CAPITULO QUINCE PARTE TRES

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...


Me encuentro con Sam frente a los casilleros. Sam me habla acerca de las conspiraciones del gobierno y como cree que usan el área cincuenta y uno como prisión para extraterrestres. No puedo evitar reír de vez en cuando. Caminamos por el pasillo y veo a Vee corriendo hacia nosotros. La ignoro siguiendo la conversación con Sam hasta que siento un golpe el cual me hace perder el equilibrio y caer de trasero al suelo.

—¿Qué le hiciste a María?

Miro mi mano con algo de sangre de mi labio ahora partido.

—¿Qué hice de qué? —Pregunto levantándome.

Ahora puedo verla mejor, sus ojos están cristalizados. Es difícil saber si esta así por el enojo o acaso es por tristeza.

—No te hagas —Dice con voz quebradiza—, por tu culpa ella.

Se detiene apretando sus puños.

—¿Qué pasa con ella? —Pregunto ocultando mis nervios, no por ella si no por la multitud que se forma a nuestro alrededor.

Vee mira a un lado y yo le sigo la mirada. No solo esta Hayley Miller, También está el resto del equipo de futbol incluyendo a James Marrys. Miro a Sam y le hago una seña en forma de despedida. Me abro paso entre la multitud y salgo de la escuela.

Llego hasta la casa de María. Dudo en tocar el timbre, pero las ansias de verla y saber cómo estas me ganan. Apenas toco el timbre un sujeto vestido con una sudadera deportiva me fulmina con la mirada a la primera que me ve.

—Hol.

No alcanzo a terminar de hablar ya que me cierra la puerta en la cara. Levanto mi puño cerrado. Quiero destrozar la puerta en estos momentos, pero me abstengo. Doy un suspiro de rendición. No podre entrar por la puerta principal, pero si por la del jardín trasero. Corro hasta la parte de atrás de la casa y salto la cerca, me acerco a la puerta de cristal. Cerrada. Miro a mi alrededor. Bingo.

Golpeo su ventana con un dedo. No estoy seguro de si pueda estar así más tiempo. Ella abre su ventana y hago el último esfuerzo en entrar. La habitación esta oscura por lo cual no veo la mesa de noche con la que choco y tumbo sus cosas.

—¿Q-que haces aquí? —Me pregunta mientras intento levantarme.

—¿Yo? ¿Qué haces tú aquí?

—Vete de aquí —Dice. Noto como su voz esta quebradiza. ha estado llorando.

Me levanto del suelo y me paro frente a ella. Siento la comezón en mis ojos por los lentes oscuros que llevo. Me los quito sin preocupación, sé que la habitación esta lo sufrientemente oscura como para que ella no vea mis ojos.

—¿Porque faltaste a la escuela? —Pregunto acercándome a ella.

—No te acerques —Me grita—, soy mala.

Doy un paso hacia atrás. No estoy seguro de porque actúa así.

—¿Qué?

—¿Por qué fuiste al hospital? —Solloza. Ahora lo entiendo—, ahora tu.

—Oye —La interrumpo tomándola de los hombros.

Puedo verla perfectamente. Se me rompe el corazón al ver cara dolida y sus ojos rojos de tanto llorar.

—Infla tus mejillas —Digo.

—¿Qué?

—Solo hazlo —Ordeno.

Mi nombre es D. | Saga La Voluntad De Uno.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora