Mi nombre es D. | Saga La Voluntad De Uno.

CAPITULO VEINTICINCO

Me meso de adelante hacia atrás con las dos patas traseras de mi pupitre. Saludo a Sam quien no demora en hacer un comentario por lo que llegue hoy temprano a clase, Sam me pregunta si estoy bien y el porque me desmaye de la nada a lo que le respondo que no lo sé. María entra y yo la saludo con la mano apenas la veo, ella se acerca con una expresión muy extraña.

—¿Qué pasa? —Digo confundido por su expresión.

Ella mueve su mano frente a mí, pero no le entiendo.

—¿Dónde estaba Shirunugue esta mañana?

Hago memoria de todo lo que hice esta mañana: entrenamiento, me bañe, desayune y me vine con Obol y Shirunugue a la escuela.

—¿Por qué?

—Esta mañana cuando desperté lo vi frente a mi puerta y —Se detiene un momento haciendo la misma expresión de hace un momento—, me dejo un pájaro muerto.

—Ah —Es lo único que puedo pronunciar. Tal vez fue cuando estaba entrenando con Talía, pero aun así la casa de María queda muy lejos como para que fuera y viniera sin que me diera cuenta, sin mencionar que cuando venía conmigo no parecía cansado ni nada por el estilo, pero ¿acaso conocemos otro zorro? No, no lo creo—. Creo que le agradaste demasiado.

La señorita Harris entra haciendo que todo el mundo se siente en su lugar.

—¿Fue a tu casa? —Me pregunta Sam.

—Sí, ayer.

—¿Casi la matan?

Ladeo mi cabeza de lado a lado—Si —Confieso.

Sam sonríe como si acaso le complaciera la idea que no ha sido el único al que han estado por matar Obol y Shirunugue.

—Claro que estoy enojada —Espeta Vee sosteniendo su cuaderno de artes frente a María—, esto no merece un nueve, esto merece ir a un museo.

Debo admitir que tiene razón, es un muy buen dibujo y pensar que tan solo lo hizo en dos horas hace que me dé cuenta de lo talentosa que es Vee en esto, realmente tiene talento.

—Hola —Dice Susan sentándose en el comedor con nosotros—, oigan ¿Qué harán mañana?

¿mañana? Es cierto, mañana es Halloween, lo sé por las malas decoraciones que hay en toda la cafetería, sin mencionar que es mi día favorito del año.

—Yo iré a pedir dulces —Pienso en voz alta haciendo que todas las miradas se posan en mí.

—¿Enserio? —Me pregunta Sam.

—Si —Respondo con tanta seriedad que todos ponen cara aún más confusa—. Bueno son dulces, y son gratis.

—De acuerdo —Dice Susan cortando el silencio que se estaba haciendo con las miradas en mi—¿Qué les parece si mañana vamos a la fábrica?

—¿Una fábrica? —Pregunto confuso ¿quiere cambiar mis dulces por ir a una especie de fabrica? Realmente está perdiendo puntos a mi favor.

—No una fábrica —Dice moviendo su dedo indice en forma de negación—, la fábrica.

Me quedo inexpresivo por su respuesta, eso realmente no me dice nada.

—Es una vieja fábrica abandonada, todos los años hacen una fiesta en ese lugar —Explica Sam, creo que hubiera sido más fácil empezar por ahí.

—Podemos ir —Dice Vee llamando nuestra atención a su conversación con María—, si tú quieres.

Miro a María quien tiene una expresión un tanto incomoda, nuestras miradas se cruzan como si me estuviera rogando por ayuda a lo que yo solo me encojo de hombros. Quiero que ella decida.

—Si.

—Está decidido, todos iremos —Dice Susan con entusiasmo.

Y he ahí mi noche de sábado, en estos momentos extraño cuando aún estudiaba en casa.

—¿Entonces de que iras mañana?

—Tengo algo en mente, ya lo veras ¿Qué hay de ti?

—Susan y yo iremos de zombis —Dice con una sonrisa, creo que de cierta forma Sam ya tenía planeada la forma de hacerme ir a esa fiesta— ¿crees que la camioneta esta lista?

Me repaso lo que le hemos estado haciendo a la camioneta.

—No, creo que lo mejor sería esperar —Digo a lo que me responde con una mueca.

Sam y yo nos despedimos en la entrada de la escuela, camino hasta el bosque donde me encuentro con Obol y Shirunugue. Me agacho acariciando a Obol, me acerco a Shirunugue pero lo acaricio a medias.

—¿Estas intentando robarme mi novia?    

...

Un poco corto, lo se. Pero los próximos serán mucho más largos