Mi nombre es D. | Saga La Voluntad De Uno.

CAPITULO VEINTE

Juego con la comida de mi plato. No puedo comer, no después de lo de hoy. Ella simplemente se fue. Me esquivo incluso puedo decir que me evito.

—Sé que no te gusta la lasaña, pero debes comer algo.

—¿Eh? Ah sí.

—¿Pasa algo? —Me pregunta Talía dejando su almuerzo a un lado.

Guardo silencio antes de hablar—¿Podríamos comprar ropa?

—¿Quieres ropa?

—No —Respondo—, es solo que me gustaría algo más... normal.

—Sé que tu ropa es pesada, pero.

—No es eso —La interrumpo—. Quiero decir mírame —Señalo mi camisa—, llevo un hot dog de camisa.

Talía deja su plato a un lado y me mira.

—Dime ¿qué pasa?

Doy un suspiro pesado a la vez que me paso las manos por el cabello, ni siquiera yo sé que pasa.

—¿Crees que puedas cambiarlas? —Digo finalmente. No digo que no me gusten las camisas que Talía hace para mí, pero creo que debería usar algo más serio.

Talía asiente probablemente haciéndose la idea de que se trata.

—¿Quieres escoger el diseño?

—Si.

...

Me despido de Obol y Shirunugue antes de separarnos. Me paso entre la multitud hasta mi casillero. Sam esta recostado contra su casillero. Una sonrisa se forma cuando me saluda.

—¿Listo para el gran día? —Pregunto.

Sam da un suspiro pesado —Eso creo.

—¿A dónde irán?

—Estuve pensando en el cine.

Hago una mueca negando con la cabeza.

—¿Qué?

—¿Qué haces en el cine?

Sam hace una cara de confusión —Pues ver una película.

—¿Y cómo la ves?

—Sentado, con palomitas y una bebida.

Asiento con la cabeza —¿Y qué más?

—No lo sé.

—La ves en silencio Sam. No puedes simplemente llevarla a al cine, debes conocerla, saber que le gusta, quien es ella en realidad.

Sam guarda silencio procesando lo que le acabo de decir.

—¿Crees que debería llevarla al arcade?

—No lo sé Sam, tienes tres días para pensarlo.

Caminamos hasta la clase de astronomía, es curioso como antes me mantenía atento a no perderme o confundirme de salón. Ahora solo me aburre el tener que volver a este lugar. Creo que me estoy acostumbrando mucho a este lugar.

—Ten —Me dice Sam pasándome un fajo de billetes—, es por lo del otro día.

—Sam —Le digo rechazando el dinero—, eres mi amigo, estoy feliz que por fin tengas una cita, mejor usa el dinero para la cita.