CAPITULO NUEVE PARTE DOS

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Me doy un momento para conocer más el pueblo. Encuentro varias tiendas que nunca pensé que podría encontrar en este pueblucho; hay un taller de equipos tecnológicos, una tienda de ropa y una tienda de historietas. Entro en la tienda de historietas y me doy cuenta que no es tan solo una tienda de historietas. La tienda está dividida en varios aspectos; a un lado están las historietas, al otro hay una sección de películas con varios carteles de exhibición y al otro unas estanterías de biblioteca y junto a esta un telescopio con un pequeño aviso que dice "50% DE DESCUENTO." Me acerco un momento al telescopio para observarlo más detenidamente. Tomo la caja junto al telescopio exhibido y lo ojeo. Nunca antes había visto uno, pero admito que la idea de que pueda ver Aster. Desde el patio trasero me llena de emoción.

—¿Te importaría?

Miro sobre mi hombro y veo un chico el cual parece de mi edad, pero más bajo y delgado. Lleva puesta una sudadera color azul, jeans cafés y unos lentes de marco cuadrado las cuales hacían ver su cabeza más pequeña.

Me quita la caja de las manos y se la lleva al mostrador para pagar. Miro un rato los libros cubiertos de polvo, probablemente nadie los ha limpiado o tacado en años. Salgo de la tienda y veo al chico de hace un momento llevando la caja con dificultad. Sube la caja a un auto donde un sujeto empieza a gritarle cosas y por su olor a alcohol puedo decir que este ebrio. Decido ignorarlo y sigo mi camino el resto del pueblo no es tan grande o amplio como pensé.

Ya estaba de regreso en la lujosa mansión. Entro y lo primero que veo son unas maletas junto a la puerta, miro alrededor. Las luces están apagadas. Subo las escaleras hasta el cuarto de María. Golpeo la puerta, pero no responden. Abro la puerta y lo primero que veo es un zapato dirigiéndose hacia mí por lo que me hago a un lado para esquivarlo.

—¿Qué crees que haces idiota? —Pregunta Vee.

Miro la habitación, pero no veo a María.

—¿Dónde está María? —Pregunto.

—¿Qué pasa?

Volteo y veo a María con un tazón lleno de papas.

—¿Dónde estaban? ¿Por qué se fueron?

Ella se encoge de hombros.

—Bueno como vimos que te llevabas tan bien con la mesera —Dice Vee con un tono totalmente sarcástico—, decidimos no molestarte.

Miro a María y ella aparta la mirada.

—¿Tomaste tus pastillas? —Pregunto.

—Si.

—Porque no mejor te largas y nos dejas ver la película en paz —Gruñe Vee.

Estoy por discutirle, pero siento punzadas en mi cabeza, quiero decir algo, pero siento como si mi garganta se estuviera cortando mis cuerdas bocales. El dolor es intenso haciéndome sujetar la garganta.

—Estaré en mi cuarto —Digo. Mi voz suena ronca.

Entro y cierro de un portazo. Siento como mi cabeza arde. Entro al baño y abro la ducha, siento como el agua fría corre por mi cabeza y espalda. Aprieto con más fuerza mi cabeza para ayudar a que el dolor se calme. Siento como el dolor aumenta de poco a poco. Quiero gritar, pero me abstengo no quiero llamar la atención de María y su amiga. El dolor aumenta. Se sienten como punzadas que quieren salir, explotar como una bomba. El dolor se detiene. «por fin-pienso." Cierro la llave y salgo de la ducha. Me siento cansado, agotado, como si ese pequeño momento me hubiera drenado por completo. Me quito la ropa mojada quedando solo en ropa interior. Estoy solo, así que aprovecho para descansar. Siento como se mueven alrededor de mi vertebra y sale por la parte inferior de mi espalda.

Tomo las sabanas he intento dormir a pesar deldolor de cabeza.   


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Mi nombre es D. | Saga La Voluntad De Uno.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora