"No lo prohíbe el contrato"

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Segundo día.
Los días no pasarán más rápido si continúamos contando.
Tom salía del cuarto en su brief color piel.
Era uno de esos días en los que tienes muchas cosas que hacer en la oficina y que a su vez se van resolviendo tan rápido que al ser viernes ya estás fuera de la oficina.

~Narra José.

Tomé la chaqueta negra del clóset.
Salimos en la moto de Sam ya que me ha dicho que le dé una vuelta para evitar que se quede en medio camino por no usarla.
Haría caso aprovechando que es un día perfecto para que demos una vuelta.
-Ya estoy listo.
Respondió Tom al ya tener rato esperando a que termine una llamada que se dió de un cliente de manera repentina.
Salimos al ser él quién se sostuvo de mi cintura para no caerse.
Los estereotipos en los que otros gays te etiquetan no nos importa, tampoco es que tenga amigos que lo sean. Esto no incluye a los Daddys.
Se podría decir que Tom era lo más cercano a ello y es que en él ni notaba que fuese alguien diferente.
Bajamos.
Dejamos la moto al lado de otras al dar un paseo cerca del muelle.
Nos sentamos no sin antes él hacer esa observación de cómo iba vestido. Lo noté al verlo como se desprendía de sus ropas.
-Que haces?
Pregunté. Vale que era obvio que se iba a meter al mar pero pensé que solo vendríamos a caminar o algo parecido.
-Y, que sé yo... Venís?
El sol era grandioso pero lo único que hice fue quedarme en interior y dejar el jean con la chaqueta a un lado.
Él se ausentó.
Veía de pronto un gatito aproximarse.
Amo a los felinos y he notado que a Tom le gusta por igual.
Dejé que se subiese justo encima de mi abdomen, él descansaría.
Tom a la distancia lo vería.
Su prisa era tal que se inclinaría a hacerle mimos.
-Galeano, Middleton ustedes se están acostando?
Ambos volteando.
Era ese Daddy morboso que por desgracia el socio muy importante de nuestras empresas.
El momento fue erróneo, aquél Daddy nos descubrió en ese beso en el que el gatito estaría en medio.
Tom se sonrió.
Quizá él podría reaccionar. En mi estómago era un caos.
-Él contrato no lo prohíbe.
La sonrisa de Tom era esa de aplaudir o decir que la ha jodido pues lo ha aceptado.
-Pues no, claro que no lo dice.
Respondió él al venir unas de su pertenencias en un tarjeta de baño que deja muy poco a la imaginación.
-Que haces aquí?
Lo pregunté, es que él ni siquiera vive cerca peor sabe venir a las reuniones de Daddys a excepción de la que llevé a Sam la primera vez.
-No lo sé. Complaciente de u capricho. Su sonrisa era tan asquerosa y no por que estéticamente fuese desagradable. Más bien por como veía a su pertenencia.
Su mano que apretó tan vulgar el trasero de aquél chico era tan feo de ver.
-Un gusto de verte.
Diría Tom al ser víctima e ignorar que aquél Daddy lo desnudo a éste.
-El gusto ha sido mío Middleton, no se aprecia lo majestuoso del tatuaje que cubre la mitad de la espalda.
Tom no voltearía.
El tono de su voz era tan corriente que esperaba que al menos ese chico este aprovechando en algo lo asqueroso de su contrato.
-Que tu también tienes tatuajes.
Sugerí en respuesta.
Aparté sus intenciones de cumplidos pues era muy lejano que sonase como tal.
-Que ya me voy, que les quito importancia. Samuel y William no vinieron?
-No, ellos están con los asuntos de la universidad y una posible maestría.
-Que los chicos han aprovechado.
-Todo es mérito de ellos.
-Daddy con Daddy. Que fantasía fue esa en la que no pude ir, supe de ustedes juntos.
-...
Ni Tom o yo respondimos.
Aquél Daddy se alejó, sentía lástima por su pertenencia.

Sugar Daddy.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora