Londres

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– Aguila voladora ha salido del lugar.-

Alguien estaba en una esquina de un callejón cercano al departamento de Hermione, ese alguien traía puesto una gabardina, unos lentes de sol y un sombrero tipo de detective de color negro, se había levantado el cuello de la gabardina para cubrir su boca. Traía en la muñeca un tipo micrófono pequeño y de la oreja le salía un cable. Al parecer ese alguien estaba diciendo movimientos de cierta castaña que salía del departamento con una enorme maleta.

– ¿Con quién?.- se escuchó la voz dura de él.
– Longbottom por el momento. Oh espera hay alguien más.- estiró el cuello. En efecto, Neville ayudaba a Hermione con la maleta y ambos rieron al parecer por algún comentario burlón, a ellos se acercó una mujer pelirroja pero sin embargo ese alguien que espiaba a los muchachos no pudo verle la cara pues la mujer pelirroja le daba la espalda.
– ¿Quién es?.- exigió.
– No sé, no veo.-
– ¡Theo!.-
– Cálmate Draco, no es tan fácil estar en el lugar que estoy.- lo dijo con enfado.
– A la mierda si te es fácil o no, te ofreciste a ayudar... ¿Theo? ¿Theo?.- Draco estaba en la oficina escuchando junto con Blaise quién negaba con la cabeza, el moreno se había ofrecido a espiar a Granger sin embargo, Draco le negó pues le miraba más seriedad a Theo que a él y en ese momento se arrepintió.

Theo por su parte, cuando Draco le empezó a "regañar" se jaló el cable de su oreja y lo tiró por allí junto con el micrófono que traía en la mano, aventó el sombrero y la gabardina a un contenedor de basura y salió de aquel callejón donde pudo ser mejor visto por Neville, quien al mirarlo borró la risa y Hermione miró hacia dónde el miraba y sin duda alguna veían como el hombre venía hacia ellos.

– ¿Y ahora qué?.- susurró Hermione para sí misma cruzándose los brazos. Theo llegó con ellos con una sonrisa y en ningún momento se quitó los lentes.
– Granger.- le sonrió. – Longbottom.-
Ambos asintieron con la cabeza.
– ¿Qué haces aquí Theo?.- preguntó Hermione.
– Bueno, pasaba por aquí, porque recordé que vivías cercas de una florería y quería pasar a saludarte antes de hacer mis compras.-
– En Londres también hay.-
– Pero no hay girasoles, no me gusta regalar cosas marchitas.-
– Que lastima. Bueno ya me has saludado y tengo el tiempo muy justo.-
– ¿Justo?.- ladeo su cabeza, volteó hacia atrás mirando al taxista y a la mujer pelirroja quién era Hannah Abbott, regreso su vista hacia Hermione y Neville y a él le vio la maleta de la castaña. – Te vas.-
– Si, no es asunto tuyo.-
– Por supuesto que no.- se cruzó los brazos y sonrío de lado. – ¿A donde vas? Digo, no quiero que por tu culpa Draco caiga en depresión porque siempre estás donde el va, o al menos que lo haces de adrede para topártelo.-
– ¿Cómo te...-
–Neville.- Hermione puso su mano en el pecho del muchacho impidiendo que este diera un paso hacía Theo. – Mira, Nott, no me importa tu amigo, es una profunda tristeza que caiga en depresión, ¿sabes qué haría yo si fuera él? Subiría a la torre más alta y me lanzaría al vacío y solo así acabaría mi depresión, en segundo, ¿buscarlo a él? Ja, se nota que no me conoces, mejor ve y dile por mi que deje de espiarme con sus amigos, tiene mujer y cómo el dijo, mi hijo no es hijo de el, si quiere uno dile qué hay métodos de fertilidad muggles esos son buenísimos y le ayudaría a no sólo tener uno, sino varios.- Hermione sonrió descaradamente y Neville se mordió el labio, Theo hizo puños sus manos y tomó un color rojizo su cara. Imaginaba que sus ojos echarían fuego si se levantará los lentes. Chasqueo su lengua, se quitó los lentes y se acercó a su oído.

– No te preocupes Granger, aunque tu hijo fuese de él no reconocería a un bastardo, no dejaría a su mujer y no permitiría que alguien como tú le arruinará, no se te olvide que Draco nos tiene a nosotros y por el somos capaz de matarte.- se apartó de ella, le lanzó un guiño y le sonrió, ahora Hermione estaba molesta.
– Parece que lo que dije no te pareció muy gracioso, ¿verdad?.- Theo empezó a reír, se puso de nuevo los lentes y se giró sobre sus talones metiendo a los bolsillos sus manos.
– Eres un ridículo.-
– No más que tú Granger, no más que tu.- siguió caminando, Hermione estaba molesta, muy molesta, siempre le había ganado en argumentos a Theo y justamente hoy él lo había hecho, Hannah se bajó del taxi y empezó a frotar sus brazos tranquilizándola.

El secreto de Hermione GrangerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora