Princesa Vampírica

XXXIV

—Es una trampa —afirma ella de manera inmediata en cuanto termino de contarles acerca de mi conversación con Alex.

Me cruzo de brazos al tiempo que muevo la cabeza en un gesto asertivo.

—Tal vez lo sea —concuerdo.

—Y aún así van a ir...

—Debemos terminar con esto de una vez por todas, Taly —habla con determinación—. Debemos ir.

—¿Y si les pasa algo? —habla de nuevo, esta vez levantando la cabeza y clavando sus ojos llenos de lágrimas en nosotros—. ¿Y si Alex les hace algo?

—No nos pasará nada —trato de tranquilizarla, aunque sé que no lo he logrado ni un poco.

Ella no dice nada más y entonces dirijo mi atención al resto.

—Seth —Kara se levanta de su lugar y se dirige a mi sobrino—, ¿tienes un minuto? —pregunta y él no duda en asentir.

Ambos abandonan la sala de estar tras haberse disculpado y yo dejo de mirar el lugar por el que se han ido para dirigirme a los demás.

—¿Están seguros de que quieren hacer esto? —pregunto una vez más.

—Estamos más que seguros —asegura Emma.

Los demás asienten, haciéndome saber que piensan igual que mi amiga.

—Está bien. Ah... —paso mi mirada por todos y la detengo en alguien en especial—. Luka, ¿podrías reunirte con los miembros de Concejo y mantenernos al tanto de cualquier cosa que encuentren? Ahora más que nunca necesitamos saber qué podemos hacer para liberar a Eimy del poder de Alex.

—Por supuesto, Bleer. —El vampiro asiente y se pone de pie—. Te llamaré antes de que ocurra el encuentro con Alex para informarte sobre cualquier cosa que hayamos encontrado —promete mientras empieza a alejarse.

—Espero que logren encontrar una solución —susurra Tay.

—Todos lo esperamos —le sigue Adrián en el mismo tono de voz.

Miro la hora en el reloj que trae Eliud en la muñeca y suspiro al ver que aún faltan como unas cinco horas para que caiga la noche.

Sólo espero que ese tiempo sea suficiente para que los miembros del Concejo logren encontrar algo que nos sea de utilidad.

~•~

Mi nuevo celular vibra en mis manos y casi cae al suelo debido a la impresión que me provoca. Luego de eso, tomo una respiración profunda y descuelgo la llamada sin siquiera ver quién es.

—¿Hola?

—Tengo malas noticias —la voz de Luka suena preocupada al otro lado de la linea—. No encontramos nada. Elizabeth dice que al parecer no hay nada que nosotros podamos hacer para liberar a Eimy del control mental que Alex ejerce sobre ella.

Un nudo se forma en mi garganta y siento como si me hubiesen golpeado en el estómago. La decepción y el desasosiego me llenan el pecho en ese momento, mas trato de no hacerlo notar.

—Entiendo —digo, en voz baja.

—Lo siento mucho, Bleer.