Despierto por las lamidas en mi cara. Siento un inmenso dolor de cabeza, los ojos me arden a pesar de que los tengo cerrados con unas gasas.
—¿Talía? —Digo nervioso esperando que este aquí.
—Aquí estoy aquí —Dice agarrando mi hombro.
—¿Qué es esto? —Pregunto intentando quitarme la gasa de los ojos.
—No te la quites —Dice agarrando mis manos—, necesitas descansarlos.
—¿Dónde estamos? —Pregunto.
—Es casa —Dice—, me llamaron de la casa de María.
No pregunto quién la llamo. Estoy seguro que después sabremos de Louren.
—¿Qué hora es?
—De madrugada.
Me levanto, pero caigo de vuelta al sofá. A pesar que no veo nada siento que todo me da vueltas a mi alrededor.
—Estos legados, no son tan buenos como dijiste —Digo en tono de broma.
Silencio.
—¿Estás ahí? —Pregunto.
—Si. Debe ser por la cantidad de energía en tu cuerpo.
—¿A qué te refieres con energía? —Pregunto mientras ella me acuesta en el sofá.
—¿Recuerdas eso que dije acerca de las plantas? —Dice mientras me quito mi camiseta.
Lo pienso por un momento. Hace mucho que no pienso en eso, y es difícil saber si hablaba de cuando aún no sabía inglés.
—No realmente —Confieso.
Estoy casi seguro de que escuche una risa. Siento las frías esferas posicionándose en mi abdomen y empiezan a rodar sobre mi cuerpo.
—Las plantas —Responde—, tanto las plantas como los animales y las personas vivimos a base de energía vital.
—No lo entiendo —Interrumpo.
—Algunos legados —Continua—, son como correr o nadar, nos pueden cansar si los usamos. Pero tú eres diferente.
—Sigo sin entenderlo —Confieso.
—Tu cuerpo no tolera tu fuerza.
—Ah sí claro eso tiene más sentido —Digo sarcásticamente.
Me siento buscando mi camiseta arrastrando mis manos entre el sofá. Me coloco mi camiseta y me paso la mano por mi cabello.
—Ya puedes quitártelas —Dice Talía.
Paso mi mano por las gasas y las quitos delicadamente. Abro mis ojos despacio y lo primero que veo son a Obol y Shirunugue mirándome fijamente. Me rasco el ojo izquierdo, de cierta forma se sienten más ligeros. Me levanto y me acerco a un pequeño espejo. No llevo mis lentes de contacto.
Miro a Obol y shirunugue y les acaricio sus cabezas. Sus miradas me transfieren algo de nostalgia, como si antes hubiéramos pasado por esto.
—Hola.
Miro detrás mío y veo a Talía. Aparto la mirada. Ella se acerca a mí y me pasa un plato de carne.
—Ven, vamos a desayunar.
Me siento en el comedor y me quedo mirando el plato de carne frente a mí. La luz que entra a la cocina me molesta haciéndome entrecerrar los ojos. Talía me pasa unos lentes de sol y me los acomodo.
—Gracias —Digo dando el primer mordisco al pedazo de carne.
Después del frustrante intento de telequinesis de mi entrenamiento matutino me dirijo al baño para refrescarme. Abro la bañera y siento el agua pasar por mi cuerpo. Ya no es muy fría o muy caliente, solo tibia. Una sonrisa tonta se me escapa, ahora tengo más control de mi fuego. Fuego, me gustaría poder mostrarle mi fuego ¿Cómo hubieran reaccionado todos al verme por fin usar fuego? Solo de imaginarlo se me escapa una risa tonta.
Cierro la llave y me dirijo a mi cuarto. Bajo hasta la cocina y tomo una manzana de la cocina. Escucho a Talía llamarme.
—¿Qué pasa? —Pregunto dando un mordisco a la manzana.
—Atraparon a tu amigo.
Miro las cinco pantallas, todas mostrando la misma noticia "Demon Nigth atrapado."
NUEVO CAPITULO SUBIDO.
NO OLVIDEN QUE SUS VOTOS ME AYUDAN.
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Mi nombre es D. | Saga La Voluntad De Uno.
Science FictionExisten otras razas, otras vidas más allá de la tierra. Durante años nos hemos mantenido ocultos entre ustedes. Vivimos con habilidades las cuales solo pueden soñar, con los poderes que solo pueden imaginar y en una guerra la cual no quieren ni pens...