. Estaba enojada y lo último que quería era hablar con Lauren.

Vi la hora, eran casi las 9:30 PM cuando estábamos pasando junto a un oscuro bosque, parecía algo sacado de la más escalofriante película de terror. Pensé que en cualquier momento iba a salir un tipo con una máscara de carne sosteniendo una motosierra. Me encogí en el asiento del copiloto. Cerré mis ojos como cuando era pequeña.

Cuando levante la mirada de nuevo, vi que había un letrero de precaución a causa de los venados que había en la zona. Por eso, Lauren disminuyó la velocidad. Cuando mire de reojo a Lauren pude notar como esta estaba empuñando fuertemente el volante. Estaba enojada.

Entonces frenó de repente. Abrí mis ojos como platos, estaba desconcertada. ¡Maldita sea! ¿Acaso no había un lugar más aterrador para frenar en seco?

Vi mi reflejo por el espejo retrovisor; estaba más blanca que de costumbre, como si hubiera visto un fantasma.

— Lauren...— Pregunté haciendo el mayor esfuerzo para que mi voz no se escuchara cortada por causa del miedo que sentía en ese momento.

— ¡Sal de auto! ¡Tenemos que hablar! — Lauren uso un tono un tanto agresivo mientras se quitaba el cinturón de seguridad.

— ¿Podemos esperar hasta llegar a casa? — Trate de disimular el pánico que me causaba bajar del vehículo en aquel lugar.

— No Camila, tenemos que hablar ahora.

Aquel lugar parecía sacado de Silent Hill. Jamás había sentido tanto miedo por bajar de un coche. Pero como pude, respiré profundo, desabroche mi cinturón de seguridad y baje del auto.

Lauren caminó hacia mí y se cruzó de brazos.

— Dime. — Le dije tratando de disimular el temblor que se estaba apoderando de mi cuerpo. No temblaba por frió, eso es seguro.

— ¿Cuál es el problema con que te haya besado? ¿Eres homofóbica? Porque de ser así parecía que lo estabas disfrutando. —Dijo mientras se descruzaba de brazos. — Hasta que me golpeaste.

— ¡El problema es Luis Hernando! ¿Acaso lo olvidaste de la noche a la mañana? Porque hasta hace unos días parecías muy enamorada de él. — Deje escapar toda esa información de mi boca. — ¡Así es Lauren, te escuché hablando con Dinah!

Lauren soltó una carcajada ¿Qué era tan gracioso? ¿Acaso le hacía gracia que la hubiera descubierto en su propio juego? ¡Joder! Por un momento había olvidado en donde estábamos, a la orilla de un aterrador bosque, en medio de la nada. Lauren riéndose como loca. ¡Mierda! Esto no es buena señal. Debía buscar una forma para escapar por si las cosas se ponían feas. Todo eso pasó por mi mente en ese instante.

Vi que Lauren mando su mano para tomar algo de su bolsillo trasero. Mil pensamientos pasaron por mi mente; pensé que iba a sacar un arma, pensé que desharía de mi cuerpo en el bosque, pensé que había una pala en el baúl del coche, pensé que al día siguiente Dinah recibiría una nota diciendo: "ella sabía demasiado", pensé que jamás volvería a ver a Sofi y a mis padres. Y todo por qué mencioné a Hernando.

Una lágrima rodó por mi mejilla. —  Adiós mundo —susurré para mí misma.

Fugitiva | CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora