****ELRIC****
Adri se estaba sirviendo vino en el vaso cuando de repente el barco se tambaleó por completo. El vino cayó sobre Adri manchando sus ropajes y parte de la cama. Miré a la muchacha confundido. ¿Qué había sido aquello? De repente el barco sufrió una segunda sacudida. La tripulación del barco comenzó a gritar en el exterior. No entendía bien lo que decían así que decidí salir a fuera a ver lo que pasaba, pero Adri se me adelantó a la idea. La muchacha dejó de lado la cena y yo la imité. Iba a dirigirme hacia la puerta pero me di cuenta de que Adri iba a por su espada. ¡Qué tonto era! Seguí su ejemplo y cogí la espada que Adri me había dejado el primer día que nos conocimos y me colgué el arco y el carcaj de flechas a la espalda.
Afuera la tripulación corría nerviosa. Las llamas comenzaban a comer la cubierta mayor. Además se encontraba roto el mástil mayor del barco. Me fijé en que Adri miraba con rostro serio debajo del mástil, y entonces me di cuenta de lo que miraba. Un hombre había muerto al caer el mástil sobre él. Iba a proponer a Adri ir a comprobar si seguía con vida aquel hombre. Tenía toda la pinta de encontrarse muerto, pero por si acaso no costaba nada comprobarlo. Adri miraba con la mandíbula tensa más allá del barco. Me tensé de golpe al vislumbrar que es lo que Adri miraba. Un barco iba a nuestro par y nos estaba atacando. Me fijé en la bandera que llevaban. Era una barco pirata.
El capitán de nuestro barco comenzó a gritar órdenes y una bala de cañón impactó en el costado del barco pirata. Por desgracia no causó grandes desperfectos. Enseguida nos respondieron con otro cañonazo. El barco se tambaleó y vi como Adri tropezaba y se inclinaba hacia adelante. ¡Iba a caerse por la borda! Rápidamente solté la espada, agarré a Adri por la cintura y la atraje hacia mi. La muchacha se aferraba con la mano izquierda fuertemente a mí a causa del susto. Pero cuando levantó la cabeza y nuestras miradas se encontraron pude ver determinación en sus ojos. Cuan equivocado había estado al conocerla y pensar que era una frágil muchacha.
Adri se agachó y recogió mi espada del suelo.
—¿Hasta el final?—preguntó mientras me ofrecía mi espada.
—Hasta el final—prometí agarrando mi espada.
De repente el barco tembló aún más fuerte que las veces anteriores haciendo que ambos nos tambaleásemos. Hombres de ambos barcos cayeron al mar tras el choque. Nos encontrábamos muy cerca del barco enemigo. Vi como los piratas comenzaban a abordar nuestro barco con ayuda de cuerdas y tablas de madera. Miré a Adri confuso, nunca había estado en una situación así por lo que no sabía como actuar. A pesar de que Adri se debía de encontrar igual de perdida que yo, no lo mostraba. Envidiaba la valentía que poseía. Pero esta vez no iba a permitir que el miedo me paralizara como ocurrió la última vez que nos atacaron. Si volvía a comportarme así ponía la vida de Adri en peligro, y por nada del mundo iba a dejar que le pasara algo.
Volví a la realidad cuando vi a Adri adelantarse y cargar contra un pirata que se encontraba a unos metros de nosotros. El pirata bloqueó fácilmente el ataque de Adri con su espada y cargó contra ella. Pero la muchacha consiguió bloquear la espada del pirata sin aparente esfuerzo. Adri era muy rápida y tenía grandes reflejos. Sus espadas chocaron una vez tras otra. Aquel pirata era muy hábil luchando. Intentó alcanzar a Adri con una patada pero la muchacha la esquivó. Vi como sus ojos se volvían fríos como el hielo. Adri odiaba cuando el contrincante jugaba sucio. Había tenido la misma reacción al luchar contra Leda. Con un giro casual del filo de su larga espada, Adri mandó volando por los aires la espada de su contrincante. Y sin dudar ni un segundo atravesó la tripa de aquel hombre. Giró la hoja de su espada. La camisa blanca del pirata comenzó a empaparse de sangre y su cuerpo cayó al suelo sin vida.
Adri se giró un instante para comprobar que yo seguía vivo y a continuación se dirigió hacia el centro de la cubierta mayor. En ese instante no admiraba su valentía, si no que la despreciaba. En el centro de la cubierta mayor estaba teniendo lugar la mayor parte de la lucha, por lo que al peligro que se exponía Adri era aún mayor. La seguí rápidamente, pero antes de alcanzarla se interpuso un pirata entre ella y yo. Cuadré los hombros y apreté la mandíbula. Esta vez no iba a huir. Tenía que ser valiente por Adri y protegerla. No podía dejar que ella se encargara de protegerme a la hora de luchar cuerpo a cuerpo.
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La Princesa de Hielo
FantastikEl continente de Erelín está dividido en cinco reinos que mantienen la paz. ¿Pero será esta paz duradera? Las familias que gobiernan cada reino lucharán por tener mayor poder que las demás. Un juego peligroso en el cual participan personas dispuesta...