Venu Smith cayó enamorada ante su compañero de intercambio, pero lo descubrió muy tarde pues él debía regresar a su ciudad y seguir con su vida, tanto estudiantil como amorosa.
El destino no los quiere ver separados y mediante secretos familiares s...
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...
—Venu.... —Su voz despierta emociones indescriptibles en mí—. Siento tanto verte así, pero lo que más siento es no haber estado aquí desde el principio.
Silencio.
—Recién acabo de enterarme que estabas aquí mediante una conversación que tenían Jane y su mamá, no las culpo por no haberme dicho ya que no me tendría que importar... pero me importas Venu, maldición me importas demasiado y verte acostada en esta camilla con los ojos cerrados hace que mi corazón se comprima y retuerza de forma dolorosa...
Quiero reaccionar al sentir su mano acariciando mi mejilla pero no puedo, me siento tan débil... apenas puedo escuchar.
—No sabes cómo reaccioné al escuchar de tu accidente y que han pasado dos meses de ello y que no estaba enterado, las dejé plantadas ya que estábamos en una cena y vine de inmediato aquí, con lágrimas en mis ojos tu mamá decidió dejarme entrar, créeme que en verdad he tratado de saber de ti en estos meses porque no hay un solo día en el que tu nombre no ronde en mi cabeza pero tu celular daba apagado y Montserrat no me respondía, una vez fui a tu casa pero nadie estaba.
Suspira.
—Venu en realidad estaba tan desesperado... —Su voz se quiebra—. Yo estaba tan harto de Jane que tampoco me dejaba hacer algo con sus celos ridículos aún ni siquiera sabiendo que eras tú y créeme que el enterarme de que en cierta forma son parientes no ayudó, solo pensaba en preguntarle por ti pero me contuve porque si meto la pata estaría acabado...
Su tono de voz me asusta.
—En fin... quisiera quedarme aquí toda la noche, quedarme a hacerte compañía hasta que despiertes nunca me cansaría de peinarte o leerte un cuento para que no estés aburrida —Ríe amargamente—. Pintarte las uñas y contarte cuan enamorado estoy de ti, pero tengo que hacer lo que prometí muchos años atrás, estar con Jane espero que hayas leído la carta que te di de seguro sabes de lo que estoy hablando.
Siento su mano acariciar mi brazo y me estremezco internamente, pensar que estoy sin ropa interior no ayuda.
—No creas que prefiero estar con Jane, por supuesto que no mi felicidad está junto contigo, solo tú me haces verdaderamente feliz Venu Smith —Lo escucho acercarse mas con la silla—. Y por eso antes de irme te leeré un cuento.
Se toma un momento para seguir.
'Cuenta la leyenda que el Sol y la Luna eran dos jóvenes humanos que se profesaban un amor inconmensurable. Todo el mundo hablaba de su romance, desde la Tierra hasta el Olimpo, por lo que la noticia no tardó en llegar a Afrodita, la diosa del amor y la belleza.
Llena de envidia, Afrodita bajó al mundo de los mortales y haciendo gala de sus grandes dotes de seducción, trató de enamorar al joven Sol. Después de cientos de requiebros y caricias, el chico terminó por confesar a la diosa que, aun siendo consciente de que no había en el mundo una belleza mayor a la suya, él estaba perdidamente enamorado de la Luna y jamás podría serle infiel.
Afrodita montó en cólera y decidió castigar a los dos jóvenes, enviándolos al cielo de modo que jamás pudiesen volver a estar juntos. Por esa razón, desde entonces, él sólo puede verse por el día, mientras que ella lo hace por la noche.
A pesar de todo, Zeus decidió apiadarse de ellos y tras hablar con el Sol, le aseguró poder ver a su amada siempre que lo intentara con todas sus fuerzas. Así, a veces, cuando el joven hace acopio de todas sus energías y el Sol brilla con gran intensidad, se puede ver levemente a la Luna, que lo saluda desde el horizonte'.
Quiero sonreír al escuchar su voz.
—Y eso es todo, mi madre solía leerlo cuando era pequeño. Es una leyenda mexicana.
Antes de poder intentar moverme otra vez una fuerza invisible me estira lejos de todo, dejándome en el vacío.
