Epílogo

717 36 8
                                    

Argentina, 10 años después.



Caminé apresurada entre el mar de mujeres con cámaras para grabar y tomar fotos. Debía estar en el salón de eventos a las diez de la mañana y ya sobrepasaban las diez. En mi mente me reproché haber dejado ido al banco que solía llenarse en la mañana.. Mientras intentaba salir de la multitud lo más rápido posible divisé a Thomas, Dann y Alice. Corrí hasta ellos y me hinqué para abrazarlos. Dann, mi pequeño hermanito, ya tenía catorce años y era muy parecido a mí. Mientras que Thomas, el hijo de Mike y Valu, tan solo tenía cuatro años. También estaba la dulce Alice, hija de Agus y Caro, con tres años. Besé a cada uno en la frente y luego me levanté para saludar a sus padres.
Karol: Me alegra que hayan venido. Estará emocionada. –Sonreí mientras cogía a Thomas en mis brazos. El era todo lo diferente a Mike. Era tranquilo y educado como su madre.
Agustin: ¿Y Ruggero?
Karol: Encargándose de la situación. Tuve que hacer unos trámites hace un par de horas y él me dijo que se encargaría, pero no lo veo por ningún lado... -Miré a mí alrededor y vi acercarse a Ana y Jorge. Ellos sorprendentemente no tenían hijos. Digo sorprendentemente porque todos creímos que serían los primeros en ser padres. Ana me vio y corrió abrazarme, aun era la mejor amiga del mundo.
Ana: El tráfico es horrible. Lamentamos llegar atrasados... -Interrumpí.
Karol: No te preocupes, aun no ha comenzado. ¿Han hablado con Gaston? El estaba tan emocionado de venir y no lo veo por acá.
Jorge: Dijo que te dejó un mensaje en el correo de voz. James amaneció enfermo así que tuvo que quedarse en casa con Malena y el bebé. –Gaston finalmente no duró mucho tiempo con Natalie. Tuvo una novia después de ella y luego llegó Malena, todos presentíamos que era su princesa. Y así lo fue ya que tuvieron un bebé, James, recientemente.
Karol: Oh... Iré a verlos más tarde, espero no sea nada grave. Y no he revisado mi celular, tal vez Ruggero llamó... -Revisé mi celular, el único mensaje de Ruggero que tenía decía que me amaba. Era tan dulce.
Carolina: Iré con Alice al baño, Agus. Quédate con las cosas, ¿sí? –Le entregó un par de chaquetas y su cartera.
Agustin: Por supuesto. –Cogió las cosas y vimos a Caro alejarse con Alice en sus brazos. Suspiré y desvié mi mirada a mi hermano.
Karol: ¿Dónde está mamá, Dann?
Dann: Ubicada en los asientos con Max y Brenda. Papá y Chris están comprando algunas cosas. –Se encogió de hombros y sonrió. Mamá y Max tuvieron una hija llamada Brenda. Papá no volvió a encontrar el amor pero él dice que es feliz teniendo una vida de machos solteros con Chris, siempre bromeaba con eso.

La gente comenzó a entrar al salón repleto de asientos, cada uno lo adornaba una flor artificial. Entramos en grupo pero luego los demás fueron a ubicarse a sus asientos y yo me quedé parada cerca de la entrada sin saber bien dónde ir. Una mujer delgada, colorina y de estatura media se acercó a mí con una sonrisa.

Xx: Soy la Sta. Diana. ¿Usted es...? –Leyó una carpeta buscando mi nombre tal vez. Otra mujer vestida formalmente, a quién reconocía claramente, se acercó a mí.
Mayra: Sra. Pasquarelli, venga por acá. –Caminó y señaló con su mano que la siguiera. Sonreí de despedida a la mujer colorina y seguí a Mayra.
Karol: ¿Cómo van las cosas? –Pregunté en tono bajo para no llamar mucho la atención.
Mayra: Muy bien. Creí que la vería a las ocho por acá...
Karol: Ruggero quiso hacerse caso. –Rió de algo y la miré confusa.
Mayra: No deje más que él se haga cargo de estas cosas. –Guiñó un ojo. No comprendí pero luego le preguntaría a él.
Karol: Está bien. –Dejó de caminar y apuntó a Ruggero que estaba sentado muy varonil leyendo un folleto. Jadeé intentando no perder el control de mi misma e ir y devorarlo a besos.
Mayra: ¿Puedo darle otro consejo? –Me miró con una sonrisa tierna. Mayra sobrepasaba los cuarenta años pero seguía teniendo el espíritu y el alma de una niña.
Karol: Adelante.
Mayra: Sostenga bien la mano de su hombre, porque algunas mujeres solteras están algo hambrientas. Tuve que decirle, literalmente, a más de diez mujeres que él no estaba soltero. –Solté una risa, la verdad yo ya estaba acostumbrada a la atención femenina que el recibía pero confiaba plenamente en él. Asentí y besé la mejilla de ella. Luego caminé ansiosa hasta al asiento a un lado de él. Dejó de apoyar la mirada en el folleto y me miró a mí. Sonrió y antes de que pudiera decir una sola palabra, me besó.
Ruggero: No tienes idea cuanta falta me hiciste en estas dos horas. Esas mujeres parecían muy necesitadas, ni siquiera respetaron mi compañía. –Se quejó. Ahogué mi risa y me encogí de hombros con indiferencia.
Karol: Casi nueve años con tu carrera, ya deberías estar acostumbrado. De seguro eran fans tuyas.
Ruggero: Si, quizás. Además de eso, no podía colocarle el vestido. Y en vez de ayudarme a vestirla, corría por el vestidor. Es muy inquieta. Estuve más de media hora intentando vestirla y luego tenía que maquillarla, no tenía idea de cómo hacerlo así que Mayra me ayudó. Y la peinó también. Definitivamente no me dejes a cargo de nuevo. –Murmuraba cerca de mi oído.
Karol: Tú te ofreciste, eh. Y no te preocupes, ambas sabemos que eres el papá perfecto. Al menos quisiste intentarlo.
Ruggero: Y tu eres la mejor mamá, tienes que saberlo. –Acarició mi mejilla y besó mi frente.

La presentación comenzó y ahí salió ella interpretando a la princesa. Era su primera presentación y se veía que la disfrutaba. Con su vestido blanco que Ruggero le había comprado y su tiara que le había obsequiado mi madre se veía como un ángel. Tenía los ojos de Ruggero y según Ruggero, tenía mi dulce sonrisa, mi melódica risa, mi encanto natural y algo en lo que claramente coincidamos, mi tez.
Tomamos algunas fotos y la grabamos. Algo me decía que ella sería una artista como su padre y esperaba que si eso sucediera, siguiera siendo la niña dulce y humilde que hoy era. A pesar de que nosotros tuviéramos para darle todo lo que ella quisiera, éramos conscientes y le decíamos siempre que lo que importa es la bondad y humildad, y a sus cortos cuatro años ella parecía ir entendiendo eso.
Luego de que el acto acabara, la gente se levantó y aplaudió muy fuerte. Los niños comenzaron a bajar del escenario y Isa corrió donde nosotros.

Isa: ¡Mami, viniste! –Abrazó mis piernas. Ambos nos hincamos para quedar a la estatura de ella.
Karol: Claro que vine, no me perdería tu presentación por nada en el mundo. –Besé su frente.
Isa: ¿Cómo lo hice?
Ruggero: Lo hiciste increíble, princesa. Tendremos que celebrar, ¿qué te gustaría comer?
Isa: Caramelos y helado. –Sonrió apretando los labios y apoyando sus dedos tiernamente en estos.
Karol: Caramelos y helado se ha dicho. –Sonreí y la abracé.
Isa: Mami...
Karol: ¿Si, cariño?
Isa: ¿Puedes cargarme en tus brazos? –Preguntó tímidamente. Miré a Ruggero y sonreímos.
Karol: Claro, pero debes tener cuidado con tu hermanito, ¿bueno? –Llevé instantáneamente mi mano a mi vientre. Ella asintió sonriente y abrió sus brazos. La levanté con cuidado y Ruggero y yo nos levantamos.
Isa: ¿Cuánto falta para que mi hermano nazca? –Preguntó.
Karol: Cinco meses.
Isa: ¿Y cuánto es eso?
Karol: Un poco más de lo que lleva dentro de mi panza. –Sonreí al pensar en que ella quería saber de su hermano y no parecía estar celosa.
Ruggero: ¿Quieres escoger el nombre de tu hermanito? –Preguntó y ella sonrió, una sonrisa muy parecida a la mía cuando voy a estallar de felicidad.
Isa: ¡Sí! Aunque no lo sé aún...
Ruggero: Hay mucho tiempo aún. Mira allá... -Apuntó más atrás. Volteé mi cuerpo para que Lucy pudiera ver mejor.
Isa: ¡Es Thomas! Papi, llévame a ver a Thomas. –Quiso brincar en mis brazos pero recordó que debía ser cuidadosa. Abrió los brazos a Ruggero y el la cargó.
Ruggero: ¿En mis hombros o en mis brazos?
Isa: En tus hombros. –Dijo inocentemente. Ruggero la colocó sobre sus hombros. Con una mano sujetaba bien sus pequeñas piernas y con la otra buscaba mi mano.


Fin.

Stole My heart- RuggarolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora