~3~ |Cuarto día de castigo

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...

Jueves

Me despierto al sentir un peso extra en mi cama.

—¡Cornelius!

El gato que está durmiendo plácidamente a lado mío abre perezosamente los ojos.

—Vamos, sabes bien que...

Estornudo.

Tranquilos, no le tengo alergia a los gatos desde que Nielson me dejó en casa ayer empecé a estornudar como si no hubiera un mañana, mamá me dijo que probablemente sea un resfrío que contraje al exponerme a la lluvia.

—Vamos Cornelius, no puedes estar aquí si mamá te pilla...

Cornelius es un gato callejero, no puedo tener mascotas porque mamá es alérgica a casi todos los animales pero hago una excepción con Cornelius y siempre dejo mi ventana entreabierta para que de noche tenga un lugar para dormir.

Además de que está haciendo demasiado frío, no tengo corazón para dejarlo fuera pero como ya amaneció y tengo que ir al colegio, debe salir.

—Andando.

Me levanto y Cornelius también lo hace me mira mal y sale lentamente por la ventana.

—Ja, mal agradecido.

Me visto rápidamente, ya que si tomo tiempo demás me congelaré. No es que sea perezosa pero cuando es invierno tiendo a utilizar una sola chaqueta hasta que esta quede completamente sucia, así que ya saben lo que traigo encima.

—Buenos días Ma.

Mamá sonríe mientras se coloca su abrigo gris.

—Buenos días bonita, la comida está en el microondas, tu desayuno en la mesa me llamaron, tengo que ir al hospital.

Asiento un poco triste mientras mamá me besa en la cabeza y sale de casa.

Nunca tiene tiempo siempre la necesitan en el maldito hospital, ¡Como si no tuvieran bastante doctores!

Después de vaciar el plato con cereales frutales y yogurt de fresa, subo al autobús escolar y me siento al lado de Montserrat.

—Hola.

—¿Qué tal?

Se encuentra escribiendo eufóricamente en su celular.

—¿Con quién escribes?

Aparta la mirada del celular y parpadea varias veces.

—Nadie.

Alzo una ceja.

Desde tu llegadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora