No lo dañes, no lo niegues

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Después de haber sido liberado de ese par de serpientes, Neville se sentía desgraciado, había roto la confianza que Hermione le había depositado cuando esté confesó la ubicación y la situación de Granger con su hijo. Neville jamás mencionó el sexo del hijo en espera, solo reveló pequeños detalles como quién, dónde y cuando atendían a Hermione, los lugares que frecuentemente visitaba y claro los que esquivaba. Rogó, suplicó e imploró que no le dijeran nada de nada a ella, fue cuando notó que Blaise no era tan cruel como decían al tranquilizarlo que no dirían nada a nadie ni al mismo Draco.

La noche cayó y Neville avanzaba por unos callejones bastantes oscuros y terribles para cualquier persona decente, sin embargo no prestaba atención por los lugares que pasaba, seguía pensando en el dolor que le causó a Draco cuando le mostró una memoria falsa manipulada por Hermione Granger, quién supo jugársela bien.

– Hola querido, yo te quitó esa cara laaarga que traes.- le gritó desde el otro lado de la calle una mujer pelirroja con una vestimenta demasiado vulgar. Reía a carcajadas cuando Neville le miró con tristeza.
– Ah vale, yo te cobró más barato.- le gritó una rubia del mismo lugar que la pelirroja.
– Bah siempre son las mismas perras.- habló un hombre entre la oscuridad de un callejón, una voz conocida que cuando salió a la luz, sorprendió a Neville.

– Ron ¿qué haces aquí?.-
– Aquí mi viejo amigo, es el lugar donde pasó la mayor parte de mi tiempo.- sonrió de lado, extendiendo los brazos como tal crucificado.
– ¿Qué demonios te pasó?.-
– Esa mujer.-
– ¿Qué mujer Ron?.-
– Hermione Granger.-
– Lo siento Ron, apenas supe lo qué pasó entre ustedes.-
– He estado noche y día en el vicio tan asqueroso de estar acostándome con diferentes mujeres, ya mi vida no tiene sentido.-
– Pero tu accediste a firmarle. ¿Por qué te has de arrepentir?.-
– Porque la amo a morir Neville.- el pelirrojo soltó en llanto, no olía mal ni siquiera iba mal arreglado, pensaba que el dinero lo había cambiado y lo hizo para bien. – Sufro por su ausencia, necesito tenerla. Estoy odiándome todos los días de mi jodida vida ¿qué hago?.-
– Pues...
– ¿A donde camino para buscarla de nuevo?.-
– ¿No te has puesto a pensar que quizás ella...-
– Es lo peor, porque lo pensé y sucedió.-
– ¿De... de... de qué hablas?.- al escucharlo tartamudear, se acercó a él, los ojos de Ron desprendían odio. Solo el mismo Dios sabía que estaba pasándole por su mente.
– Tu fuiste.-
– ¿Yo fui qué?.-
– Hermione está embarazada, de seguro es tuyo. Creí que eras mi amigo.-
– No, demonios Ron. La última vez que vi a Hermione fue la noche antes de que se fuera de su casa, tomó rumbo y no dijo a donde.-
– ¿Y quién es el hijo de la gran mierda que lo hizo?.-
– Me estás haciendo que me decepcione de ella por no confiar en mí.-
– En nadie, se esfumó y me dejó solo, como un perro, ¿de qué sirve hacer dinero si no lo puedes gastar con nadie en especial?.-
– Están tus padres.-
– No es lo mismo.-
– Deja de buscarla.-
– Imposible, tiene que volver.-
– Deja de lastimarte y aprende a vivir de nuevo.-

Ron miró con los ojos llorosos a Neville.

– No puedo sacar su aroma, su cuerpo y su voz de mi piel. No me pidas hacer eso.-

Retroceso

El día en que Hermione se presentó en la oficina de Ron para que éste firmará la petición de divorcio, jamás le pasó por la mente que ella lo pidiera, a veces su relación podía ser tan tóxica y otras veces dulce como la miel, Ron adoraba a Hermione pero ultimadamente el trabajo le quitaba tiempo a solas con ella, por una parte Hermione pensaba que Ron le engañaba y pues como no si Ron era guapo y fortachón, tenía un estilo de vestimenta casi parecido al de Draco a excepción que solo se vestía de negro en ocasiones sumamente importantes, pero no, nunca le engañó y cuando comenzó hacerlo fue la noche después cuando ella se había metido con Draco por primera vez, si Hermione le fue infiel un 2 de diciembre, Ron lo hizo un 3 del mismo mes. Estaba dolido, sentido, se sentía miserable al ver la sonrisa que su mujer tenía, sonrisa que le sacaba Draco y no él, a veces tenía ganas de arrancarle la vida de una vez porque en Ron estaba el dicho "sino eres para mí, para nadie serás" pero a los segundos eliminaba dicho pensamiento.

El secreto de Hermione GrangerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora