09

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La cabeza me duele horrores de tanto llorar.

Observó a Martha a mi lado, Marcos a mi otro lado y Dam en los pies con medio cuerpo afuera.

Se quedaron hasta las 7 de la mañana. Dam se acostó todo borracho, amenazando con cortarle el pene a Ecko y darselo de comer al perro de Marcos.

Rio despacio al recodar eso, pero Matias invande mi mente haciendo que toda mi felicidad se esfume de nuevo y un nudo se forma en mi garganta.

— ¿Estas bien? — La voz de Martha hace que me sobresale.

— Si si — digo dandole una sonrisa.

— ¿Querés ir a dar una vuelta? — ofrece con una sonrisa.

— Mmm bueno...

Me da un beso en la frente y se levanta para alcanzarse la mochila.

Me meto al baño y me pongo el pantalon negro de la noche anterior pero me cambio de remera.

Me lavo la cara, dientes, hago mis necesidades y suelto un suspiro mirandome al espejo, tengo las ojeras mas grandes del mundo.

— ¿Estas bien? — dice Lau golpeando la puerta.

— Si ya estoy — digo abriendola.

— Dale hermosa, vamos — me agarra de la mano y bajamos las escaleras.

Después de dejarle un mensaje a Marcos que volvemos mas tarde, nos vamos a una heladeria.

— ¿De limón? — dice cuando entramos y yo le sonrió.

— Sabes que si...

Me guiña un ojo y se va a buscar los helados.

De alla vuelve con uno de limón y otro de banana con dulce de leche.

Me da el mio y se sienta.

— ¿Querés contarme bien lo que paso anoche? — pregunta cuidadosamente.

— Entro al cuarto de Marcos y se acosto conmigo, y bueno...

— ¿Lo hicieron?

— No — niego — lo otro...

— ¿Le hiciste un pete y el te metio los dedos? — dice.

— ¡Dios! — digo mirándolo mal — no hacia falta decirlo.

— Me gusta ser directo — dice riendo.

— Bueno si... y despues me meti al baño, cuando sali se puso las zapatillas y se fue.

— No queria decir te lo dije pero te lo dije — dice comiendo su helado.

— Ya se que es una mierda conmigo, pero me gusta y no puedo dejar de pensar en el ni un rato... yo se que puede cambiar. y si no le gustará no me buscaria ¿no? y la otra vez no se dio cuenta pero estabamos peleando y me grito que no me podia sacar de su cabeza.

El mira su helado y después a mi.

— Ecko estaba enamorado de una chica que se llamaba rocio — dice y yo le prestó atencion — ella lo engaño miles de veces pero miles eh, y el volvia como tonto porque la queria hasta que un dia abrió los ojos y se alejo de ella... estuvo meses llorando, hasta que un dia pudo superarla. De eso hace ya dos años mas o menos y nunca mas se puso de novio de nuevo.

— ¿Si? — pregunto sorprendida.

— Si y por eso es asi ahora supongo. El amor para el es algo que te hace debil... por eso no doy muchas oportunidades a que cambie como es.

— No me voy a rendir — digo segura.

— Esa es mi nena — dice agarrandome los cachetes — si las cosas no salen bien sabes que estoy aca, aunque a veces me enoje ¿si?

Asiento y le doy un abrazo.

— ¿Volvemos? — pregunta — ¿O vamos a tu casa?


Y en esos momentos me acuerdo de mi papa, la puta madre.

— ¿Porque esa cara? — pregunta.

— ¿Anoche que le dije a mi papa?

— Que no ibas a volve... ¡no! ¿pero no te llamo?

— Mi celular esta apagado desde anoche.

— Te mata a vos y me mata a mi — dice poniendose de pie — vamos a tomar el colectivo.

Vamos corriendo a la parada y llegamos junto a tomar el que va a mi barrio.

— Pagas vos — dice Lau y pasa para el fondo.

— Hijo de puta — murmuro y pago dos boletos.

Nos bajamos en la esquina de mi casa y me paro en la entrada.

— Si pregunta nos quedamos dormidos y recién nos levantamos — le digo y el asiente.

Abro despacio la puerta y espero a que entre Lautaro para cerrarla.

El silencio reina la casa y suspiro aliviada.

— De la que me salve...

— ¿Donde estabas? — dice mi papa saliendo de la cocina con los brados cruzados.

— En la casa de Lautaro...

— ¿Y porque no me avisaste?

— Nos quedamos dormidos anoche viendo una pelicula y a Flor se le murio el celular, David — dice Lautaro con una sonrisa.

— Voy hacer como que les creo, ahora yo me marcho... — dice y me da un beso en la frente y le da un golpe en la espalda amistodo a Lautaro.

— ¡Hey! para, ¿porque te vas? — le pregunto y el se para antes de cerrar la puerta.

— Tu mama trajo un regalo — dice y se va.

— La puta madre — digo y Lautaro rie.

— ¡UNA CARITA ENOJADA PARA VOS! — grita mi hermanita de 5 años.

— Me cago en mi mamá.

— ¡OTRA CARITA ENOJADA! — grita señalandome.

Mora, la enana que esta parada con dos colitas sosteniendo su pelo rubio es el demonio en persona, cada vez que alguien dice alguna mala palabra grita y te da una carita enojada. Viene todo los fin de semanas y cuidarla se basa en tener mucha comida, el tele tiene que ser para ella y no decir malas palabras.

— ¿Hasta cuándo te quedas? — pregunto abrazandola y despues Lautaro la levanta y le da muchos besos.

— Hasta mañana... y papi no vuelve hasta dentro de dos dias — dice dandole besos a Lautaro — Tu amigo es muy bonito.

— ¡Hasta las nenitas se enamoran de mi! — dice Lautaro sonriendo.

— Es bonito pero mio, ojito — le digo y ella rie — Bueno... ¿dejo algo de comer?


— Sip, pizza pero a la noche dijo que compres.

— Bueno voy a cocinar.

Me meto a la cocina con Lautaro y me ayuda a cocinar.

dulces besos ; ecko © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora