Me siento en mi asiento esperando que los demás lleguen. Veo a María que llega y se acerca hasta mí. La saludo con un beso y hablamos un poco. Ella me cuenta acerca de cómo Vee la convenció de ir hasta el centro comercial para comprar unas zapatillas y casi termina en una pelea por un sujeto que se le quiso insinuar a ella. Yo le hablo un poco de Obol y Shirunugue. Creo que le podrían agradar. Depende de cómo los conozca. No creo que conocerlos de la misma manera que los conoció Sam sea muy agradable para ella. Sam. Miro por encima del hombro de María de vez en cuando. La señorita Harris entra cerrando la puerta y dando inicio a la clase. Me despido de María con un beso rápido. Veo como camina hasta su asiento y a unos asientos del de ella veo a James junto con sus amigos. Él aparta la mirada hacia al frente para poner atención a lo que dicta la señorita Harris. Bajo mi mirada a mi cuaderno y después al asiento vacío de Sam.
Camino por la calle hasta que al fin la veo. Una casa color azul con una entrada algo pequeña a un lado con un poco de césped medio seco frente a esta. Me acerco a la puerta y Sam sale antes de que pueda golpear la puerta.
—Hola —Le digo.
—Hola —Dice sin ánimo.
—¿Qué haces? —Pregunto al notar la caja que lleva repleta de cosas.
—Nada, solo decidí seguir tu consejo —Dice caminando hasta los botes frente a su casa.
—¿Qué consejo?
—Dejar todo esto —Dice abriendo uno de los botes. Se agacha y recoge algunos libros y revistas con sus manos—. Cetios —Dice mostrándome la portada de una de una de sus revistas y la bota a la basura. Repite la acción con cada una — Trekias, Sharys, Nomus.
—Sam no debes
—Loucranianos —Me interrumpe. Una corriente pasa por mi vertebra formando un nudo en mi estómago. Sam toma la caja completa y la deja sobre las revistas y libros en el bote de basura—¿Quieres jugar videojuegos? —Me dice. Noto su voz decaída.
—¿Realmente estas bien? —Pregunto.
—Si —Dice mirando la caja—¿Quieres jugar o no?
—Claro —Respondo finalmente.
Sigo a Sam hasta la casa y me detengo al ver cómo Sam se va por otro lado. Señalo la puerta más que nada en señal de duda ¿no se supone que debemos entrar a la casa? Sam sonríe y niega con la cabeza.
—Mi habitación queda allí —Dice señalando el camino al jardín trasero.
Sigo a Sam hasta el jardín trasero donde veo un viejo invernadero algo desecho y descuidado. Sam entra por la puerta de un sótano. Miro la parte trasera de la casa y a mi alrededor. Entro algo dudoso. Bajo las escaleras que resuenan por mi peso en la madera. Veo a Sam acomodando una caja a un lado. El sótano es algo sencillo; el suelo es de concreto frío, en medio de este un tapete color café, una biblioteca a un lado del sótano junto a un escritorio lleno de herramientas y uno que otro libro, a un lado del sótano hay un sofá cama. Sam acomoda dos sillas frente a un mueble con un televisor encima. No puedo evitar notar la pared de madera detrás del televisor en la que hay un montón de cuadros con viejas fotos y uno que otro poster.
—¿En serio duermes aquí? —Pregunto viendo nuevamente todo el sótano.
—No siempre —Contesta—, a veces duermo arriba, cuando no está Rick.
Sam y yo jugamos un rato varios de sus juegos como Gears of war, Mario kart y finalmente Mortal Combat.
—¿Cómo eres tan bueno en esto? —Pregunta Sam dejando su mando a un lado.
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Mi nombre es D. | Saga La Voluntad De Uno.
Ciencia FicciónExisten otras razas, otras vidas más allá de la tierra. Durante años nos hemos mantenido ocultos entre ustedes. Vivimos con habilidades las cuales solo pueden soñar, con los poderes que solo pueden imaginar y en una guerra la cual no quieren ni pens...