Princesa Vampírica

V

Miro las casas a mi alrededor, a los niños jugando mientras sus padres los miran, algunos discutiendo sobre algo que me es desconocido y sin importancia y otros sonriendo mientras observan a sus hijos.

Mamá me contó que esto antes era una especie de campamento, pero que, con el pasar del tiempo, Adrián decidió cambiar las tiendas por unas casas más seguras y donde todos pudieran estar mucho más cómodos. Según ella, Adrián hizo muchos cambios.

—¿Cuál es tu poder? —pregunta la chica de repente y logra descolocarme.

—¿Qué?

—Ya sabes... tu poder —murmura. Sus mejillas se tornan de un color rojo suave y una risita nerviosa se le escapa—. Olvídalo.

—Mi poder... —repito, frunciendo el ceño—. ¿Por qué quieres saber cuál es? —pregunto, ladeando un poco la cabeza con confusión.

Por muy extraño que parezca, April es la primera en preguntarme eso.

—Simple curiosidad —dice—. He escuchado que cada vampiro posee una cualidad, don, o un poder, si así prefieren llamarlo. A excepción de tus padres, que poseen más de uno —menciona—. Siempre me ha causado mucha curiosidad y fascinación ese tema, pero lamentablemente nunca he tenido la suerte de ver a un vampiro utilizando su poder. —Hace una mueca que se me antoja triste y luego suelta un suspiro.

Por un momento, la idea de mostrarle un poco de mis poderes cruza por mi cabeza, pero la desecho inmediatamente. No puedo usar mis poderes...

Una nueva idea cruza por mi cabeza.

—Tengo una idea —anuncio—. Vamos. —La tomo por el brazo y la guio hasta donde percibo que están mis padres.

—¿Adónde vamos? —pregunta—. ¿Qué pasa con el recorrido?

—Ya me has mostrado todo. Y vamos hasta donde están nuestros padres —respondo a cada una de sus preguntas.

No escucho objeción alguna de su parte y sigo guiándola hasta donde quiero llegar. Sigo caminando y no tardo en ver la figura de mis padres y la de Adrián a unos cuantos metros de nosotras.

—April, Eimy, ¿qué tal el recorrido? —pregunta Adrián en cuanto llegamos junto a ellos.

—Execelente. —Le sonrío y, luego, volteo a ver a mi mamá.

«Mamá, ¿podrías mostrarle uno de tus poderes a April?» pregunto, hablando en su mente.

Ella arquea una ceja y me mira con confusión.

«¿Para qué quieres que haga eso, cariño?»

«Luego te explico, ¿sí? Pero por favor, hazlo» le pido.

Una sonrisa tira de la comisura de sus labios y asiente sin más. Las miradas confundidas de papá, Adrián y April están sobre nosotras dos pero no les presto mucha atención.

—April —pronuncia su nombre con suavidad y con una sonrisa cálida en su rostro—. Voy a mostrarte algo, linda —anuncia y April asiente con entusiasmo.

Mamá extiende una de sus manos y la deja frente a nosotros, entonces, una llamarada de fuego no tan grande pero tampoco pequeña, aparece en ella.

—Este es uno de mis poderes —dice mamá—. Controlo el fuego y también puedo crearlo.

Los ojos de April se abren con sorpresa y fascinación y una gran sonrisa se curva en sus labios.

—Es increíble —halaga—. Gracias por mostrarme uno de tus poderes, Bleer.

—Eimy me pidió que lo hiciera y para mí ha sido un gusto hacerlo. —Hace desaparecer el fuego y luego retrae su mano.

—¿Eimy te lo pidió? —repite con confusión antes de voltear a verme—. ¿Cómo? No vi que hablaron en ningún momento.

—Hay cosas que aún no sabes de los vampiros, April —comenta Adrián esbozando una media sonrisa.

—Lo sé, papá —admite—. Pero no entiendo cómo es que las dos pudieron comunicarse sin que nosotros lo notaramos —menciona con el ceño fruncido.

—¿Quieres saber cómo lo hicieron? —pregunta papá. April no duda en asentir—. Eimy, ¿por qué no se lo muestras? —dice, volteando a mirarme.

—Bien, April, voy a mostrarte cómo lo hice —accedo.

«En realidad fue muy fácil» hablo en su mente. Sus ojos se abren y me mira como si no pudiera creer lo que está pasando «Fue así como lo hice» concluyo.

—¡Oh por dios! —exclama—. ¡No puedo creerlo!

Me es inevitable no reír ante su entusiasmo. Ella me cae bien.

—Vaya, parece que sí puedes reír después de todo —comenta una voz a mis espaldas.

Mi sonrisa se borra por completo.

"Pero... ¡¿Por qué demonios tenía que encontrarme justamente con este idiota?!"

Mamá me mira con aire reprobatorio y sé de inmediato que ha escuchado eso. ¡Pero lo digo en serio! ¿Por qué tenía que ser justamente él?

—¿Dónde has estado, Keith?

—Lo siento. Estaba en casa de Matt y se me fue el tiempo  —dice. Se posiciona en medio de Adrián y April y le pasa uno de sus brazos por los hombros a ésta última—. Es un gusto verlos, Bleer, Eliud. —Hace un movimiento con la cabeza a modo de saludo.

—Lo mismo digo, Keith —habla papá.

—Parece que tú y Eimy ya se conocen —comenta mamá.

"Por desgracia"

«¡Eimy!» me reprende, volteando a verme y dedicándome una mirada llena de advertencia.

«¿Qué?»

«Hablaremos cuando estemos de regreso» sentencia.

No me queda más remedio que asentir y forzar una sonrisa cuando poso mi atención en el Lobito idiota.

—Así es, mamá —afirmo—. Nosotros ya nos conocemos.

—Qué mal que no llegaste a tiempo para acompañarnos en el recorrido que le di a Eimy —comenta April con pesar.

"¿'Qué mal'? Qué bien, diría yo"

—Sí..., qué lastima. —Chasquea la lengua—. Será para la próxima.

—Adrián, ha sido un gusto hablar contigo —habla mamá—. Lamentablemente ya tenemos que irnos.

—Nos vemos mañana en la noche. —Adrián hace un movimiento de cabeza a modo de despedida.

Frunzo el ceño.

—¿Que hay mañana en la noche? —curioseo volteando a ver a mi papá.

—Adrián, Keith y April vendrán a cenar con nosotros, Eimy —explica él.

—¿Celebraremos algo? —pregunta el Lobito idiota igual de confundido que yo.

—Esa noche les informaremos algo que los incumbe a los dos —habla mamá.

La miro con los ojos entrecerrados, examinando su expresión.

Algo me dice que lo que sea que dirán, que nos incumbe al Lobito idiota y a mí, no va a gustarme en absoluto.

•♥•♥•♥•♥•♥•

¡Hola, hola! ¿me extrañaron?... ¿no? Bueno... ya ni pregunto ;-;

En fin, a partir de hoy iniciaremos con lo que mencioné anteriormente: subiré un nuevo capítulo todos los sábados. Sábados, no lo olviden ;-)

Los amo <3

Ale