Ruggero: Si me agrada, ¿por qué no? -Sonreí y me distraje dibujando.
Agustin: No la tratas como a nosotros, eres diferente con ella, más distante y cortante.
Ruggero: -Reí al levantar la vista- Eso no es cierto.
Agustin: Sabes que no puedes llevarme la contraria ojitos miel, tengo razón.
Ruggero: Kendra es agradable, lo es.
Agustin: Si, te creeré. Sería muy raro, ella es adorable.
Ruggero: Ajá -Seguí dibujando.
Agustin: Creo que deberías comenzar a escribir.
Ruggero: Se me fue la inspiración.
Agustin: -Tomó mi celular y me enseñó el fondo de pantalla, donde tenía una foto de Karol-... ¿y bien?
Ruggero: Mucho mejor -Sonreí observando la foto.
Agustin: -Rió y se levantó con ambas manos en sus bolsillos- Ya me iré, pero piensa lo de Kendra.
Agus desapareció segundos después al cruzar la puerta. Dejé el cuaderno a un lado y me senté en una banca bajo un árbol. Las luces que provenían de la ciudad iluminaban todo y entonces, me tomé en serio lo que Agus me hablaba. ¿Le estaré dando un trato más molesto a Kendra?, siento que ella es muy simpática conmigo. La verdad no me convencía de eso, probablemente sea porque la conozco recién. Pero, había una parte de mí que simplemente, no quería a Kendra, una parte de mí me provocaba no querer verla, no me había sucedido antes, con nadie.
Entonces, recibí otro mensaje de la chica que si me provocaba un deseo de verla a cada hora, minuto, segundo. Como un imán, con ojos profundos y una sonrisa que escondía sus más ocultos secretos y anhelos.
Lo leí, un "Te espero en el árbol de la entrada, ya quiero verte" estaba plasmado en mi celular. Sonreí y miré el cuaderno y recordé lo que tenía que hacer. Hice una desganada mueca y volví al celular para, con el dolor de mi alma, negarle aquella propuesta con un "¡Sería lo mejor del mundo! Pero no puedo ):". Tomé el cuaderno y esta vez sí intenté concentrarme en escribir, pero se me hacía difícil, pensaba en si habría leído el mensaje o no. Irresistible, cogí el celular nuevamente y le envié un energético mensaje con un "Voy para allá hermosa".
Escondí el cuaderno con las pocas frases que había escrito en él, bajo la banca. Me acomodé el gorro del polerón y salí por el portón del patio. La vi sentada en el pasto bajo el árbol, lanzando y atrapando el celular, como si quisiera vencer al aburrimiento. Se había cambiado de vestuario, llevaba un vestido más arriba de la rodilla, floreado y un lindo suéter abierto. Mis pasos que hacían sonar el pasto eran obvios y entonces volteó al darse cuenta que la espera acababa. Me sonrió y señaló con su mano que me sentara a su lado, y eso hice. Me comenzó a hablar de cosas que según yo, no tenían mucho sentido, pero escuchar su dulce voz y al verla con su cabeza apoyada en mis piernas mientras me miraba, me completaba. Luego tocó el tema de la canción, me contaba sus ideas, raras ideas y le expliqué que no podía concentrarme ni un poquito en escribir. Y seguíamos hablando, sobre cosas al azar.
Karol: ¿Qué sucederá luego de la gira?
Ruggero: Estudiarás.
Karol: -Sonrió- Me refiero a ti
Ruggero: Ah, otra gira.
Karol: ¿AH?, ¿SI? -Me preguntó alterada.
Ruggero: -Reí- No, claro que no.
Karol: Uf -Suspiró- ¿entonces?
Ruggero: Tendré vacaciones, algunas que otras presentaciones y entrevistas, pero principalmente tendré vacaciones.
Karol: Oh -Comenzó a jugar con los dedos de mis manos- Tus manos son tan raras.
Ruggero: -Solté una suave carcajada- Estás loca.
Karol: Pero me amas, entonces no me preocupo.
Ruggero: Te amo, seas como seas. Nunca lo olvides, pase lo que pase, has sido los mejores meses de mi vida.
Karol: No olvidaré, porque te tendré toda mi vida para que me lo recuerdes -Rió y comenzó a jugar con mi nariz.
Ruggero: Ah, ah, ¡Ah! -Me quejé en el momento en el que me presionaba la nariz hacía arriba.
Karol: -Rió inocentemente- Perdón amor, es que tu nariz me pone nerviosa.
Ruggero: -Dejé salir otra carcajada- Me dejarás todo dolorido.
Karol: -Se acercó y dio una suave beso en mi nariz y eso me causó risa- Te amo Pasquarelli.
Ruggero: ¿Sabes que sucede cuando me dices así, verdad?
Karol: -Rió nerviosa- Lo tengo claro.
Ruggero: Perfecto -Reí y me lancé a besar su cuello y acurrucarla en mis brazos.
Sentía su olor cuando caminábamos rodeando la casa, su adictivo olor. Sentía que mi pecho estallaría cuando ella sonreía y enredaba su mano en la mía, eso me hacía seguro de que lo que sentía por ella era más que real y puro.
Su cabeza apoyada en mi hombro y nuestros brazos unidos, recorriendo los mismos lugares una y otra vez, pero siempre como si fuera la primera vez.
El frío se desencadenaba con rapidez y al ver sus labios medio morados y sus descubiertas piernas, no dude en que ya debíamos entrar.
La cargué mientras apoyaba su cabeza, esta vez, acurrucándola en mi pecho. La dejé en el cuarto, ese que aún seguía desordenado. La recosté y luego lo hice yo, cubriéndonos con una frazada. Sentía su corazón latir tan encima de mí, que la abrazaba más aun.
De vez en cuando, pensaba en que sucedería si ella supiera lo que ocurre fuera de su entorno, me sentía mal de privarla de saber lo que seguramente debía saber.
Mientras acariciaba su cabello, pensaba en eso.
No quería verla llorar, sentirla frágil nuevamente, no estaba preparado aun.
No tardó en dormirse, pero yo sí. ¿Y si luego ella no me perdonaría?, prefería aprovecharla, tenerla conmigo, aunque sonara egoísta, no me veía sin su dulce presencia.
Despertó a eso de las dos de la mañana y no de la mejor manera. Yo me encontraba observando inútilmente las luces que provenían desde afuera, las cuales se reflejaban en la ventana. Sentí una silenciosa y sufrida queja en mi oído. Miré a Karol y no sucedió nada, solo por unos segundos, ya que volvió a repetirse esa queja, muchas veces. Me asusté y la miré detenidamente. Su cabello estaba muy húmedo y no pensé que eso fuera muy normal. Volvió a repetirse tal queja, cada vez con más intensidad y comenzó a transpirar. Intenté despertarla, pero era como si fuera inmune a oírme y solo gemía de dolor.
Abrió sus ojos desganadamente mientras su cuerpo entero tiritaba indefenso. Su color de ojos se oscurecía considerablemente y sentí miedo, sentí miedo de todo lo que ocurría o que pudiera ocurrir.
Le hablaba, pero su reacción hacía mí no era más que mirarme. Al darme cuenta que no se encontraba bien, salté rápidamente debajo de la cama para ir por alguien.
Abandoné el dormitorio y golpeé la puerta del dormitorio más próximo, el de Gaston.
Ruggero: ¡Gaston!, ¡Gaston despierta!, ¡Gaston! -Repetía asustado golpeando su puerta y las de al lado. La puerta de al lado derecho se abrió y salió un adormilado Jorge.
Jorge: Ve a dormir.
Ruggero: ¡Karol! -Gaston abrió y también Paul, Mike y Kendra.
Michael: ¿Qué tiene ella?
Ruggero: No lo sé, ¡está mal! -Dije en tono alto. Todos corrieron a la habitación, igual que yo.
Gaston: ...
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Stole My heart- Ruggarol
FanficHay veces en la vida en las que sientes que todo te juega en contra, que pagas cada error que has hecho, que la vida nunca te volverá a sonreír, que dices "no puedo más", que nada ni nadie vale la pena. . . Pero en realidad, son solo pensamientos d...