~10~ |Te amo

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—¿Venu?

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—¿Venu?

Parpadeo mientras el mundo frente mío se reproduce de nuevo.

¿Nielson y yo estábamos en el baño... sólos?

¿Por qué todo parecía como un cuento de fantasía? Bueno eso sí lo sé.

En un cuarto de baño no puede aparecer de la nada un bosque, efectos de la maldita droga.

—Lo siento, no logro acordarme de mucho.

Él me observa con sus intensos ojos claros, quiero descifrar lo que dicen pero es ilegible, como un libro abierto sin nada escrito en sus hojas.

Nielson suspira mientras toma las bolsas del supermercado que había dejado en el suelo.

Sus manos tiemblan levemente, tan imperceptible que hasta podría pensar que no lo vi.

Pero lo vi.

—Nielson... ¿Qué ocurrió exactamente en la fiesta?

Levanta las bolsas y nuestras miradas se conectan, sus ojos por primera vez me demuestran lo que siente. Miedo.

—Pasaron muchas cosas, es una... —Su vista se desvía de la mía hacia otro punto tras mío—. Es una lástima que te hayan drogado las bebidas.

Un peso se posa sobre mí, creía que diría otra cosa algo como:

"Es una lástima que no te acuerdes de lo sucedido ya que fue un momento único para los dos... sentí una conexión inexplicable y desde ese día no paro de pensar en ti, espero que tú también hayas sentido lo mismo aunque no lo recuerdes"

Pero no, se limita a sonreír torcidamente y me da una torpe palmada en el hombro.

—Adiós compañera.

Un nudo se forma en mi garganta.

Adiós compañera

Claro, no es como que hayamos tenido un momento especial en la estúpida fiesta.

Tomo las bolsas con rabia y camino hasta donde dejé mi bicicleta, no miraré hacia atrás. No lo haré.

Me coloco el casco y guardo las bolsas en mi mochila, subo a la bicicleta y hago lo que no tenía que hacer.

Miro a Nielson, accidentalmente pero lo veo.

Se encuentra hablando con alguien que está dentro de una camioneta.

No parece Nielson, con esa postura desinteresada y gestos desganados mientras explica algo.

No logro ver con quien habla ya que mi bici choca contra un alumbrado público.

Volteo la cabeza rápidamente pero de igual forma siento su mirada sobre mí, mis mejillas se tornan rojas y pedaleo lo más rápido que puedo.

Desde tu llegadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora