Thirty seven.

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Canción del capítulo.

«Soda; by Nothing but thieves»

Enojada y con unas inmensas ganas llorar sostiene mientras va en el elevador esperando llegar a la planta baja y huir del lugar.

Siempre supo dentro de ella que volver no sería una solución, ¿Por qué tenía que ser tan terca y nunca pponer atención a lo que su subconsciente le decía? De nuevo, igual de aferrada, necia y tonta.

Ya era demasiado tarde para aguantarse las ganas, pues las lágrimas comenzaban a salir calientes de sus ojos para pronto caer sobre sus mejillas, pero de un momento a otro paró. Estaba sucediendo los mismo. Así había sido la última vez que Peter y ella se vieron, algo sucedió y simplemente explotó y se fue.

Lo estaba haciendo otra vez.

Se limpió las lágrimas con la manga de su sudadera y dio varias respiraciones para tratar de tranquilizarse y pensar correctamente lo que estaba haciendo. El Capitán no le importaba en lo absoluto. Se trataba de Peter. No estaba siendo justa con Peter. Si, él se equivocó y le mintió, pero ella, ella había robado en una tienda por la mañana y había apuntado con un arma de fuego a un hombre inocente en la cara. ¿Qué le estaba sucediendo?

Las palabras que Matt le dijo el día que trató de escapar de la casa de Rachel la sucumbieron dejándola helada y pegada a la pared de lámina del elevador. "Tal vez somos más parecidos de lo que piensas".

Miró el rostro que se reflejaba en las puertas del elevador. Demacrado y cansado. No se reconocía. Parecía una mujer mayor adicta al crack.

Asustada por su propio reflejo, en cuanto las puertas del elevador se abrieron, en el piso 3 y casi a punto de llegar a la planta baja, salió rápidamente y se subió al de a lado, cuya dirección iba hacia arriba. Oprimió rápidamente los números del elevador para que las puertas se cerraran, y aliviada, cuando estas comenzaron a hacerlo, un pie las detuvo y en seguida un hombre se subió.

La sangre se le subió a la cabeza del susto, pero en cuanto la persona volteó casi se desmayó ahí mismo. Se quedó sin aliento.

—Abraham.

La forma en la que dijo su nombre provocó que él quedara igual de sorprendido que ella al verla.

—¿Amelia?

Sin previo aviso, los dos hermanos se abrazaron con fuerza, él la levantó del suelo y dentro del elevador le dio varias vueltas en el aire, besando su coronilla. "Me hiciste tanta, tanta falta" decía ella en su oído, llorando de nuevo.

—De verdad no lo puedo creer, ¡estás aquí! —la sonrisa de oreja a oreja no podía quitársela.

—Estoy aquí. —repitió, posicionándose a un lado de ella, dándole una vista de solo su perfil.

—¿Cómo es que?-

—Me dieron de alta el lunes, y me enteré de que no estabas en Queens —parecía querer ocultar su rostro de la chica. —Días después me encontré con Peter y, me dijo que te habías ido a Brooklyn con una amiga.

Todo era bastante extraño. Levantó una mano e hizo que la mirara directamente a los ojos. Era Abraham, pero esa sensación de alerta en ella comenzaba a emanar sin razón.

—¿Una amiga? —no quería hacerlo, pero debía. Le gustaba la idea de que fuera su hermano el que se hallaba ahí, delante de ella, pero, Abraham la habría buscado hasta por debajo de las rocas y no simplemente dejarla andar por ahí sola en Brooklyn. Menos con todo lo que acontecía en Nueva York desde ocho meses atrás. —¿Qué amiga, Abraham?

Él, pasó una mano por su cabello. Tenía puesto un anillo con un diamante rojo que jamás había visto que su hermano tuviera.

—Deberías disculparte con Peter —la ignoró. Arqueo una ceja, y con su mano izquierda lo tomó de la mandíbula, haciendo que la mirase directamente. Azul.

—Tú no eres Abraham —se separó de la pared del elevador y cambió de posición quedando frente a la puerta. —Abraham tiene los ojos azules, y tú, tú los tienes verdes.

No dijo nada.

Asustada, comenzó a oprimir los botones del elevador para poder salir, pero el sujeto desconocido la giro bruscamente del hombro y tocó su frente.

—Duerme. —dijo y ella cayó sobre el piso gastado del elevador.

*
Aún en el marco de la puerta, Steve trataba de salir del shock que había sufrido hacía unos minutos atrás. La había visto, después de quince años la había visto, y todo lo que le dijeron resultó ser verdad. Lo odiaba. Los odiaba a todos ellos.

El micrófono detrás de su oreja comenzó a emanar palabras, pero no podía concentrarse en lo que la voz decía.

Se veía tan cansada y abrumada. En tan solo unos segundos pudo ver a través de sus ojos todo lo que venía arrastrando desde que era una niña y las veces que su hermano evadía el tema de sus padres por "protección", que hasta el día de hoy, lo único que en realidad estaba haciendo ocultándole la verdad, había sido lastimarla. La culpa lo sumergió en un balde de agua fría y aunque Peter se encontraba delante de él, moviéndolo de los hombros y diciéndole cosas, él no escuchaba nada.

"Todos ustedes son una basura".

Los crímenes y personas a las que había asesinado comenzaron a aparecer delante de sus ojos como una película en blanco y negro. Desde su vida en la Segunda Guerra Mundial antes de ser congelado, hasta el día que le ocultó la verdad de sus padres a Tony y huyó con su mejor amigo, dejando todo lo que le había ofrecido sin nada a cambio y olvidando los días que lo había escuchado hasta tarde en el bar de la torre contándole sobre sus miedos y tormentos. Era un mentiroso. Era un mal agradecido. Era una basura.

A lo lejos escuchaba la voz de alguien hablar a su oído, pero no podía concentrarse en ella.

Solo escuchaba la culpa tararear una canción de karma.

Steve, Steve estamos siendo atacados.

Steve, cariño necesito que me escuches.

Cap, necesitamos un poco de ayuda aquí abajo.

Bloquearon la señal de llamadas y localización, no podemos contactar a Falcón ni a Wanda. Mucho menos a Visión.

Steve, se llevaron a Amelia.

Abrió los ojos.

Peter estaba poniéndole alguna clase de alcohol en la nariz mientras decía pequeños, despierta despierta.

Miró a su alrededor. Nada era normal. Dos veces seguidas desde que habían llegado sufrió las mismas alucinaciones y sentimientos asfixiantes.

Se levantó del sofá. Y puso una mano detrás de su oreja, aún aturdido y con la mirada nublada.

—Hay un alterado en alguna parte del edificio —recordó el momento en que Amelia se quedó en el elevador. Su mirada cambió, y solo por un fragmento de segundo, vio a alguien despegarse de ella —Es un hombre y juega con la mente. No se distraigan.

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𝐉𝐔𝐒𝐓 𝐏𝐄𝐓𝐄𝐑 ↯ Peter Parker/Tom Holland.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora