***ELRIC***
La tarde anterior un criado había preparado mi equipaje para el viaje bajo mi supervisión. Al fin iba a ver a mis padres y tener que tomar una decisión final. No era el momento más apropiado para tomarla, ya que con Adri mi situación no era la mejor que digamos.
Fui al patio principal puesto que era el punto de partida. Había un ajetreo que jamás había visto en castillo. No pude contar cuantos caballeros había en el patio, pero a ojo eché que habría unos cien. Todos con libreas color azul marino. Miles de criados corrían de un lado a otro cargando con cosas y comprobando que no faltara nada.
Aunque me joda admitirlo lo primero que hice fue buscar a Adri entre el gentío. Pero no la veía por ningún lado. En cambio distinguí la figura del rey Iulianus y de la reina Silvana que controlaban que todo fuera según lo previsto. Cuando conocí a los reyes vi en ellos rasgos que veía en el rostro de Adri. Pero en la forma de actuar aún no podía juzgar a quien de los dos se parecía más Adri.
Me quedé en medio del bullicio sin saber muy bien que es lo que debía de hacer. Contemplaba maravillado la coordinación que había entre los sirvientes cuando una voz me sobresaltó.
—Señor Elric, el rey le ofrece la elección de viajar en un pequeño carruaje usted solo o montar a caballo.
—Eemmm...—la pregunta me había pillado desprevenido—. ¿Cómo debería viajar?
Ann, la sirvienta personal de Adri, se asombró que le preguntara aquello. Me imaginaba que normalmente nadie le preguntaba por su opinión.
—El rey, la reina, la princesa Alyssa, la princesa Lorelei, la princesa Damara, la princesa Selene y la princesa Aileen viajarán en carruaje señor.
—¿Y la princesa Adrienne?
—Ha decidido viajar en su propia montura puesto que Amarok la va a acompañar durante el viaje.
¿Aquella enorme bestia iba a acompañarnos durante todo el camino? Aunque Adri me había asegurado que Amarok no iba a hacerme nada yo no lo tenía tan seguro. Aquel lobo del norte imponía bastante. No conocía a nadie tan estúpido como para intentar atacar a Adri si se encontraba cerca de su querida mascota. Supongo que ese era el plan de Adri y el motivo por el que su padre había aceptado.
—Yo viajaré a caballo.
—Perfecto señor, mandaré ensillar a uno de los mejores caballos de los establos reales.
Hizo una pequeña reverencia y se marchó a paso rápido. Si Adri viajaba a caballo yo también lo haría.
—Buenos días señor Elric. ¿Cómo se encuentra esta mañana? Aguardando el momento de regresar a casa supongo.
Al lado mío se encontraba Lorelei con una gran sonrisa
—Buenos días su alteza—saludé con una reverencia. Cada vez se me daban mejor—. La verdad es que tenéis razón princesa. ¿Y vos?
—Adoro viajar y ver nuevos lugares. Pero si soy sincera, el destino final no es que me atraiga mucho.
—No la culpo princesa—Lorelei dejó escapar una pequeña sonrisa.
—Estoy ansiosa por conocer a sus padres señor Elric. Se que la curiosidad no es buena, pero es lo que siento en este caso. Seguramente sean encantadores como vos.
Ésta vez sonrió más ampliamente. Durante una fracción de segundo me recordó a la sonrisa de Adri.
—Perdonarme la interrupción señores, pero madre os está buscando hermana—la voz de Adri nos pilló por sorpresa a los dos.
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La Princesa de Hielo
FantasíaEl continente de Erelín está dividido en cinco reinos que mantienen la paz. ¿Pero será esta paz duradera? Las familias que gobiernan cada reino lucharán por tener mayor poder que las demás. Un juego peligroso en el cual participan personas dispuesta...