Capitulo 44: Una noche perfecta.

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~ MURPHY ~

Eramos dos idiotas, nuevamente en el parque, comiendo caramelos y chocolate.

Siendo sincera, queria sacarle todo el provecho a este traje de dementor, los tutoriales en youtube eran bastante buenos.

—Entonces Sasha me dejó y me quedé solo, aburrido y ahora estoy aquí —terminó de contar Alex.

—¿Te gusta Sasha? —pregunté y comencé a quitarle la envoltura a otro de mis caramelos.

—No creo, estar con ella me hace sentir incomodo, como si no supiera de que hablarle —respondió y se encogió de hombros—. Es dificil que entre en confianza con las personas.

—¿Será por qué eres un tonto? —bromee y él me empujó—. Dejame, tengo derecho a mi opinión.

—Como yo a empujarte.

Ninguno volvió a hablar y seguimos comiendo caramelos.

Eran las diez de la noche y poco a poco los niños comenzaban a irse, solo quedaban algunos. Los adolescentes comenzaron a dar su aparición triunfal y yo simplemente ya comenzaba a estar cansada.

No había podido vengarme de la idiota de Allison, pero al menos me aseguré de no volver a terminar en la comisaria.

—¿Ese no es tu hermano? —pregunté.

Ben estaba junto con un grupo de chicos corriendo.

Alex asintió lentamente y le gritó que se acercara. Los tres vinieron corriendo.

Uno de ellos vestia de negro con una remera que tenia una calabera, su único rastro de color. Claro, además de su cabello totalmenete teñido de un azul medio celeste.

El otro chico tenia gafas cuadradas de pasta negra y vestia como una especie de guerrero... creo.

Y luego estaba Ben, siendo Ben.

—¿Qué hacen? —preguntó Alex.

—Solo corriamos, ya sabes, adolescencia —respondió Ben—. ¿Y tu? ¿Tienen una cita?.

—Para tu caballo, ese truco debe funcionar con Alex porque es fácil ponerlo nervioso —afirmé, él y su hermano ya estaban rojos—. ¿Quién de los tres me dirá qué estaban haciendo?.

—No era nada ilegal —afirmó el de gafas.

—Solo... tuvimos una cita —dijo el teñido.

Reí sin creermelo.

—Le tiramos agua a un chico que nos caia mal  —soltó el de lentes.

—¡Tobby! —se quejaron.

—¿Ellos son los que se iban a quedar en casa? —preguntó Alex y Ben asintió—. Cuando llegué le dire a mamá.

Golpee su hombro.

—No seas soplon, idiota, vamos a tu casa y ya.

Tomé su mano y comencé a arrastrarlo para que caminara.

Ben y sus amigos iban adelante nuestro, mientras que nosotros charlabamos atrás suyo.

Cuando llegamos a casa de Alex, él dejó a su hermano y sus amigos e insistió en acompañarme a mi, cosa que era ridiculo. Yo era un dementor, estaba bien.

—No era necesario —me quejé.

—¿No puedes solo aceptar que soy amable contigo?.

—No —afirmé volteando a verlo—. Pero gracias.

—Al fin no obtengo un insulto de tu parte —festejó.

Rodé los ojos y él sonrió.

Alex me dio, de manera sorprendente, un beso en los labios y se sonrojó ante su acto.

—Buenas noches.

Él finalmente se fue y yo me quedé parada en la entrada atonita.

—¡Murphy! ¿Entras? —preguntó Britt desde su ventana.

—Ahí voy.

El misterio entre Alex y Murphy.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora