08

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— Cerra la puerta, enana — me dice Marcos cuando todos entramos a su casa.

Cierro la puerta y me siento en unos de los sillones.

La fiesta se puso aburrida asi que mks propuso venir a su casa un rato y todos accedimos; Frijo, Dam, Martha, Midel, Ecko, Duki y yo.

Miro la hora de mi celular y dan las 5:34 de la mañana, suelto un bostezo y Marcos me da una sonrisa.

— ¿Queres ir a dormir? — me pregunta.

— Estoy cansada.

— Anda a mi cuarto — me dice y yo me pongo de pie.

— Cualquier cosa me despertas — le digo y le doy un beso en el cachete.

Saludo a todos y abrazo a Martha, subo las escaleras y noto la mirada de Ecko en mi espalda.

Abro la puerta del cuarto y me sorprendo al ver lo ordenado que esta, Marcos siempre tiene todo hecho un desastre.

Me saco las zapatillas y saco de mi mochila un short negro deportivo y me dejo la remera que tengo puesta.

Boludeo un rato con mi celular hasta que la puerta se abre y Matias entra con una sonrisa.

— Hola Mariposa.

— Hola — digo sonriendo — ¿Que necesitas?

— Quiero dormir, ¿Puedo? — dice señalando la cama donde estoy.

— ¿Y porque no te vas a tu casa?

— Que mala estamos — dice sacandose las zapatillas y la gorra — quiero acostarme un ratito.

No digo nada y cuando se mete abajo de las colchas conmigo trato de estar lo mas lejos posible de el.

— ¿Por que estas tan lejos? — pregunta.

— Dejame dormir.

Unos segundos despues me agarra de la cintura y me arrastra contra el.

Sus manos agarran los bordes de mi short y lo bajan lentamente hasta que me lo saca por completo.


Comienza a besar la parte de atras de mi cuello y pasa su mano por mi entrepierna con paciencia.

— Matias...

— ¿Que?

— No me tortures.

Termino de decir eso y me penetra con sus dedos de una manera salvaje.

Me muevo contra el y siento como su amigo crece de a poco. Sus dedos hacen magia conmigo y cada vez van mas rapido.

— ¡Nacho! — gimo cuando el orgasmo me invade y sonrie en mi cuello.

Juega un rato mas con mi cuello hasta que una de sus manos toma la mia y la coloca encima de su pantalon.

Se lo que quiere, bajo su cierre y su pantalón.

Mi mano toma su amigo y el suelta un gemido, aumento el ritmo y escuchó como gime mi nombre.

Unos segundos mas y respira salvajemente, y mi mano se moja cuando se viene en ella.

Los dos respiramos entrecortadamente.

— Resultaste ser todo un diablito — me dice sonriendo y dejando un beso en mi mejilla.

— Tengo que... limpiarme — digo y el asiente sonriendo.

Voy hasta el baño y cuando vuelvo el se esta poniendo las zapatillas.

— ¿No te quedabas?

— No — dice y se acomoda la gorra — tengo otras cosas que hacer.

se pone de pie y cierra la puerta.

Y yo me quedo parada en el medio de la habitación.

— ¿Que paso? — dice Lautaro entrando en el cuarto y se acerca a abrazarme cuando rompo a llorar.

Me alsa y me acuesta en la cama.

— Shhh — dice acariciandome la cabeza.

— ¿Porque es asi conmigo? — digo entre lagrimas — Despues de que se divirtió se fue a la mierda. ¿no se da cuenta que me duele?

— Es un imbécil — dice y me abraza — dormi que mañana te llevo a tomar un helado¿si?

— Si.. — susurro calmando un poco mi llanto.

— Te amo... — escuchó que susurra antes de quedarme dormida.

dulces besos ; ecko © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora