Capitulo 81

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Karol: -Mis pasos se volvieron más lento- ¿Lo dices en serio?
Ruggero: ¿Qué? –Preguntó rosando su labio inferior con su pulgar.
Karol: ¿En verdad quieres que sea yo la madre de tus hijos? –Pregunté en tono bajo como un murmuro.
Ruggero: ¿Por qué no?
Karol: ¿Por qué si? –Pregunté rápido.
Ruggero: Porque, ¿te amo? –Levantó una ceja.
Karol: ¿Por qué lo dices como pregunta?
Ruggero: ¿Es que no era obvio?
Karol: ¿Qué cosa?
Ruggero: ¿Ah? –Ambos reímos.
Karol: ¿Me amas?
Ruggero: Más de lo que Gaston a su guitarra, solo imagínalo.
Karol: No debo imaginarlo, porque también lo siento –Sonreí y me detuve para besarlo.

Seguimos caminando. Un auto se detuvo a un lado de nosotros y ambos miramos extrañados. Un auto gris, de último año y muy limpio. Se abrió la puerta del conductor y se bajó un tipo alto, bien vestido, cabello negro y ojos maravillosamente verdes, Max, mi padrastro. Caminó donde nosotros amistosamente.

Karol: Vaya, Max Williams –Sonreí apartando el cabello de mi cara.
Max: Pequeña –Sonrió y besó mi mejilla, luego le estrechó la mano a Ruggero.
Ruggero: Ruggero Pasquarelli, su novio –Dijo sonriendo entre dientes.
Max: ¿Cómo no saberlo? –Apuntó nuestras manos tomadas.
Karol: Oh -Solté con delicadeza su mano algo nerviosa- ¿Nos seguías?
Max: Durante solo unos minutos, estaba comprando algunas cosas y los vi. Ruggero –Lo miró.
Ruggero: ¿Si? –Preguntó volviendo a tomar mi mano.
Max: Alguien muere por conocerte –Sonrió dándole unas palmadas en el hombro.
Ruggero: ¿Alguien como quien?
Max: Una linda chica de dieciséis años, ponte tú.
Ruggero: ¿Sabe que no estoy disponible?
Max: Tranquilo, sabe más que eso, diría que sabe hasta cuándo vas al baño o estás dormido.
Ruggero: -Rió- ¿Una fan?
Max: No se hace llamar así, verás, si le digo "fan" es capaz de gritarme, en verdad. Solo espérame.
Ruggero: Claro, ve. –Me miró y sonreí. Apretó fuerte mi mano y lancé un pequeño y agudo grito.
Karol: ¿Por qué hiciste eso? –Regañé soltando su mano.
Ruggero: No quise, ósea sí, pero no... Ay, lo siento –Sobó mi mano.
Karol: Dolió –Hice un puchero.
Ruggero: Es que yo... la apreté para asegurarte que soy... tuyo –Rió sonrojado.
Karol: ¿Ah? -Reí- Estás loco.
Max: Ella es Natalie, mi hija –Ambos miramos.
Ruggero: Hola, hermosa –Se acercó para abrazarla.
Natalie: No puedo creerlo –Sollozó.
Ruggero: -Se apartó a mirarla- Hey, no llores. Acá estoy... ¿Me creías más lindo, verdad? ¿Soy tan feo que te hice llorar?
Natalie: -Rió cubriendo su boca- Eres tú, no eres feo, digo, eres el ser más hermoso. –Max tosió apropósito.
Ruggero: Entonces no llores, hermosa –Sonrió y volteó a verme, yo solo estaba parada, inmóvil y sonriendo.
Karol: Hola –Dije tímida y ella respondió con una sonrisa.
Ruggero: ¿La conoces?
Natalie: A parte de ser como mi media y no media hermana, es tu novia. Por supuesto que la conozco –Se acercó y se paro frente a mí.
Karol: ¿Yo... te agrado? –Pregunté avergonzada.
Natalie: -Miró seria unos segundos y luego tomó aire- Eres increíblemente genial, con mis amigas te hacemos monumentos. Eres en verdad muy linda y haces tan linda pareja con mi novio. Creo que por mucho que lo ame y me derrita, no me gustaría que tu y él terminaran. Compro todas las revistas donde aparecen y cada vez que las chicas te insultan o dicen esas cosas asquerosamente falsas, te defendemos. Cuando supe que eras la hijastra de mi papá, casi me dio un infarto y salté durante dos horas en mi cama. Debes cuidar mucho a Ruggero, porque si le pasa algo me muero y tú -Volteó a ver a Ruggero que nos observaba emocionado- la cuidas también. Volviendo a ti -Me miró- gracias por cuidar de mis muchachos, ellos son un tanto infantiles. Eres muy dulce, veo siempre tus redes sociales. Creo que eres mucho mejor que Candelaria, ugh, Candelaria. Debes saber que tú y Ruggero deben ser puros hasta después que se casen, no puedes si quiera tocarlo antes del matrimonio. Una de sus hijas debe de llevar mi nombre, sin peros. Tengo un poster de ti en mi muralla, sales en verdad muy linda, ambos son tan afortunados -Suspiró- Jamás le hagas caso a las envidiosas esparcidas. Por último, bienvenida a mi familia.
Karol: Eso... ¿fue un sí? -Reí- Gracias.
Natalie: ¡Claro que sí! -Me abrazó.

Max nos dijo que entráramos al auto, ellos igual iban a casa de mamá, ósea era de él, pero ya que. Natalie habló mucho durante el camino y era en verdad muy divertida y agradable. Tenía una especie de nervios que veía a Ruggero y lo abrazaba. El me miraba para reconocer mis gestos pensando que podía estar celosa o algo así, pero solo me divertía observar la escena. Llegamos y bajé del auto apresurada. Ruggero bajó después de mí y Natalie tras él. Max estacionaba el auto. Toqué el timbre de la puerta y se abrió esta en segundos. No era mamá, era él, vestido con un traje inglés y su cabello peinado. Me fue inevitable cargarlo y abrazarlo, el rió y me abrazó, aproveché de desearle feliz cumpleaños. Luego lo bajé y saludó a Ruggero y a Natalie. Caminamos hasta la sala de estar y estaba llena de globos. En el patio estaba todo arreglado para su cumpleaños.
Mamá salió de la cocina y al verme, corrió a abrazarme.

Monica: ¡Pequeña!
Karol: ¿Por qué todo el mundo me dice así? –Fruncí el ceño.
Monica: Siempre has sido mi pequeña.
Karol: No es lindo cuando tu novio cumple años en siete días más.
Monica: -Rió- ¿Qué tal el viaje? –Preguntó saludando a los demás.
Karol: Agotador.
Monica: ¿Tu qué dices, Ruggero?
Ruggero: Dormí todo el viaje –Reímos.
Karol: Mi hombro está delicado por eso.
Natalie: Ruggero suele dormirse en el hombro de las personas cuando está de viaje.
Monica: Naty me ha hablado de Ruggero toda la semana –Rió.
Ruggero: Oh, ¿puedo llamarte Naty? –Sonrió mirándola.
Natalie: Como gustes –Ruggero miró a Dann y el gritó por lo bajo.
Dann: ¿Tu novio vendrá? –Me preguntó.
Karol: Acá esta –Sonreí abrazando a Ruggero.
Dann: -Negó con la cabeza- El de ojos verdes.
Ruggero: -Me miró fugaz- ¿Ojos verdes? –Reí nerviosa.
Karol: Gaston es solo mi amigo, Dann. Por cierto, te envió un obsequió. –Caminé hacia la gran cartera que traía. Cogí cinco regalos y Ruggefo cogió la caja.
Ruggero: -Caminó hacia Dann- Este es mi obsequio para ti, feliz cumpleaños, campeón –Se agachó y le entregó el regalo.
Dann: ¡Gracias! -Vio la caja- ¿Qué dice ahí?
Ruggero: Para el niño más especial.
Dann: ¿Y ahí?
Ruggero: Las tristezas no se quedan para siempre cuando caminamos en dirección a lo que siempre deseamos.
Dann: ¿Qué es eso? –Preguntó mirándolo entusiasmado, Ruggero sonrió.
Ruggero: Cuando seas grande lo comprenderás.
Dann: Gracias, novio de mi hermana.
Karol: El se llama Ruggero -Sonreí- Ten, uno es mío, otro de Gaston, otro de Jorge, Mike y Agus, mis amigos –Le di los cinco regalos.
Dann: Gracias –Los recibió.
Monica: Ve a dejarlos donde dije, hijo.

Luego de unas horas comenzaron a llegar los invitados al cumpleaños. Fue divertido, más de lo que creí. Ruggero no se despegaba de mi lado y me parecía muy dulce, pero las mamás de los niños nos miraban mucho y me incomodaba, además murmuraban cosas entre ellas y nos veían raro, fue lo único malo.
Pasadas las nueve de la noche ya oscurecía en la ciudad y ya era hora de volver al hotel. Max ofreció llevarnos, pero preferimos caminar, a pesar del frío. Nos despedimos y emprendimos.
Caminamos por unas calles muy iluminadas, era el centro de la ciudad. El hotel quedaba más allá del centro, era uno de los más caros porque no estaba en medio del ruido neoyorquino. Pasadas las calles centrales, entramos a unas calles menos pobladas, más oscuras y se oía con naturaleza el abucheo de hombres que se juntaban a beber un poco y absorber algo. Ruggero iba un poco más delante de mí hablando por celular con un amigo. No tomaba su mano porque las tenía en los bolsillos de mi casaca, era invierno y el frío era insano.
Llegamos a una esquina y Ruggero cruzó la calle despistado, no había tráfico. Yo me detuve y me hinqué para amarrar los cordones de mis zapatillas. Nada más ya terminaba y oí un silbido masculino en la calle del otro lado. Miré aun hincada y oí a uno gritar "Bonita, ¿qué hace sola por estas calles?", solo oía porque estaba en verdad oscuro. Intenté no hacer caso y crucé la calle. Busqué a Ruggero por delante pero no lo vi, asustada seguí caminando. Escuché una risa algo cerca y supe de inmediato que no era la de Ruggero. Apresuré el paso sintiendo que alguien venía detrás. Sin saber cuantos segundos transcurrieron, llegué a otra esquina y por delante de mí apareció un hombre, alto, vestido de negro y con el cabello desordenado. Intenté esquivarlo y vi aparecer más hombres, algunos con botellas de cerveza y otros fumando. Me di cuenta que estaba rodeada.

Xx:...

Stole My heart- RuggarolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora