Capítulo XXII

302 27 23
                                    

****ADRI****

Ned me dejó su sitio habitual encabezando la mesa y se sentó a mi derecha. Elric tomó el asiento de mi izquierda. Cuando comenzó a comer la tripulación pude deducir que todos pertenecían al pueblo llano. Sus modales a la hora de comer no eran los de la nobleza o eruditos. Ned por el contrario, a pesar de haber estado varios meses viviendo como un pirata, no había olvidado los modales a la hora de comer. Me imaginé que normalmente no se comportaría así a la hora de comer, pero yo me encontraba delante en ese momento. Elric parecía algo abrumado intentando imitar mi forma de comer y la de Ned.

—No hace falta que comas con los modales requeridos para la nobleza— me incliné sobre Elric para que nadie más pudiera escuchar nuestra conversación—. Si te soy sincera me gusta más comer sin tener que preocuparme por los modales. Y tu te ves igual de elegante comiendo de una forma u otra.

Le mostré una pequeña sonrisa con la esperanza de que nadie más la pudiera ver. Si hubiera estado a solas con Elric no me hubiera preocupado de mis modales, pero tenía que mantener la compostura y modales ante todo el reino, y ello incluía una tripulación pirata. Con Elric me permitía el placer de ser yo misma, le había dejado traspasar mis muros. Sólo Elric y Aeron habían llegado a conocerme tan bien. Ni si quiera a Ned le había dejado traspasar mis muros de hielo. Pero delante del resto del mundo debía de comportarme como la princesa que era. Además de no poder mostrar ninguna debilidad que pudieran usar en mi contra. Por ello siempre me mostraba fría y distante. Alyssa en cambio siempre se mostraba dulce y dispuesta a hablar contigo y echar unas risas. Debido a la gran diferencia con mi hermana mayor me había ganado el apodo de la princesa de hielo.

Elric me respondió con una sonrisa resplandeciente. Noté como algo dentro de mí se derretía. Me odié por ello. No podía dejar que Elric se convirtiera en mi debilidad. El muchacho se centró de nuevo en su comida pero esta vez dejó de intentar comportarse con modales y comenzó a comer usando las manos. Se le veía mucho más cómodo y parecía estar disfrutando más de la comida. Ahí me di cuenta de lo diferente que éramos. Es verdad que yo también preferiría poder comer con la mano, pero nunca se me permitía ese placer. Hasta estando a solas comía con cubiertos. Elric, por el contrario, comía siempre con las manos. A penas sabía usar unos cubiertos. Sería gracioso verle intentando usar todos los cubiertos de la mesa durante una comida en el castillo.

—Adri—llamó mi atención Ned haciéndome volver a la realidad—¿le apetecería luego reunirnos en su actual camarote para ponernos al día de los sucesos?

—Me encantaría Ned. Cuando acabemos la cena nos reuniremos los tres en mi camarote para hablar de los acontecimientos.

Los ojos de Ned se volvieron fríos ante mi respuesta. A Ned se le había dado siempre de maravilla esconder sus emociones y verdaderos pensamientos. Pero conseguía ver la mayoría de tiempo a través de sus muros. Elric no le había caído muy en gracia por decirlo de manera suave. Ned simplemente quería hablar conmigo a solas como en los viejos tiempos, sin la presencia de Elric. Pero era necesario que hablásemos de los planes futuros, y para ello tenía que estar Elric presente, puesto que él formaba parte de ellos y tenía palabra en el asunto. Cuando terminásemos ya hablaríamos Ned y yo a solas. Me debía una explicación de su repentina desaparición tiempo atrás. No me gustaba nada admitirlo, pero su partida me había dolido. Allí en castillo mis mayores apoyos eran Aeron y Ann, pero después de ellos, en los que más confiaba eran en Eddard Hawkins y Niccolo Hawkins. Es decir, en Ned y su hermano gemelo Nico.

Con Nico había seguido manteniendo mi relación de amistad. Además, los dos nos habíamos quedado algo tocados tras la partida inesperada de su hermano, por lo que habíamos sido un apoyo mutuo y necesario para el otro. Aunque ahora, pensándolo bien, me di cuenta de que Nico había sabido el motivo y lugar de partida de su hermano. Seguramente se habrían mantenido en contacto de alguna forma. Niccolo me dijo que no intentara buscar a Ned. Yo sabía que la carta que supuestamente había dejado Ned explicando su partida no era cierta. En ella ponía que dejaba la corte puesto que no se veía preparado para heredar en un futuro el título y responsabilidades de su padre. Ned era el mayor de los gemelos y por lo tanto el heredero. Pero yo sabía que no era cierto. Ned tenía madera para ser un gran duque. Lo había comentado con Nico, pero éste me había rogado que dejara el asunto. Era una decisión de su hermano y teníamos que respetarla. ¡¿Cómo se había atrevido Nico a ocultarme tal información?! Se enteraría de lo que es bueno cuando regresara a castillo.

La Princesa de HieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora