Unos suaves golpes en la puerta me hacen apartar la mirada del espejo de cuerpo completo en el que verificaba que no me faltaba nada.
Camino hasta la puerta, la abro y me encuentro con el rostro serio de mi primo.
—Mi tía Bleer me mandó a buscarte —informa sin expresión alguna.
—Oh vamos, Seth, ¿aún estás enojado por lo de anoche?
—¿Tú que crees? —cuestiona, cruzándose de brazos.
Ayer, después de que salí hacia el bosque hecha una furia, estuve tratando de calmarme. Golpeé todo lo que se cruzó en mi camino y grité de frustración mientras tiraba de mi cabello con fuerza. Por último, decidí seguir el consejo de mi mamá.
"Respira profundo, encuentra un lugar donde tu mente se distraiga y no tenga tiempo de pensar en aquello que tanto te enoja y, cuando por fin lo hayas encontrado, quédate ahí hasta que sientas que te has calmado"
Fue el consejo que me había dado la primera vez que me dio uno de esos arranques de ira.
Así fue como terminé subida en la cima de uno de los árboles más altos que se encontraban el bosque. Sentía la brisa chocar contra mi rostro, el canto de los pájaros era una melodía que disfrutaba y el azul del cielo lograba mantener a mi mente alejada de todos esos pensamientos oscuros que amenazaban con consumirla.
Para cuando volví a la mansión, el sol ya se había ocultado y la oscuridad era la que reinaba por doquier. Y mi sorpresa fue mayor cuando llegué y los encontré a todos afuera, partiéndose de la risa mientras mi primo refunfuñaba.
El marcador que había utilizado más temprano ese día resplandecía con fuerza, haciendo notar en su rostro el dibujo y la frase que yo misma le había hecho. Y, cuando su mirada -enojada y llena de odio- se fijó en la mía, me fue imposible no empezar a reír como si mi vida dependiera de ello.
He ahí la razón por la cuál ahora Seth está enojado conmigo.
—No es para tanto. —Salgo de la habitación y, después de cerrar la puerta detrás de mí, empiezo a caminar por los pasillos con Seth siguiéndome.
—¿Dices qué no es para tanto? ¡Claro! Como eso no te pasó a ti. —Pongo los ojos en blanco al escucharlo y decido que más tarde seguiremos esta conversación.
Bajo las escaleras y camino hasta donde están mis padres y mis tíos.
—Hola. —Agito mi mano ligeramente a modo de saludo y esbozo una media sonrisa—. Mamá, papá, ¿adónde vamos? —Centro toda mi atención en mis padres.
—Lo sabrás cuando lleguemos.
—¿Y por qué no puedo saberlo ahora? —cuestiono.
—Es como una especie de sorpresa —explica Mamá—. Pero es mejor que nos vayamos ya. No queremos llegar tarde, ¿verdad?
Papá y yo negamos con la cabeza.
—Nos vemos luego.
—Hasta luego. —Mi tía Taly agita su mano y yo le regalo una sonrisa antes de salir de la mansión.
Papá nos abre la puerta del auto a mamá y a mí y luego él entra en el lado del copiloto.
—Hola, Adam —saludo al vampiro que va en el asiento de conductor—. ¿Cómo estás?
—Muy bien, Eimy. ¿Y tú?
—Bien... intrigada, pero bien. —Sonrío—. Oye, Adam, ¿tú ya sabes para dónde vamos?
—Sí, ¿por qué?
—Bueno, yo...
—Ah-ah. —Mueve su dedo índice de un lado a otro—. Adam no va a decirte nada, Eimy.
—Pero, mamá...
—Eimy. —Papá voltea a verme—. No seas curiosa.
Una carcajada brota de la garganta de Adam, causando que toda nuestra atención se pose en él.
—Eliud, pedirle a Eimy que no sea curiosa es como pedirles a ti y a Bleer que dejen de ser vampiros y se conviertan en humanos —habla Adam con un tono obvio y divertido en su voz—. O sea, es imposible.
Mamá y papá se miran al mismo tiempo.
—Tienes razón —concuerdan.
—Okay... eso fue raro —murmuro para mí misma desviando la mirada hacia la ventana del auto.
El resto del camino me la paso en silencio, escuchando a mis padres hablando con Adam, pero a la vez no lo hago. Escucho sus voces, pero estoy tan concentrada en el camino que no le presto la mínima atención a lo que dicen. Ni siquiera sé cuánto tiempo estuve así, mirando por la ventana; perdida en mis pensamientos, y para cuando mi mamá logró llamar mi atención, ya el auto se había detenido.
Bajo del auto y examino todo a mi alrededor. Volteo a ver a mi mamá con la confusión tiñendo mis facciones.
—¿Por qué no me querían decir que vendríamos aquí? —cuestiono, cruzandome de brazos.
—Creímos que si te lo decíamos no querrías venir —dice—. Seth nos dijo lo que sucedió ayer y pensamos que, tal vez, por esa misma razón te reusarías a venir.
—¿Por qué estoy yo aquí?
—Porque eres nuestra hija —interviene papá—. Eres la princesa de los vampiros, y debes actuar como tal. Tu presencia aquí es necesaria, Eimy.
—Está bien. —Asiento sin estar contenta con la idea, pero sabiendo que no puedo contradecir a mis padres.
Nos adentramos al lugar y, cuando llegamos, múltiples miradas se fijaron en nosotros. Miré a todos y cada uno de los hombres y mujeres lobos que estaban al alcance de mi vista y mi mirada se detuvo en una persona en particular.
Adrián estaba de espaldas a nosotros, hablando con una chica más joven y bastante parecida a él. Quizá es su hija. Su mirada se desvió en nuestra dirección y una sonrisa tira de las comisuras de sus labios, entonces, le dice algo a la chica y los dos se acercan a nosotros.
—Eliud, Bleer, los estaba esperando —dice y luego su atención se posa en mí—. Eimy, ¿cómo has estado?
—Muy bien, Adrián.
—Me alegro. Mira, ella es April, mi hija. —Coloca sus manos en los hombros de la chica y ésta sonríe.
—Es un gusto conocerte, April. —Extiendo mi mano en su dirección y ella no duda en estrecharla.
—El gusto es mio. —Hace un movimiento afirmativo con la cabeza y, tomándome por sorpresa, tira de mi mano en su dirección y rodea mis hombros con sus brazos—. Papá me dijo que vendrían y como nuestros padres tienen que hablar de algo importante, yo quisiera darte una especie de recorrido por el lugar. ¿Te gusta la idea? —Se separa de mí y me mira con una gran sonrisa, esperando una respuesta de mi parte.
Desvío mi mirada hacia mis padres, quienes miran en nuestra dirección con una sonrisa en sus rostros. Mamá asiente, dándome a entender que está de acuerdo con la idea.
—Me encantaría —digo, volviendo a mirar a April.
ESTÁS LEYENDO
Princesa Vampírica
FantasyUn encuentro no muy apropiado. Una rivalidad que se convierte en algo más. Una venganza jurada. Una chica vampiro con un carácter fuerte y un chico lobo arrogante y mandón. Sólo queda una interrogante: ¿Qué es lo que se puede esperar si sus camino...