Nadie sabe.

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A Samuel le encantaba en ese principio decir que era feliz.

Pero no todo es vivir de apariencias.

Samuel ya se hallaba durmiendo en la parte de atrás del carro con William mientras Tom y José conducían al hotel.

El día como tal se acabó.

Una semana se le sumaria a aquel festejo y no se podía decir que la felicidad era algo que se negaba a los dos Sugar Daddys aunque no es que lo sean pero ya sabemos que los chicos le seguirian llamando así.

William se encontraba en la oficina de José, algo extraño ya que nunca lo hizo cuando era su Daddy y ahora lo estaba.

-William?

Era claro que no era algo bueno ya que se notaba por la expresión del pelinegro.

-Samuel se fue con sus padres desde la mañana y aun no aparece.

-QUÉ!?

José se quedó impactado.

Esto no era bueno.

-Que ocurre, son sus padres.

-No! Ellos no son buenos!

José tomó su móvil para llamarle pero no lo logró ya que estaba apagado.

William se preocupó pues lo que sea que estuviese haciendo Daddy pasó a segundo o tercer plano ya que no le importarían mas que Samuel.

Una hora pasó, William tomó la moto de Sam ya que no la iba a dejar en la universidad y Tom lo buscaría en carros separados por la ciudad con José.

Finalmente Tom llamó.

-Lo he visto, está en un restaurante con dos adultos.

José se aproximó.

William y Tom verían un poco a la distancia ya que aunque José quisiera explicárselo no se encontraba dispuesto a hacerlo.

José se acercó a la mesa.

-Samuel.

Era claro que el adulto tendría reclamos para los mayores pero no actuaria de esa forma. Es que tampoco se veía haciendo un show.

-Daddy...

Vaya, Sam no es que supiera no decir que sus padres no lo saben o ...

-Daddy?

Diría el padre del castaño.

Sin embargo Daddy no respondió pues su mirada era de tal enojo con los adultos que solo tendría que romperle la cara a aquel mayor.

-Es mi vida, esa que no quiero que sigan conociendo.

Mencionó el castaño al ponerse de pie.

-Samuel, hemos venido para llevarte.

Acotó la madre con desfachatez.

Era, era cinismo, algo que se multiplicaba por muchas y muchas potencias ya que el Daddy del castaño más y más se irritaba.

Quienes se has creído!?

Por dentro se preguntaba Daddy con rabia.

-No, claro que no.

Dijo el menor al ya tomar la mano de Daddy.

José lo vio como si quisiera que esto jamás le hubiese pasado a su protegido, es que nunca quiso que su castaño pasase por esto.

-Eres un maricón!

Sí.

El padre de Samuel lo dijo.

-Son una mierda de padres! Se atreven a venirme a insultar, jodanse! PUEDEN IRSE A LA MISMA PUTISIMA MIERDA!

El menor explotó.

El padre sin embargo ya dispuesto a repartir golpes fue interceptado por Galeano.

-No (Con sonrisa burlona), nadie le tocará la cara a Sam!

Daddy entonces agarró el puño del padre del castaño y lo devolvió con el suyo, lo envió al piso sobre la mesa.

La madre del menor estática de palabras fue donde su esposo o ex esposo en este caso que yace en el suelo con el mantel que cubría la mesa.

-Daddy...

El menor se sorprendió a la reacción por la acción de su padre.

-Nadie tocará a Samuel, ustedes son una porquería que dejaron de ser parte de su vida y mientras yo esté no permitiré que lo lastimen!

El mayor salió de aquel lugar.

William y Tom los siguieron pues pese a querer interferir Tom fue quien percibía que esto era de familia y si una tercera persona deba de interferir ese era José.

William lo besó en la salida ya estando en el carro de Daddy mientras ellos iban tras su paso en la moto y él en carro de Tom.

Sugar Daddy.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora