Lo recordé. Se sintió como un balde de agua fría. No sabía bien la razón, no sabía de qué huía, ¿de él?, yo no le temía. Aunque si temía algo, sentir cosas fuertes, verlo como un imán que me atrae hacia él sin dominio de mi misma. Yo ya no quería que él fuera mi prioridad al momento de pensar. No lo quería en mi mente, menos en mi corazón. No quería nada de él, ya no, no lo quería, él no pensó en mí cuando hizo lo que hizo, ¿por qué yo debo pensar en él?, simplemente quería avanzar de capítulo, uno nuevo en mi vida, sin su nombre entrometido entre palabras. Nada más de él.
Pero es ahora cuando pienso con mi mente centrada en la realidad. Papá se había retrasado con el dinero que me enviaba mensualmente, casi todo mi dinero lo había gastado en pagar ese carísimo hotel a medias con Ruggero, regalos para todos, además útiles de supervivencia. Estaba quedando prácticamente en "la ruina" y en Buenos Aires no puedes quedar en la ruina, definitivamente no. Trabajar un día como estilista de los chicos, más bien, ayudante de Katja, me daba el dinero suficiente como para no necesitar dinero de mi papá tan pronto, en verdad, el dinero que recibía trabajando unas horas con Katja, era increíblemente favorable. Solo un día, susurré en mi mente. Una tarde cerca de él, podía evitar hablarle y si tenía suerte, mirarlo.Seguí caminando hasta el auto, pensando un sinfín de cosas. Ana me siguió a paso lento. Entré al auto en el lado de "copiloto" o "pasajero principal" y tomé mi celular que estaba guardado en mi auto. No lo había llevado conmigo a la universidad porque quería hacer lo que debía, aprender. Si llevaba el celular me distraería. Miré la pantalla aun sin desbloquear, cinco llamadas perdidas y un mensaje. La desbloqueé con cierto nerviosismo, ¿quién me había llamado y mensajeado?, tres eran de papá, una de Ana y otra de Natalie. El mensaje de papá. "¿Por qué no contestas, bebé?", bebé, reí bajo, antes odiaba ese término, ahora quería oírlo al final de una frase que dijera "Todo estará bien... bebé". Pero aun así, de lo más profundo que podía sentir, esperaba leer en el registro de llamadas o mensajes, un curvado y minúsculo para mis ojos, pero mayúsculo para mi mente, Ruggero. Lo loco de esto es que horas antes no quería más mensajes ni llamadas de él, pero ahora que ya no llamaba ni enviaba mensajes, estaba desesperadamente loca por recibir algo de él.
Les devolví las llamadas a papá y a Natalie, a Ana la tenía a un lado. Iba a guardar nuevamente el celular hasta que vibró en mis manos. Miré la pantalla, Katja.Karol: Hola, Katja.
Katja: ¡Nena! ¿Dónde estás? –Su voz estaba algo cortada y en tono alto.
Karol: En mi auto, camino a casa. ¿Te encuentras bien?
Katja: Yo sí, pero alguien no. Necesito tu ayuda.
Karol: ¿Es Marie?, ¿sucedió algo con Marie? –Pregunté preocupada.
Katja: No, no es la pequeña. Solo, ¿podrías venir al estudio fotográfico ahora?
Karol: Yo... sí, claro. Necesito pasar a casa unos minutos...
Katja: En una hora acá, ¿bueno? –Interrumpió apresurada.
Karol: Estaré en menos, no te preocupes.
Katja: Está bien, gracias. Debo cortar, adiós.Ana: ¿Todo bien? –Me miró de reojo. Ella estaba al volante.
Karol: -Encogí mis hombros- Katja me llamó diciendo que me necesita urgente, dijo que le pasó algo a alguien.
Ana: ¿Conduzco hasta el estudio?
Katol: -Iba a decir que no, debía cambiarme y sacarme un poco de maquillaje- Si. Tal vez sea en verdad urgente. –Suspiré.Apoyé mi cabeza en la ventana. Buenos Aires ya no era lo mismo sin él, lo admitía. Las calles que recorríamos en largas caminatas. Nuestras risas y sonrisas que compartimos con el increíble aire de la ciudad. Podía sentir mi corazón acelerar al momento de recordar lo que hacíamos, lo que sentíamos cuando respirábamos el mismo aire. Entonces me envolví en los recuerdos que tenía de él. Su nariz hundiéndose en mi cuello, sus labios pegados en los míos, sus manos acariciando mis hombros. Su sonrisa curiosa, peligrosa, increíble sonrisa. Esa mirada que contenía misterio, amor por sobre todas las cosas, esos ojos profundos, entre miel, verdes y cafés. Esa voz maravillosa.
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Stole My heart- Ruggarol
FanfictionHay veces en la vida en las que sientes que todo te juega en contra, que pagas cada error que has hecho, que la vida nunca te volverá a sonreír, que dices "no puedo más", que nada ni nadie vale la pena. . . Pero en realidad, son solo pensamientos d...