Acoso.

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El día después a ese sería el volver a clases.

Samuel se veía introvertido, cosa rara en él.

William lo tomaba de la mano ya después de salir del gym para ir a la universidad.

En el salón por ser lunes ellos compartían los mismos profesores, ellos eran la pareja de antes ante sus compañeros.

-Samuel.

El castaño volteó.

Su piel se heló, él ya no quería más miedo y esa sensación de estar solo, abandonado, revivir aquel pasado.

William los recordaba.

-Podrían dejar a Samuel en paz!

El timbre sonó y ellos entraron a la primera hora.

Sin embargo no es que fuesen tan pocos cínicos ya que pidieron permiso para hablar con Samuel.

El profesor lo llamó.

Señor de Luque, por favor salga.

Pero Samuel no quiso.

William lo tomó de la mano y este la apretó muy fuerte.

-No los conozco profesor, ellos son unos extraños para mí.

Aceptó el castaño ya con expresión de hastío.

-Claro que nos conoces, somos tus padres.

Todos voltearon.

El profesor sin tener idea de que decir dejó que esto se diese en su salón.

-No, mis padres me abandonaron y nunca supe de ellos desde los ocho años, ellos ya no están y nunca estuvieron. Ellos no son ustedes y ustedes no podrían ser ellos con esa expresión de cinismo a querer hacer algo por mí que nunca hicieron. Ustedes son personas que no las conozco y quiero evitar cualquier trato, y si no se van llamaré a la policía por acoso.

-Mira jovencito, no me provoques.

Diría la señora ya cabreada.

-Te vamos a llevar a casa, esto que haces no es otra cosa que libertinaje y mal aventurar mi apellido y mi sangre.

-Nunca necesite permiso de nadie y no son nadie para empezar con ustedes. Hagan de su vida un funeral y desaparezcan ya que no los quiero volver a ver.

Samuel sacó el móvil y delante de todos llamó a la policía.

Claro es que no podría obligar a Samuel pues ya tenía más de veinte años, él no requiere de aprobación de esos extraños que yacen delante de la clase.

La madre del castaño ya se disponía ir por su hijo cuando sintió la mirada de todos sus compañeros y el apoyo al ponerse todos de pie.

-Que creen haces!

Diría la madre nuevamente al estar las mujeres por delante evitando que la mujer de un paso más.

-No conocemos su historia pero estamos seguras que usted no merece ser madre de alguien como Samuel.

El señor padre del castaño bordeó las bancas para tomar a su hijo por la fuera.

El castaño se irritó por lo que el adulto pretendía.

Enseguida se puso de pie pero fue Frank quien se puso por delante.

-Usted no tocará a l novio de mi mejor amigo.

Sugar Daddy.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora