~38~ |Tiempo

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...

Domingo

Vuelvo a escucharlo.

Abro los ojos y observo el reloj de la pared que marcan los números: 4:30 de la madrugada.

Como lo hice al principio, ignoro el ruido de la ventana pensando en que de seguro es una rama loca del árbol hasta que recuerdo que no estoy en casa.

Y que no duermo en la planta de arriba, por lo cual ninguna rama de árbol llega aquí abajo.

Vuelvo a abrir los ojos y miro la ventana con detenimiento, veo una silueta muy familiar afuera.

—Nielson, ¿Eres tú? —Susurro.

—Sí...

Mi corazón se acelera y no estoy segura si por temor a que nos descubran o por el simple hecho de estar cerca suyo.

—Entra, ¡Rápido!

Observo mi vestimenta, una vez que compruebo que todo esté bien me acomodo bien en la cama y cubro mi cuerpo con la sábana.

No quiero estar frente a Nielson en pijama.

Por suerte la ventana está abierta, él hace a un lado las cortinas e introduce primeramente sus piernas y luego todo su cuerpo.

Una sonrisa se forma en mis labios cuando se sienta al lado mío y me besa despacio.

—No me mensajeaste hoy —Hace un puchero.

Por un momento olvido todo lo de la tarde y vuelvo a ser la tonta enamorada.

—Lo siento, casi no tuve tiempo pero estoy tan contenta de verte Esto es cierto No sabía que te extrañaba tanto.

Él sonríe de lado, esa hermosa sonrisa suya que hace despertar un tornado en mi interior.

—Yo también te extrañaba tanto...

Se acerca a mí y me besa de nuevo, me empuja hasta estar completamente acostada en la cama y cuando abro los ojos él está encima mío.

En mi interior se libra una batalla, por una parte quiero detenerlo pues me aterra la idea de: Nielson y Venu solos en una cama, pero lo deseo.

Deseo a Nielson.

Mis brazos se enroscan en el cuello de Nielson y tiro de él para tenerlo más cerca.

Desde tu llegadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora