Fugitiva | Camren

¿Te ahogaras en tus propios pecados?

Y me quedé ahí de pie tratando de asimilar que Lauren se había ido. ¿Era por la llamada de Ally? No entendía que estaba pasando. Ella solo se fue sin decir adiós.

— Tierra llamando a Camila. — Dijo Dinah mientras movía su mano frente mi cara en un intento de llamar mi atención. — ¿Mila?

De nuevo el silencio ganó sobre toda palabra. No hallaba que decir. Ella solo se había marchado. Pude sentir como mis ojos se humedecían y se formaba un nudo en mi garganta.

— ¿Por qué? — Logré articular.

— Mila, ella tenía que ocuparse de unos asuntos en Miami. — Dinah aclaró su garganta. – Su amiga Normani está enferma.

¿Asuntos? ¿Qué asuntos? ¿Por qué no podían ser directas de una vez por todas?

— Mila, ella estará de regreso en tres o cuatro días. Lauren quería decirte adiós, pero no quiso despertarte tan temprano.

— Dinah por favor dime... ¿Quién es Normani?

Vi como mi amiga fruncía el ceño y tomaba una bocarada de aire. Dio media vuelta y tomó un vaso de cristal del estante, se acercó al refrigerador y lo llenó con agua fría. Se acercó y con su mano libre me hizo un gesto que indicaba que debía ir a la sala de estar. La seguí. Me senté en uno de los viejos sofás. Dinah repitió la acción.

— Mila, debes saber que Normani ha sido amiga de Lauren durante muchos años. — Dijo  — Lauren me contó como Normani la ayudo a salir del closet con sus padres.—Soltó una pequeña risa al recordar el momento. – Lauren la quiere como si fuera su hermana, Normani siempre estuvo ahí para Lauren, incluso antes de que yo la conociera. — Dinah hizo una pausa para beber de su vaso. — Hace casi seis meses Normani se enfermó. Los médicos le hicieron muchas pruebas.

Entonces, fue cuando noté como su voz que quebraba al llegar a esa parte de la historia. Dinah siempre se mostraba fuerte, ella odiaba mostrarse frágil incluso conmigo. Sus ojos se humedecieron un poco.

— Encontraron que tenía leucemia. — Dijo con un hilo de voz. — Lauren enloqueció con la noticia, ella no comía, no dormía. Estaba desesperada. Solo se refugió en el alcoholismo y como consecuencia llegaron las malas decisiones a su vida.

Mi mirada se quedó atrapada en un punto fijo en la distancia no sé por cuanto tiempo. Estaba tratando de asimilar toda la información que acababa de escupir mi amiga. La voz de Dinah parecía un eco en mi cabeza.

— La peor parte empezó a suceder cuando el salario de los padres de Normani no alcanzó a cubrir los gastos de su tratamiento. — Volvió a tomar un trago de su agua. — Ally y Lauren en su intento de ayudar consiguieron cada una de a dos y tres trabajos. Trabajaban en almacenes durante el día, en restaurantes y clubes de noche, como niñeras los fines de semana. Estaban desesperadas.

En ese punto, mis ojos también se estaban llenando de humedad. No podía evitar sentir dolor al pensar todo lo que había tenido que vivir Lauren por su amiga. Aunque todo lo que me acababa de decir Dinah sonaba realmente mal, yo no sabía ni un carajo del infierno que Lauren había tenido que vivir por su amiga.

Ese día me di cuenta que no conocía el sufrimiento, Lauren sí.

Dinah se levantó del sofá. Sus lágrimas empezaban a salir sin control entonces supe que la conversación había muerto.

— Por cierto. — Añadió antes de salir de la habitación. — Lauren dijo que te llamaría después del mediodía.

Fui a mi cuarto sin desayunar, estaba aturdida por todo lo que recién había escuchado. Tal vez a eso se refería Ally al describir a Lauren como noble corazón, pero eso no explicaba el hecho de que Lauren estuviera prácticamente a escondidas con nosotras. Y eso, Ally lo había dejado claro en su llamada. Aún faltaban piezas en el rompecabezas.

Era mi día libre y yo no tenía que hacer. Por lo general, me quedaba en la sala viendo cualquier película ochentera con Lauren, pero hoy no estaba. Se había ido esa mañana y yo la extrañaba como si hubieran pasado semanas. Lauren siempre era tan cálida y acogedora conmigo, durante esas semanas había creado una dependencia hacia ella. Ahora, simplemente, necesitaba sentir su presencia ¿Y que mejor forma de sentir a Lauren que en el cuarto de Lauren?

Decidida, me levante de mi cama y entre a la habitación de Lauren. Abrí la puerta y lo primero que encontré fue una pequeña pila de libros sobre un viejo escritorio. Junto a estos un pequeño reproductor MP3, y un cuaderno café. Supuse que era su diario o agenda. Su cama estaba impecable así mismo su armario. Lauren era muy cuidadosa con el orden y su cuarto lo reflejaba. Aquel lugar olía a ella; creo que era una mezcla de su perfume, su ropa y su acondicionador. Sabía que no debía estar en aquel lugar, pero realmente necesitaba tener algún contacto con ella.

Tomé su MP3 y reproduje lo último que Lauren estuvo escuchando. Quería escuchar lo mismo que ella, quería de una u otra forma sentir su dolor. Entonces, empezó a sonar Hospital For Souls de Bring Me The Horizon.

"The fragile, the broken. Sit in circles and stay unspoken. We are powerless." "Everybody wants to go to Heaven, but nobody wants to die. I can fear death no longer ; I've died a thousand times."

"La fragilidad, la fractura. Sentarse en círculo y permanecer silencioso. Somos impotentes." "Todo el mundo quiere ir al cielo, pero nadie quiere morir. Ya no puedo temerle a la muerte porque he muerto miles de veces."

Una lagrima, sin darme cuenta, salió sigilosamente y consiguió rodar por mi mejilla. Lauren estuvo escuchando esa canción antes de irse. Recordaba aquella conversación que había tenido con ella; me había dicho que lo hermoso de la música era que te ayudaba a expresar.

— Siento que esta canción habla a mi corazón. —   dijo finalmente Lauren. —   Es como si dijera todo lo que no te atreves a decir en voz alta. Eso es lo hermoso de crear música te expresas con ella y también ayudas a los demás a expresarse. ¿Me entiendes?

En ese momento en mi teléfono móvil empezó a sonar One Last Time el cual era mi ringtone actual. La pantalla arrojaba un nombre: Lauren.