...
Despertar, despertar, despertar...
Palabras que no dejan de rondar a mi alrededor como abejas por las flores.
No sé cuánto tiempo ha pasado otra vez, pero me he dado cuenta de que me cambiaron de habitación.
¿Será algo bueno?
Y pasa, pasa algo que he estado deseando y también evitando.
Despierto.
Siento como si todo vuelve a mí como una brisa de aire frío.
Abro los ojos lentamente mientras escucho el susurro de algo. Creo que el de las cortinas al tapar una ventana.
—Para que los rayos del sol no te lastimen.
Lentamente me observo, tengo la bata de hospital y estoy sin ropa interior...
Siento sonrojarme levemente.
Muevo mis brazos y sonrío al ver como me obedecen, lo mismo con mis piernas y todo el cuerpo.
Sonrío y se siente la sonrisa más auténtica que he tenido en toda mi vida.
Luego la puerta se abre.
La luz de fuera que no es para nada como aquí dentro, me deja cegada y escucho la voz melodiosa tras mío suspirar.
—Con cuidado por favor, sus ojos tardarán en ajustarse a la luz ya que ha pasado mucho tiempo teniéndolo cerrados.
Las siluetas toman formas y luego ahogo un grito.
No tienen cara.
Giro hacia la doctora y tampoco tiene rostro.
Mi corazón se comprime y siento que no puedo respirar.
—¡Doctora, doctora! Mi hija está teniendo un problema.
Otra vez me encuentro en medio de la nada oyendo voces.
Escucho pasos adentrándose y luego la voz melodiosa.
—Maldición... —Murmura.
Me dejo llevar por las cuerdas invisibles que me tiran hacia la nada.
Todo ha sido un sueño.
Un maldito sueño.
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Desde tu llegada
Teen FictionVenu Smith cayó enamorada ante su compañero de intercambio, pero lo descubrió muy tarde pues él debía regresar a su ciudad y seguir con su vida, tanto estudiantil como amorosa. El destino no los quiere ver separados y mediante secretos familiares s...