Mi nombre es D. | Saga La Voluntad De Uno.

CAPITULO DOCE PARTE DOS

Estoy sentado junto al super atleta y su amigo el gordo, a mi lado esta Sam y detrás de mi esta ¿Vee?

—Bien —Habla es señor Ferguson—¿Quién me explica que paso? —Hay un silencio por parte de todos hasta que él pregunta—¿James?

—No sé qué paso señor Ferguson, estábamos Aaron y yo comiendo con el resto del equipo cundo estos dos vinieron y golpearon a Aaron sin razón alguna.

Veo como Aaron aún se encorva en su asiento por el dolor. Muerdo mi mejilla para evitar una sonrisa.

—Miente —Exclama Sam—, ellos nos arrojaron los platones de comida. Nosotros no hicimos nada.

El señor Ferguson me mira.

—Es cierto —Digo.

—Y usted señorita —Mira a Vee—¿Me podría explicar porque unto un platón de comida en el uniforme de la capitana de las animadoras?

—Yo no hice nada —Exclama—, solo me trajeron aquí en contra de mi voluntad.

El señor Ferguson se inhala profundo y luego mira a Vee.

—Una más señorita Verónica, una más y la expulsare. Y en cuanto a ustedes dos —Nos señala a Sam y a mí.

—Nosotros no hicimos nada, ellos iniciaron —Dice Sam señalando a james y Aaron.

—No te creo Sam, así que lo dejare pasar por esta vez. A menos que quieran limpiar la cafetería por un mes.

Sam se queda callado ¿Cómo no creernos? Tenemos dos almuerzos en nuestras cabezas y aun no nos cree.

—Ahora fuera de aquí —Me levanto en dirección a la salida detrás de Sam—. Ah y james, mañana vendrán algunas universidades interesadas en ti.

Vee se va sin decir nada. Me acerco a Jemes y lo enfrento.

—Tienes mi celular, devuélvemelo.

—¿Lo quieres? —Pregunta con una sonrisa sínica.

No respondo. Siento mis manos como sudan. Me tengo que calmar, pero este idiota no me la pone fácil. Podría romperle los brazos y recuperar mi celular, pero eso implicaría tener que afrontar a Talía para después tener que irnos de este pueblucho.

—Si lo quieres ven a las seis, en el campo de futbol. A menos que quieras hacerlo ahora frente a la oficina del rector ¿o acaso vas a huir igual que ayer?

Me hago a un lado para dejarlo pasar. De nada me servirá enfrentarlo aquí.

Sam me niega con la cabeza y se va.

—¿Qué? —Exclamo.

Estoy sentado frente un mesón color blanco. Estoy en la clase de cocina con dos huevos en mano. Se supone que debo cocinar unos pancakes con esto. Miro a mi alrededor a las parejas, soy el único que está solo. Termino de preparar la receta. Se supone que podemos comer lo que preparamos. Me quedo mirando el plato. No tengo hambre, pero quiero saber que tan bien me quedo. Tomo mi tenedor para probarlo cuando frente a mi veo como mi plato desaparece. Veo a Vee que se aleja con mi plato en mano y lo deja frente a María. No sabía que estaba en esta clase. Le sonrió de lado. «por lo menos le gusta mi cocina-pienso." suena la campana y salgo. Cierro el casillero oxidado y me topo con María acorralándome.

—Hola —Digo y me siento estúpido ¿fue lo único que se me ocurrió decir?

—¿Es cierto que vas a pelear con Jacob?