Princesa Vampírica

XIX

Un mes después.

Parpadeo repetidas veces al tiempo que cruzo mis brazos y apoyo el peso de mi cuerpo en mi pierna derecha en un gesto que se me antoja ansioso.

Estoy aburrida, muy aburrida.

Lily está a unos cuantos metros jugando con sus nuevas amigas. El Lobito idiota se ha ido junto con April a no sé qué lugar, alegando que no tardarían mucho, y Seth se ha alejado de mí y ha preferido hablar con Matt porque se hartó de que estuviera controlando sus emociones.

Pero no es mi culpa. Yo estaba aburrida y él estaba a mi lado sin decir ni hacer nada. Era el entretenimiento perfecto.

Hace ya un mes que ocurrió el incidente en el bosque. Hace el mismo periodo de tiempo que he intentado averiguar algo sobre los causantes y no he logrado encontrar nada. Eso me enoja y me estresa en cantidades iguales.

Mamá, papá y Adrián no han regresado aún y, aunque al parecer el Lobito idiota y yo hemos manejado todo muy bien, la relación entre nosotros no ha mejorado. Se podría decir que ahora es peor. Él es un amargado que no soporta las pequeñas bromas que le hago y yo soy una impulsiva que no se puede quedar callada cada vez que él me dice algo que no me agrada. En resumen, no pasan ni treinta minutos de estar juntos cuando ya estamos discutiendo.

—¿Aburrida? —habla una voz a mi lado.

Volteo a ver a quien me habla y frunzo el ceño al ver que se trata de Matt.

—¿Mi primo no estaba contigo? —cuestiono.

—Lo estaba, sí, pero ahora está jugando con Lily —aclara—. Parece que la niña es muy importante para él. Y parece ser aún más importante para ti —comenta.

Pongo los ojos en blanco antes de dirigir la mirada al frente, justo en el lugar donde mi primo juega con Lily y sus amigas.

"Es mi hija, es obvio que es importante" quiero decir, mas me abstengo de hacerlo.

—Lo es —es lo único que digo.

—Eimy, yo... —empieza a decir, mas es interrumpido por el sonido que emana de mi celular.

Saco el aparato del bolsillo trasero de mi jean y la confusión se cuela en mi sistema al ver que es papá quien me llama. Siempre me llama mamá así que me parece extraño que sea él quien lo haga ahora.

—Lo siento; debo contestar —me disculpo. El murmura un «Está bien» antes de dar la vuelta y dejarme sola de nuevo, entonces, deslizo mi dedo por la pantalla del celular y lo llevo a mi oído—. Hola, papá.

—Eimy, ¿todo está bien por allá? —es lo primero que pregunta.

—Sí —afirmo con confusión—. ¿Por qué lo preguntas?

—Acabo de enterarme del ataque que tú, Keith y Adam sufrieron en el bosque —dice y mis ojos se abren con sorpresa—. ¿Por qué no nos dijiste nada, Eimy?

Okay... ¿Cómo demonios se enteró?

Tomo una gran bocanada de aire –aun cuando no la necesito— y cierro mis ojos un momento antes de responder su pregunta.