Sugar Daddy.

"Podemos ser algo más"

Narra José María.

Tom ha tenido razón.
Cada noche por dos meses y medio ya no he hecho otra cosa que tener sexo con Samuel, el decir amor no encajaría.
Se detenía sus ganas por todo lo que antes le emocionaba.
Poco a poco el mundo giró, ya mi hermoso castaño ha dejado de reír y hacer bromas sin sentido.
Ya no recordaba su risa, ya no recordaba como era él después de romper el contrato.
Él veía por la ventana hasta llegar a casa de Tom.
No preguntó, tampoco es que lo obligaría a entrar pese a que él sigue cumpliendo con lo que fue el contrato.
De vez en cuando me dice Daddy, es justo ahí cuando mi corazón se rompe pues sé que William me decía así y es en él en quién piensa.
Tantas veces le repetí que estaría bien si él decide volver con él pero no se ha ido, quisiera que lo hubiese hecho aunque eso me destrozara.
Entramos, William fue quien abrió la puerta. Vaya que fue una sorpresa.
-William.
Lo saludé con un abrazo.
Sin embargo él se quedaría estático al ver a Samuel.
Los tuve que acercar pero ninguno se atrevía a hablar, era muy fuerte para todos.
-Samuel.
Diría Tom al salir de la sala. No había notado que él tiene los ojos celestes.
Estreche mi mano a la suya.
-Gracias por invitarnos.
Dije al ver a Sam.
-Si, gracias.
Mencionó Sam.
Los minutos pasaron mientras William y Samuel se decidieron a ordenar pizza.
Apagamos las luces y pusimos cualquier película, después de todo el ideal de Tom es que se rompiera el hielo.
-Chicos, está bien. Sus Daddys no se pondrán molestos porque demuestren lo que el uno siente por el otro.
Mencionaría Tom al saber que era un sentimiento hermoso que no debería de ser manipulado por él o por mí.
-Samuel, es cierto que no hay contrato por ello solo has lo que quieras. Te prometo que no te diré nada, quiere a William como me quieres a mí.
Ellos se verían después de eso.
Samuel era el decidido a hacerlo, amaba tanto a aquél hombre que sería estúpido decir que no ame.
-Daddy...
Mencionó William al estar en los fuertes brazos de Sam.
-Hazlo, solo sé feliz con él como quieres serlo conmigo.
Tom sonrió tan emocionado al ver como William correspondía finalmente al beso.