Mi hijo

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Draco volteó a ver a Astoria con un rostro molesto, lo que había dicho aquella mujer lo sacó de sus casillas, había sido incomodo que él le dijera todo lo de Hermione y a la vez doloroso para ella pero pedirle el hijo de ambos, eso no.

– ¿Qué has dicho Astoria?.- la miró con los ojos entrecerrados.
– Que quiero al hijo de Hermione, lo criaremos juntos.- Draco se soltó de su agarre con brutalidad y la tomó de los hombros empujándola y pegándola contra la pared.
– Escúchame Astoria, no permitiré que le hagas algún daño ya sea Hermione o a su hijo.-
– Draco...-
– No, escúchame tú, tienes prohibido acercarte a ella.-
– No puedes negar tu sangre.-
– Y me está costando escucharte.-
– Draco, por favor. Podemos criarlo los dos juntos, no sucederá nada malo.-

Draco la soltó, y sacó la varita del bolsillo del pantalón apuntándola.

– ¿Qué haces?.- preguntó aterrorizada, tenía miedo.
– No permitiré que separes a mi hijo de su madre.- se aferró a la varita. Los ojos de Astoria se abrieron a un más y de la varita de Draco salió una luz que cegó los ojos de la mujer...

Por otra parte, Hermione no podía pegar el ojo, se paró de la cama y caminó de un lado para otro tratando de buscar una respuesta de cómo Astoria, Theo y Blaise la ubicaron, al principio pensó en que quizás Draco les había mandado a buscar pista, pero descartó esa idea, porque tanto como Astoria como los otros dos chicos sólo iban a "prevenir" y a descubrir lo que pudiese pasar si ella estuviera cerca de los Malfoy, la segunda idea, Neville era el único de sus amigos que lo sabía, tenía que contactarse con él, pedirle no mejor dicho exigirle una pronta respuesta, su confianza se vio quebrada ante tal hecho, no dudó ni un segundo más y se acercó a una cajonera, arrancó un pedazo de pergamino y comenzó a escribirle.

"Neville, necesito que vengas. ¡URGE!"

El pedazo de pergamino lo convirtió en un avión de papel, le susurró "Que llegue a Neville Longbottom" y lo lanzó al aire mirando cómo se perdía entre la oscuridad.

Neville, Neville por su parte ya había logrado levantar a Ron del suelo, el pobre estaba ebrio de más, la cuenta había sido un poco cara así que Neville se permitió tomar dinero de la cartera de Ron y así pagar, era reprobable el hecho de que Ron estuviera en ese estado, guardó la cartera en su bolsillo y pasó el brazo de Ron por encima de sus hombros, solo así lo pudo sacar. Los pies de Ron eran un verdadero estorbo, los arrastraba o los levantaba y Ron emitía un cierto "wiiiii" cuando levantaba los pies al aire cosa que a Neville molestaba porque cada vez que lo hacía le dejaba todo el peso encima. Caminaron unos día callejones arriba para poder llegar al callejón de donde Ron había salido, se adentraron en el y de pronto el avión de papel de Hermione se estrelló en su oído, Neville sacudió la cabeza y miró al suelo el pedazo de papel. Empezó a sudar frío, seguramente era Hermione que ya había sido visitada por Blaise y Theo, recargó a Ron en la pared, parecía dormido pero a los minutos se reía como imbécil y luego caía dormido, Neville se agachó y ni siquiera se tomó el tiempo de abrir la nota, la guardo en si pantalón, tomó de nuevo a Ron por el brazo y ambos desaparecieron llegando a la Madriguera. Neville tocó la puerta y el señor Weasley con el cabello revuelto, los ojos hinchados de dormir y la bata que se había puesto estaba toda chueca y al revés le abrió la puerta. Dio un largo bostezo y estiró los brazos.

– Neville, que...- tomó un llavero y consultó "la hora". – Que inesperada visita muchacho.-
– Disculpe las horas señor Weasley, pero vengo a dejar a su hijo en un lugar seguro.-

Arthur abrió los ojos en el momento que Neville terminó la frase para poder ver de frente a Ron con los ojos cerrados, la ropa toda floja y sujeto por Neville, que este pensó que algo le había sucedido así que sin pensarla ayudó a Neville a cargar a Ron del mismo modo en que el lo traía, los tres pasaron a la estancia donde dejaron caer a Ron en el sofá más grande. Ron al sentir algo cómodo y alconchonado se acomodó y ahora sí quedó dormido como una roca.

El secreto de Hermione GrangerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora