Capítulo 23: Necesito saber

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     Narra Dominik

      Han pasado dos horas y media, y un estamos en la carretera, había olvidado lo lejos que estaba el océano de la ciudad. El camino era tan largo que me hizo reflexionar acerca de todo, de lo que había hecho y de los problemas que posiblemente se avecinaban. 

__ Hemos llegado.- avisó Melina

__ Bien, bajemos.- abrí la puerta de la camioneta y fui hasta el portón, saque la llave correspondiente y la camioneta pasó, las chicas se bajaron y fui hasta la gran puerta, la llave verde fue quien funcionó esta vez.

__ Es muy hermosa esta casa... Ha sido un día largo y necesitamos descansar.- comento Alexa.

__ Sígueme, Camelia.- ella asintió y subimos las escaleras. 

    Sonreí inconscientemente, estaba feliz de mostrarle algo que es especial para mi. Cuando el señor Hilton le regaló esta casa a James vine con ellos y nos quedamos esa noche. James tomó como loco y se quedó dormido, su padre igual aunque no haya tomado. Esa noche tenía insomnio así que caminé por la casa y encontré esta habitación.

__ Es hermoso, Dominik... Se escuchan las olas, se siente la salina en el aire... La vista es genial, es simplemente perfecto.- apreté su mano y ella hizo lo mismo.

__ Hay algo que necesito saber Camelia... ¿A pesar de todo esto estarás conmigo?.- sus ojos oscuros estaban conectados con los míos.

__ Si, estaré contigo a pesar de todo. Te lo dije antes, te amo Dominik. Y estaré contigo aun en lo peor.- sonrió.

_ Te amo, Camelia.- coloqué mi frente en la suya.

_ Yo también te amo, Dominik.- cerró sus ojos.

     Durante un largo rato estuvimos en esa posición hasta que decidimos ir a dormir. Sólo había una cama en esa habitación, una lo suficientemente grande para ambos. Sus mejillas estaban sonrojadas, había entendido la situación. Volveríamos a dormir juntos.

__ Si gustas puedo irme a otra habitación.- no respondió así que supuse que debía hacerlo.

__ No... Esta bien que duermas conmigo.- susurró. 

__ ¿Sabes lo peligroso que es? ¿Y estas de acuerdo?.- arqueé una ceja.

__ Si, lo estoy.- respondió suavemente.

__ No haría algo que no quisieras, no te podría obligar.- aclaré.

__ Ese no es el problema, Dominik.- sus mejillas estaban rojas y calientes.

__ ¿Entonces cual es?.- pregunté.

__ El problema es que yo lo quiero, no sería por obligación si no por voluntad propia.- explicó y sonreí por sus palabras.

    Narra Elliott

    Abrí mis ojos y todo estaba oscuro. Era mi habitación a oscuras, mi cama estaba fría como siempre. James no estaba allí conmigo. Sentía la garganta seca así que fui por un vaso con agua; las escaleras a penas y eran visibles así que anduve con cuidado para no tropezar. La luz de la cocina estaba encendida y allí estaba el pelicastaño. Al parecer estaba anotando algo en un papel, como una lista de las que haces para ir al supermercado.

__ ¿Necesitas aperitivos?.- pregunté arqueando una ceja, el escondió la lista.

    Sospechoso.

__ Ah, si... Si voy a estar aquí debo comprar algunos aperitivos.- explicó.

    Me quiere ver la cara de imbécil, lo sé.

__ Así que necesitas aperitivos...-digo para luego cruzarme de brazos.

__ Creí que estabas dormido.- cambió rápidamente la conversación.

__ Lo estaba, pero tenía sed... ¿Y que tal todo con Dominik?.- pregunté.

__ Acaba de armar el problema del año. No se como lo hizo pero los padres de Camelia y sus propios padres firmaron el documento para el compromiso.- suspiró.

__ Pareces molesto por ello.- negó con su cabeza.

__ Es sólo que esto se va a poner feo. Los Collins y los Santorski no pueden estar en un mismo lugar, hacen explosión. Y ahora el primo de Dominik despertó, la razón de tantas peleas es él.- concluyó.

__ Es una buena persona, no merece esto.- susurré sin querer refiriéndome a Novak.

__ ¿Quién?.- arqueó una ceja.

__ Vamos a dormir. No quiero dormir solo.- el tomó mi mano y le dio un leve beso. 

       Fuimos a la habitación y nos tendimos en la cama. Me quedé dormido en su pecho, con su corazón palpitando a mil por hora. Saber que esta conmigo es todo lo que necesito para estar tranquilo y dejarme caer en los brazos de morfeo. 

       Narra Camelia

      Dominik había salido de la habitación y por fin pude respirar, mi corazón palpitaba a mil por hora y mis manos sudaban, los nervios me estaban consumiendo. Estar en una misma habitación con él me inquieta, pero honestamente no lo odio en lo absoluto. 

__ Necesito calmarme.- me digo a misma.

     Comienzo a caminar por la habitación y al final miré hacia el océano. ¿Quiero esto? L respuesta es... Si, lo quiero. Siento miedo pero quiero estar con Dominik de todas las maneras posibles. Si, quizás sea muy pronto pero no sabemos cuanto tiempo nos queda. La vida es corta y el tiempo corre, no se detiene por nadie. 

__ Ya volví.- abrió la puerta.

    Carajo.

__ ¿Que hacías?.- pregunté

__ Buscaba unas almohadas.- me las enseñó.

__ ¿Iremos a dormir?.- el asiente.

__ Adelantate, yo tomaré un buen baño antes de dormir.- concluyó.

__ Gracias dios, te debo una.- susurré luego de que se adentrara en el baños.

      Me recosté en la cama y  sin querer poco a poco mis ojos se cerraron, en cuestión de minutos todo se volvió negro y me adentré en el mundo de los sueños donde Dominik es el protagonista de todos ellos.  

    Narrador Omnipresente

    En casa de los Hilton todo esta tranquilo, todos se preparan para dormir. Todos, menos uno; Jackson sigue en su habitación con las luces encendidas mientras lee lo que parece ser un libro. De repente una piedra choca contra la venta e  interrumpe su momento de lectura. 

__ ¿Que carajos? ¿Fue mi imaginación?- se pregunta a si mismo.

     Se levanta de la cama y observa detenidamente la ventana, debido a que no logra ver nada decide salir de su habitación para ir al jardín. No había nadie, no se escuchaba nada. Sin embargo, algo llamó su atención, es un trozo de papel tendido sobre la grama que parece ser una nota.

    "Terminemos lo que alguna vez empezamos."

     Aquel chico palideció rápidamente, se volvió tan blanco como aquella hoja de papel. Miró en todas las direcciones posibles pero no había nadie. El estaba complemente solo, quien haya dejado esa nota ya se había marchado.

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Tu Eres El Polo Norte y Yo Soy El Polo Sur (Dominik Santorski)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora