CAPITULO VEINTISIETE PARTE CUATRO

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Sostengo mi mano en mi nuca, el dolor es más leve pero la sensación sigue ahí. El hace sonar sus nudillos seguido que me hace una seña para que pelee. El levanta sus puños cerrados en posición de pelea. Así que así será, bien. Levanto mis puños al igual que él, ahora que lo veo de cerca puedo ver que mide dos metros. Que emocionante. Él lanza el primer golpe el cual esquivo sin problemas, será grande pero su movimientos son muy lentos. Golpe tras golpe lo esquivo uno tras otro, el enorme soldado lanza todo un gancho derecho el cual esquivo agachándome para pasar por debajo de su brazo y darle todo un golpe en su costado. Me aparto de él apenas mi puño rebota contra su armadura, sacudo mi mano con fuerza al sentir el dolor en mis nudillos. Observo mi mano derecha, mis nudillos están totalmente raspados y sangrando como si golpeara la roca más dura, puntiaguda y carrasposa de todas. El dolor es tan grande que incluso creo que me fracturo la muñeca. Su risa resuena por sobre su casco, hasta que le lanzo una bola de fuego directa a su rostro haciéndolo retroceder dos pasos mientras sacude su cabeza. El Trepa desenvaina la espada que lleva en su espalda,} ¿Qué fue lo que dije la nueva de las cosas negras?

Creo una bola de fuego en cada una de mis manos, el soldado corre hacia mi alzando su espada por sobre su cabeza. La bola de fuego se deshace al chocar contra su armadura, me muevo por reflejo a un lado esquivando la espada que choca contra el suelo. Le lanzo la otra bola de fuego haciéndolo ladear la cabeza. Doy un salto hacia atrás metiendo mi estomago para evitar la hoja que corta parte de mi camisa. Levanto ambas manos lanzando una llamarada de mis manos haciéndolo soltar su espada y retroceder mientras se sacude intentando a pagar las llamas, finalmente cae rodando en el suelo hasta quedarse quieto. Creo que está muerto, pero a diferencia de los Loucrs no se convierte en cenizas. Me agacho recogiendo mi daga del suelo, le sacudo las hojas pegadas a la hoja y la guardo en mi bolsillo. Doy un jadeo seguido que caigo de rodillas al suelo sobre mis manos. La sensación es horrible; se siente como si me estuvieran drenando todas mis fuerzas, el dolor del frío metal como si me estuviera quemando y deshaciendo es totalmente dolorosa y el aire simplemente no entra a mis pulmones. Intento levantar mi mano para quitar el objeto de mi espalda, pero solo consigo perder la sostenibilidad de mis brazos collendo de rostro contra el césped, trato de arrastrarme, pero es inútil la fuerza de mis brazos al igual que la de todo mi cuerpo se ha desvanecido, lucho por hacer que el oxígeno entre a mis pulmones, pero es inútil, es como si todo el oxígeno del lugar se hubiera desvanecido. El dolor en mi espalda aumenta haciéndome arquear hacia atrás. Mi vista pasa a los enormes dos ojos negros que brillan ante la leve luz de la luna. Una patada en mi estomago me levanta haciéndome chocar contra un árbol, caigo de medio lado pudiendo ver al soldado que tiene sus manos sobre su casco y lo gira unos quince grados emitiendo un "clic," el casco se levanta al igual que sus crestas las cuales chocan contra su espalda al salir de su casco. Su piel pálida, sus ojos negros y una cicatriz que pasa por medio de su rostro. El Trepa camina hacia mí con una sonrisa en su rostro mostrando sus dientes torcidos. Intento quitar el cuchillo de mi espalda, pero es inútil, ni siquiera logro levantar mis brazos o tan siquiera mi cuerpo, mi vista se pone cada vez más y más borrosa. El enorme soldado me da una patada haciéndome quedar boca arriba provocando que lo que sea que tenga en la espalda se entierre más profundo en mi espalda haciéndome dar un jadeo, el soldado pone sus pies alrededor de mi abdomen pisando mi mano izquierda, veo como mueve sus labios, pero simplemente no entiendo ni una palabra de lo que gruñe. Por último, veo como levanta su espada frente a mí, puedo ver la falta de filo, pero dudo que eso me salve. Cierro mis ojos al ver como levanta su espada esperando el golpe de gracias, pero los abro enseguida al oír un gruñido y el sonido de la espada caer junto a mis pies. Veo como una quimera ataca al soldado Trepa, lo único que veo es la espalda de la quimera y los pies del soldado sacudiéndose en un intento de escape, aprovecho el momento para intentar escapar, reúno todas mis fuerzas para intentar levantarme pero lo máximo que consigo después de mucho esfuerzo es voltearme para quedar boca abajo y que la cosa esa ya no se me entierre en mi espalda, detengo mis esfuerzos al dejar de oír la gruñidos y los fritos, giro mi cabeza para ver a la quimera corriendo hacia mi abriendo sus fauces para matarme. En un borrón la quimera desaparece frente a mi arrastrándose a unos metros haciendo crujir las hojas y ramas del suelo, veo como una bestia encima sus colmillos en la garganta de la quimera provocando antes su ultimo jadeo antes de que su cabeza toque el suelo y se convierta en un montón de carne putrefacta del que brota ese líquido negro. Intento arrastrarme, pero es inútil, ya gasté la poca fuerza que me quedaba y ya por mí la forma tan borrosa en la que veo el suelo frente a mí ya me doy por muerto.

Mi nombre es D. | Saga La Voluntad De Uno.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora