𝐉𝐔𝐒𝐓 𝐏𝐄𝐓𝐄𝐑 ↯ Peter Parker/Tom Holland.

Eight.

—Diablos Am, creí que esa tal Michelle era buena.

Tomó un sorbo de su café y levanto los hombros.
—Ella es buena, solo que... Tiene miedo, como todos.

—¡Ella te reprocho más cosas que solo el hecho de hacer trizas con tus manos las cosas! —exclamó la chica con lentes detrás de la pantalla.

—Vamos, ella solo trata de proteger a sus amigos, lo comprendo totalmente.

—Pues, puedo ver desde aquí que ella no ve mucho a Parker como a un amigo.

Amelia resoplo y rasco su nuca.
—Como sea, no me importa mucho su clase de interés hacia Peter después de todo.

—Entonces, ¿le harás caso y le dejarás el camino libre?

La oji-verde casi escupe su café en la pantalla de su laptop al escuchar a su amiga.
—¿De qué hablas? —preguntó exaltada—Me alejaré de él, pero no para dejarle el camino libre. Dijo haciendo comillas con sus dedos en la última palabra.

—Claro que no.

Rodó sus ojos.
—Me alejare de él, por que ella quizá tenga razón y yo no soportaría causarles algún daño.

—¡Amelia, no te atrevas!

—Rachel, es lo mejor, y la decisión ya esta tomada.

—¿Le dirás el por qué a él?

Soltó un largo suspiro y se removió en su lugar, realmente no lo había pensado antes, pero definitivamente no estaba en sus opciones del momento decirle el por qué, no conocía de mucho tiempo a Peter, pero sabía que si ella le decía, no la iba a dejar, la regañaría por pensar así, desataría un caos con Michelle y bla bla, cosas malas y aburridas; simplemente sería imposible alejarlo.

—No.

—Eso no esta bien Amelia, exijo que le digas, el debe saber la clase de grosería que fue la niña esa contigo. Porque déjame decirte que eso fue una grosería, una mala palabra, una pelades.

Soltó una pequeña risa.
—Lo voy a pensar Rachie, por ahora, me voy a dormir, gusbai, sueña conmigo.

—No, que horror, ¿para que me desintegres igual que a la bola de papel? Paso. Mejor preocúpate tu tratando de soñar conmigo, en las calles de Broocklyn, tan soñadora y fugaz.

—Fugaz tienes el ano, Rachel. Besos.

—Wow, ¿ano? ¿Usaste la palabra an-

Cerró la ventana del chat con una sonrisa juguetona y apago su laptop, dejando caer su cabeza en la cabecera de su cama.

Los siguientes veinte minutos se dedicó a pensar en las excusas que inventaría para Peter el día siguiente que lo viera. Tendría que ser algo sutil pero de buen peso para que se lo creyera y decidiera simplemente no insistir. Tal vez, decirle que su hermano le prohibió tener amistades en el colegio por temer a que su historial académico baje sería buena idea, sabía que el chico se alejaría por respeto al mandato de su hermano, él y su buena educación.
Definitivamente eso le diría, no podía fallar.

*

—A, los dos sabemos que Abraham no hizo eso.

—Él, él si lo hizo, fue justo ayer que... Espera, ¿Abraham? ¿De cuándo acá te refieres a mi hermano como "Abraham"?

—Y-yo, bu-bueno, él me agrego en facebook, y pues, nosotros hablamos sobre...

—Olvídalo, no quiero saberlo.

La chica volteó hacia su derecha y pudo ver a unos metros de distancia a la morena, cerrando su casillero, mientras topaba con su mirada y le negaba reprobatoriamente con su cabeza.

—Bien, Pete. Tú ganas ¿quieres saber por qué no podemos seguir hablándonos?

El castaño asintió desganado, mirando el suelo. Definitivamente iba a ser más difícil para ella decirle viéndolo de esa manera, Peter era muy tierno con su constante cara de desahuciado. Se reprocho mentalmente por el pensamiento tan reprobatorio de llamarle a Peter desahuciado.

—Escucha, eres un chico genial. Diferente a los demás pero muy genial.

—¿A que te refieres con "diferente a los demás"? —interrumpió levantando la cabeza, topándose con los orbes verde olivo de Amelia.
La tenía bastante cerca, no a unos milímetros de él, pero si más cerca de lo que ocasiones anteriores pudo haber estado. Decidió darse unos segundos para analizarla y observar completamente su rostro.

—Vamos, los dos sabemos que eres realmente peculiar. Eso te hace diferente. Eres un chico inteligente a más no poder, lo demuestras siempre clase tras clase con tus respuestas en los cuestionarios o problemas; pero eres muy callado. Se que podrías extenderte más en cada respuesta, iluminarnos a todos, incluso al profesor, pero no lo haces, solo te quedas callado. Cuando estamos en la hora del almuerzo, compartes uno que otro comentario, y a veces te ríes de las ocurrencias de Ned, aunque vamos, es inevitable no reírse de él.

Amelia era máximo diez centímetros más baja de estatura que Peter, eso provocaba que él inclinara un poco su cabeza para poder observarla mejor.

Se dio cuenta de las múltiples pero diminutas pecas que adornaban su rostro justo por debajo de sus ojos y un poco en la parte alta de su nariz. Si bien, ella era muy blanca, su tez seguía mirándose cálida y con un particular brillo.

—Pero luego, me doy cuenta un poco de tu cambio de faceta cuando salimos y esperamos el autobús que nos lleva de regreso a casa. Te ríes conmigo, abres más la boca e incluso llegas a decir uno que otro chiste o comentario con sarcasmo. Ahora que lo veo bien, eres un poquito extraño.— juntó su dedo índice y pulgar, haciendo una señal de poca cantidad al mismo tiempo que esbozaba una pequeña sonrisa.

Sus labios bien, no eran ni tan pequeños ni tan grandes, estaban en un tamaño promedio. Su arco de cupido ligeramente estructurado y su labio inferior más grueso, con una línea suave en medio, siempre con un particular tono rojizo, natural. Tal vez era su tez lo que los hacía lucir así.

—En fin, me estoy desviando mucho del tema. Peter, lamento en serio hacer esto, pero no puedo seguir hablándote, quiero decir, no podemos seguir hablándonos.

El suéter amarillo que traía consigo como prenda le sentaba bastante bien. Su cabello negro resaltaba, reluciente y sedoso.

Ella hizo una pausa para tomar aire y seguir.

—Yo... Bueno, tu eres un buen chico, y necesitas buenos amigos a tu alrededor, sabes que después de lo que pasó ese día yo no soy realmente estable, y odiaría la idea de hacerte daño.

Detuvo un momento sus pensamientos y se dedicó a prestarle atención.

—Así que perdón, pero el tiempo que llegamos a tener de amistad se queda hasta aquí. Aún así, recuerda que siempre estaré para ti, y que tanto mi número de teléfono, como mi dirección, WhatssApp y Facebook, etcétera, están disponibles para cualquier cosa que necesites. Por favor, no vayas a insistirme algo que no siento seguro hacer. Fue un gusto conocerte Pete, gracias.

Dejo salir una bocanada de aire y rasco su nuca. No tenía mucha idea de lo que decía, pero iba a tener que resignarse.

—Si requieres alguna vez mi apoyo para algo o consideras pedirme algún tipo de ayuda, llámame Amelia.

La chica asintió y se despidió cortamente de Peter, dejándolo recargado en su casillero.

Tal vez siempre era así y nunca había prestado atención, pero ese día, ella se veía particularmente bonita.

Pero se reprocho sus pensamientos al voltear y toparse con aquella foto en la vitrina de trofeos.

~

My love for you is ridiculous, my love is r-i-d-i-c-u-l-o-u-s.
Peter to Am.

Apokonokrnal.

¡Gracias por leerme, son geniales!

Besitos, Line.