Sugar Daddy.

El poder del dinero.

Recurrente debe de ser en querer que esa pertenencia se salve a su Síndrome de Abstinencia que está padeciendo en aquella celda.

Por seguridad los guardias alejaron a los otros reos; pese a que no todos son juzgados por los mismos crímenes exponerlos a alguien como esa pertenencia no estará bien visto si es que de justicia policial hablamos.

Narra Evan.

Hoy definitivamente sería uno de esos días suaves pues solo he atendido gatos; bueno a un cachorro de un león también pero eso es casi igual pues no fue de intervenir más allá de la bondad.

En el último paciente la llamada de Abel fue dada.

-Dime.

Respondí al tener el felino con el biberón.

-Smith me ha llamado; quería que lo supieses ya que quiero saber si me puedes acompañar a verlo.

-Abel...

Ya estaba dispuesto a negarme pues a más de sonar como una locura era peligroso.

-Espera a que termine, no voy por él. Más bien es porque él está en la jefatura con la pertenencia.

-Con más razón no quiero que vayas.

-Es que no te estoy pidiendo permiso, Smith necesita que le diga las palabras que logren que él firme el documento para ser ingresado en una clínica para dependientes a las drogas.

-Porque debes ir, él acaso no puede hacer eso?

-No, Smith nos ha hecho daño a ambos y aunque fue él quien le facilito que Smith recordase lo del video también es él quien no merece ser atacado.

-A qué hora es?

-Enserio me acompañaras?

-Por supuesto, no dejaría que te veas con aquel tipo.

...

Después de aquel paciente atendido apresuré todo para salir pero sin tiempo más que ese de salir mientras Abel venia al trabajo.

...

Entramos a la jefatura; Abel entonces se referiría a ese chico por ''Gris''.

Las manos las tenía en esa posición que es ser pareciente de aquel Síndrome de Abstinencia.

Abel entro pese a que no dejaría a que lo hiciera solo.

Un documento en el que él admitía ser paciente de una centro de ayuda.

Smith lo ha intentado y no tuvo la eficacia que Abel tendría.

El papel fue firmado.

Gris sostuvo las manos de Abel siendo esta una despedida pues ambos sabían que no se volverían a tratar.

Smith llamó y la fianza fue dada al punto que este quedaría libre y dos sujetos grandes entraron para llevárselo.

...

Dos horas en las que estamos sentados después que él comiese un plato de sopa y una ensalada.

No haría otra cosa que tenerlo sobre mi hombro y estremecerlo entre mis brazos.

Abel se limitó a ser directo con la situación ignorando en su totalidad a Smith; quizá ellos es decir aquel hombre con Gris tengan un futuro, o quizá esto es lo último que él hará pues ese chico tampoco quiere ser más tratado como una pertenencia.