Capítulo 105

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A la mañana siguiente escuché esa voz grave y desesperada. Estaba tan cómoda en los brazos de él que no quería moverme. Decidida a no moverme, volví a cerrar los ojos. La voz se hizo más fuerte al otro lado de la ventana y descontenta levanté sólo la mirada para encontrarme a Jorge con la cara casi pegada en el vidrio. Reí y le di un suave codazo a Ruggero. El inconscientemente me atrajo más a él y me envolvió más protectoramente. Sentir sus brazos en mi piel era maravilloso, eran únicos, eran esos que al rodearme me hacían sentir en el lugar correcto. Ahogué una risa y volví a codearle, una y otra vez con suavidad hasta que despertó.

Ruggero: Te amo. –Murmuró cuando intentaba abrir los ojos. Besé su mejilla y automáticamente sus ojos se abrieron y sus labios buscaron los míos, pero con una sonrisa inocente alejé mi cabeza.
Karol: Jorge está justo ahí afuera. –Señalé la ventana, el miró y se encontró con un Jorge molesto y cansado del otro lado.
Ruggero: Ay no. –Se quejó. Su voz ronca al despertar volvió a encender mi alma y mi cuerpo se volvió tibio. Luché contra la necesidad de besarlo.

Nos desenredamos riéndonos y me hice a un lado para que el abriera la puerta, la vista de sus brazos y su espalda me sacaron por unos segundos de la vida. Salió primero y luego yo. El día era hermoso. Cálido, soleado y el viento corría moderadamente. Parados frente a Jorge sin saber que hacer o decir, mientras que él nos miraba con el ceño fruncido. Hasta que reaccionó y se llevó las manos a su cabello y lo apretó, para luego abrazarnos a ambos.

Jorge: Me tenían tan asustado. Los he buscado desde las cuatro de la mañana. –Nos abrazó incluso más fuerte.
Karol: Lo siento, Jorge... -Interrumpió.
Jorge: No solo yo. Todos los hemos estado buscando, el mundo entero cree que están perdidos y ya son noticia en todos los países. Están desesperados. –Se alejó y limpió una lágrima de su mejilla.
Karol: ¿Noticia en todo el mundo? Fue solo una noche. –Dije sorprendida.
Jorge: Lo sé, pero... Mejor vamos, allá les explico.
Ruggero: No tenemos más gasolina en el auto. –Jorge miró el auto y luego apuntó el de él con su cabeza.
Jorge: Suban al mío.

Camino a casa Jorge iba sujetando el volante tan fuerte que sus nudillos se destacaban en un blanco pálido. Podía ver que tan frustrado había estado por su mirada. Condujo por eternos minutos. Mientras que nosotros estábamos sentados en la parte trasera del auto con nuestras manos entrelazadas. Volteé mi cabeza para ver a Ruggero y el tenía esa sonrisa soñadora y hermosa que sentía como me volvía agua a su lado. De pronto Jorge estacionó el auto rápidamente a un lado de la calle, pasaron unos segundos hasta que volteara a vernos y...

Jorge: ¿Ustedes que hacían juntos? –Parecía más que sorprendido. Reí y Ruggero levantó nuestras manos unidas. Me ruboricé locamente y me reía de la expresión de Jorge.
Ruggero: Adivina quienes volvieron. –Ruggero alzó las cejas y volví a mirar a Jorge, el me miró como si no le creyera a Ruggero y esperaba mi confirmación. Asentí con mi cabeza mientras dejaba salir una amplia sonrisa.
Jorge: ¿Ustedes... tú... él... juntos?
Karol: Sí.
Jorge: Oh, creí que esto jamás volvería a suceder. Pensar en cómo lo pasaron... digo, Ruggero lloró un océano toda una noche en mi hombro y en verdad estaba muy mal. Por cierto, estropeó mi camisa. Me debes una nueva, hermano.
Ruggero: Olvida eso, has dado mucha información. –Lo fulminó con la mirada. Reí.
Karol: Lo bueno es que ya no llorará más en tu hombro ni te estropeará otra camisa.
Jorge: ¡Era mi favorita! Eso demuestra cuanto te amo, Rugge. De otra manera hubiera corrido tu cara. –Negó con su cabeza y nos sonrió, su mirada se relajó y ya no era el Jorge tenso y preocupado.

Siguió conduciendo. Mi cabeza estaba apoyada en el hombro de Ruggero, quien ya se había colocado su camisa y olía increíblemente bien. Llegamos a mi casa y lo que vino después fue caos total. Estaba completamente lleno de gente, había muchas chicas llorando y unas que al ver el auto gritaban y casi se lanzaban. Nuestras expresiones reflejaban confusión. ¿Qué sucedía?
Ruggero me acercó más a él incluso cuando creí que era imposible tenerlo más cerca. Apreté su mano y lo miré. El también a mí y encogió ligeramente sus hombros. Estaban todos los autos de los chicos estacionados afuera e incluso autos que jamás había visto. Jorge aparcó tras el jeep de Gaston y abrí la puerta para salir. Una ola de chicas vino a nosotros y sentí como mi mano se deslizó de la de Ruggero, me empezaba a ahogar con tantas personas alrededor y no podía salir de ahí. Algunas lloraban, otras gritaban, otras sonreían como si jamás lo hubiesen hecho. La mano de Ruggero volvió a encontrarme por delante y sentí como me llevaba fuera de ahí. Agaché mi cabeza y cerré mis ojos, rogué porque nada me hiciera algunas de las chicas que solían querer matarme por estar con su ídolo. Volví a sentir el viento en mi cara y abrí los ojos. Los guardaespaldas de los chicos estaban tras y por delante de nosotros. Los paparazzi estaban como locos fotografiando y el camino a casa se me hacia eterno. Hasta que llegábamos a la puerta y de ahí salió corriendo una energética chica. Alzó sus brazos y me abrazó como si no me hubiese visto en años. Respondí a su abrazo y reí de confusión. Miré a Ruggero desde el rabillo de mi ojo y observé como los chicos también lo abrazaban. Luego nos hicieron pasar a dentro y cerraron la puerta tras nosotros. El ruido de las chicas disminuyó y se hizo lejano. Me dejé caer perezosamente en el sofá.

Stole My heart- RuggarolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora