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Un ruido molesto hace que abra mis ojos, tardo unos segundos en acostumbrarme a la oscuridad.

Cuando lo hago, noto a Matias agarrandose las rodillas a mi lado, llorando.

— Eu — le digo y trato de tocarlo.

— Estoy bien — dice entre lagrimas.

— ¿Que paso? — el me abraza fuerte.

— Me siento una mierda...

— ¿Y eso?

Se acuesta en mi estómago y yo acarició su pelo, despues de que su llanto para lo escucho suspirar.

— Te veo y me acuerdo de todo lo malo que pasaste por mi culpa — comienza a hablar — me duele posta, me siento culpable.

— ¿Cuantas veces te voy a decir que eso ya paso? — digo.

— Me siento culpable Mariposa.

— No ya esta de eso — hago que se levante y me mire — yo te amo ahora y lo que paso antes fue para que hoy estemos juntos ¿si? te ame en ese momento y te amo ahora, y sufri pero fue necesario. no te tengo rencor amor — le susurro.

— ¿Segura? — pregunta con sus ojos llorosos — si hago algo mal me tenes que decir ¿sabes?

Suelto una risista y le doy un beso.

— Si amor — le digo y el se acuesta agarrandome de la cintura.

— te amo.

— Yo a vos Nachito.

(***)

— ¿Nacho? — pregunto al despertarme y no ver a nadie a mi lado.

Silencio.

Que no se haya levantado al baño, lo ve mi papa y me muero.

Me pongo mis pantuflas y salgo de la habitación.

— ¿Nacho? — pregunto en la puerta del baño y no hay nadie.

¿Donde se metió?

Me voy hasta la cocina y lo veo sentado riendo. con mi papa.

— ¿Hola? — pregunto.

— Hola hija, estaba conociendo a Matias — dice mi papa sonriendo — ¿Porque no me dijiste que salian?

— Nunca me preguntaste — digo haciendome la tonta.

— Que mala persona, ¿escondes lo nuestro? — dice Ecko sonriendo.

— Si mati, me lo escondio — dice mi papa — no quiere contar lo suyo.

— Si... que mala.

Ruedo los ojos y me siento.

— Son molestos los dos — digo riendo.

— ¿Que hora es? — pregunta mi papa viendo su reloj — uh ya son las 11 y 30.

Se pone de pie, me da un beso y a matias la mano.

— sos un buen chico hijo — le dice y agarra su teléfono — nos vemos a la noche flor.

Le sonrió y el desaparece por la puerta.

— Hola amor — dice dandome un beso — ¿Te hago el desayuno?

— ¿Posta? — el asiente riendo — uh si, dale.

Me da un beso y se levanta a buscar las cosas oara preparar un buen desayuno.

dulces besos ; ecko © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora