Twenty four.

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Canción del capítulo.

«So Lonely, by Jorja Smith.»

La luz entraba por la pequeña ventana que se encontraba en medio del librero y el armario. Antes de enderezarse, se tomó unos momentos para tallar sus ojos y así mismo tratar de acostumbrarse a la luz.

Tomó su celular de la cómoda, y revisó la hora.

Ocho de la mañana con dieciséis minutos.

Se percató de que en la bandeja de entrada tenía catorce llamadas perdidas y treinta y dos mensajes de Ned. Soltó un sonoro suspiro.

No se había puesto a pensar que llevaba una semana sin ir a la escuela, y que probablemente sus calificaciones se habían esfumado en un dos por tres. Obviamente tampoco había pensado que literalmente había desaparecido sin decir nada y no pudo evitar sentir un piquete de culpabilidad, aún así, decidió no llamarle ni escribirle. No estaba lista.

No estaba lista ni siquiera de poner un pié a fuera de la cama, ni de la casa.

La verdad era que se lo tenía guardado demasiado. Estaba absorta de miedo. Las manos le temblaban con el simple hecho de pensar que al final si había terminado sola. Simplemente sola, sin más.

Se colocó en posición fetal sobre la cama, y se cubrió hasta la cabeza con la sabana.

Varias lágrimas comenzaron a resbalar sobre sus mejillas.

Estaba aterrada.

Era simplemente una niña de dieciséis años, sola, en medio de una ciudad llena de caos.

¿Por qué no pudo haber nacido en otro tiempo? ¿Por qué a ella le había tocado tener esa vida? ¿Por qué habían decidido simplemente no darle padres, arrebatarle a su hermano y dejarla sin ningún arma a su alcance para poder defenderse?

¿Por qué no podía ser feliz, tener amigos? ¿Por qué?

Quería a alguien en ése momento, mejor dicho, lo necesitaba. Necesitaba un hombro para llorar con ganas; tal vez también un pecho para dormir tranquila y poder olvidarse de todo, quizás incluso unos brazos alrededor de su tórax, reconfortandola. Pero en lugar de éso ¿Qué recibía? Simples imágenes inexistentes de esas situaciones con un único chico en especial en cada una de las acciones narradas.

De estatura normal, pero definitivamente más alta que ella, cabello castaño, que cabe recalcar, siempre bien peinado, tez blanca pero cálida, y pinta de nerd.

¿Por qué Peter tenía que dejarla sola también?

Aguantó un momento la respiración.

Simplemente las cosas no cuadraban.
O tal vez sí, mucho, en realidad; pero aún no quería aceptarlo.

Incluso sabía que iba a llegar el día en el que su propio cerebro le gritaría a su subconsciente "¡Es él y siempre lo fué! ¡Aceptalo de una vez!".

Pero todavía no. Era demasiada basura para tan poco tiempo.

Mientras, estaba sola y ya.

Rápidamente se enderezó sobre su lugar de nuevo, limpiándose las lágrimas del rostro; caminó fuera de la cama, y también de la habitación.

No se había dado cuenta de que estaba vacía, y que al parecer, ella era la única que estaba ahí. Moviéndose de allá para acá, al llegar a la cocina pudo cerciorarse de su acertamiento, leyendo con cautela el pedazo de papel que yacía sobre la pequeña mesa junto a una manzana roja.

Buenos días, Amelia.
Tuve que tomar un tren al centro de Nueva York. Puedes quedarte en casa el tiempo que quieras, las llaves están junto a la cómoda del sofá. Mi amigo te manda saludos.

Espero verte de nuevo, encantada de conocerte.

Olivia.

Leyó un par de veces más la nota, y después de descifrar correctamente la información en su cabeza, le dió un mordisco a su manzana.

Sentándose en una de las sillas frente a la mesa, pasó aproximadamente veinte minutos sumida en los pensamientos más recónditos de su mente. Estaba segura de que tenía un pendiente, pero no recordaba cúal.

Se levantó y se dirigió decidida hacia el perchero en donde había colgado su abrigo. Esculcó ágilmente sus bolsas y logró sacar un papel doblado, junto a un teléfono de pilas.

Había llegado el momento de saber que cosa tan especial tenía aquél número, que fué lo único que Abraham no dudó en hacerle saber justo en el momento de su accidente.

Dejando atrás la incertidumbre que venía invadiendola desde hacía ya varias horas después de su última llamada, volvió a sentarse en una de la sillas de madera, y sin pensarlo dos veces tecleo el número en el teléfono de pilas.

Respiró profundamente y esperó quince segundos hasta que la llamada telefónica se cortó por el buzón de voz.

Pasó una mano por sus sienes.

Volvió a marcar aquél número, incluso más rápido que la última vez, pero de nuevo, después de unos minutos, no recibió respuesta alguna.

Desesperada pero también decepcionada, lanzó el celular a la cama y se dedicó a quitarse la ropa. Definitivamente necesitaba una ducha, pensándolo bien, no quería quedarse todo el día en casa, sufría de aburrimiento precoz extremo nivel quince punto ochenta junto a un diecisiete punto veinticuatro de ansiedad; tenía que salir a desestresarse un poco, aun éso significara peligro. No podía simplemente invernar y no salir nunca. A parte de que necesitaba dinero y comida; un trabajo en pocas palabras, si se quedaba ahí sus propios pensamientos acabarían con ella antes de que cualquier persona le pusiera una mano encima.

Si su vida a partir de ése momento iba a ser mediocre, al menos tenía que hacer el intento de no ser tan mediocre.

No estaba conforme y eso la hacía impacientar. Quería saber más del número, del tal Greg, incluso de ella misma. Pero también de Peter.

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Hola. 💌
He aquí el nuevo capítulo, perdonen por la dosis de depresión post traumática, era necesaria para la historia:(. ESTÁMOS A PUNTO DE LLEGAR AL CAPÍTULO VEINTICINCO CON MÁS DE 9k DE LECTURAS LOCO, ME CAÍ DE LA CAMA.

Gracias, gracias, gracia de verdad. Prometo siempre darles una calidad decente en cada uno de los capítulos así se trate del más relleno ¡tendrán lo mejor!

Gracias por sus comentarios y votos, realmente me encanta leerlos, me motivan. 💘

𝐉𝐔𝐒𝐓 𝐏𝐄𝐓𝐄𝐑 ↯ Peter Parker/Tom Holland.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora